SWEET (Terminada)

•20• Capítulo especial.

Naruto hizo sus maletas, evitando pensar. Moviéndose de manera automática, se colocó su traje, apenas dándose cuenta antes de salir que la corbata no combinaba. Viajó en el mismo auto con Sasuke e Itachi, resistiendo los deseos de tomar su mano, de abrazar a su angel bailarín...

Solo en unas cuatro horas saldría su vuelo, apenas tenía tiempo para terminar de ver el espectáculo de graduación.

Sasuke había vuelto a esa actitud fría y desinteresada. Naruto se había dado cuenta de que expresar alegría, era más fácil para él que dejarse llevar por la tristeza. Y le afectaba verlo así, como si los días, los momentos que pasaron juntos, solo fueran producto de su imaginación. Pero habían acordado verse de nuevo, y él haría todo lo posible por inventar algún pretexto que no lo hiciera demorar más de dos meses en volver a Japón. Cuando cumpliera dieciocho, lo llevaría consigo ¿De qué otra forma podía ser feliz?

El chico notó que lo miraba por el espejo retrovisor y le sonreía, no pudo imitarlo, en lugar de eso le sacó la lengua y Naruto rió en alta voz por el gesto infantil.

—¿Qué ocurre?— preguntó Itachi, desviando por un momento su atención de la vía, al escucharlo.

—Me acordé de un mal chiste— mintió —Una tontería— suspiró y apoyó la cabeza en el asiento.

La academia estaba repleta de personas, todas conversaban en la enorme recepción, disfrutando del bufé y halagando a dicha institución, antes de pasar al teatro. Los alumnos de la clase de Sasuke y algunos familiares, pasaron a tras bambalinas, los primeros para prepararse y a los segundos se les permitiría desearles suerte antes de salir.

En el enorme espacio detrás del escenario, la profesora Konan corría de un lado a otro con el teléfono en la mano. Su semblante era preocupado y varias alumnas la seguían, ya con sus atuendos completos. Sasuke salió de los vestidores y regresó al lado de su hermano y Naruto, casi tropezando con su maestra de ballet.

—¿Ocurrió algo?— indagó Itachi.

—No lo sé— contestó el chico —Nunca la he visto nerviosa.

—¿Tú estás bien?— preguntó Naruto y Sasuke lo miró a los ojos.

—No— respondió escueto, y el rubio apretó los puños dentro de sus bolsillos.

—Lo harás bien— intentó tranquilizarlo su hermano mayor, completamente ignorante a lo que en realidad quería decir.

—¡Ésto es un desastre!— se escuchó a Konan exclamar y varios padres comenzaron a cuchichear entre ellos.

—Hay que buscar a otra persona— dijo Suigetsu con decisión —¡Maldita niñata caprichosa!— gruñó.

—¿Qué pasó?— preguntó Sasuke a su amigo.

—Sakura no se quiere presentar. Sin ella no podemos hacer el ballet— explicó con el ceño fruncido y luego abrió enorme los ojos —Oye... tú te sabes los pasos.

—No, no, no...— se apresuró Sasuke a contestar —Ni lo pienses.

—¡Profesora!— llamó.

—¡Sugetsu!— gruñó Sasuke, tirando de su brazo —¡¿Estás loco?!

—¿Aún lo preguntas?— sonrió. Cuando Konan se acercó, el pelinegro apretó los labios con ansiedad —Sasuke sabe la coreografía a la perfección. Él puede hacer de Coppélia.

—¿Un chico?— preguntó en un murmullo y luego miró su reloj de pulsera —¿Puedes alzarlo?

—¿Bromea?— preguntó Suigetsu con sarcasmo —Es más ligero que Sakura.