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—Hey, presta atención— regañó Itachi, haciéndolo caer en la realidad.

—Lo siento, estaba admirando tu casa— justificó divertido, utilizando una mentira.

Jamás podría decirle a su amigo, que lo que realmente ocupaba su mente, era el chico que habían acabado de ver en el salón de baile. Naruto no era ningún jovencito, conoció sus inclinaciones desde la prepa, cosa que guardó para sí, hasta incluso después de graduado de ingeniería financiera en la Universidad de Cornell. Su vida sexual era algo que no divulgaba con nadie, ni siquiera a sus más cercanos. Y rayos, la última vez que había visto a Sasuke, todavía tenían que limpiarle los mocos. Pero ahora, con ese trasero tan apretado en las mallas, su imaginación fluyó fuera de su control.

—Te decía que lo disculparas...

—¿A quién?— preguntó confundido.

—A Sasuke. Su actitud es algo difícil.

—No me afecta eso, Itachi. Trato con personas raras a diario.

—¡Oye...!— exclamó risueño, golpeando su hombro —Vayamos a mi oficina y te cuento con calma. Hay mucho para hablar.

En una habitación llena de libros, con un enorme y costoso escritorio, entraron, después de que Itachi diera la orden a un criado de preparar la comida y no ser molestados. Naruto le prestó toda su atención, cuando su amigo cambiaba su expresión jovial por una seria, sabía que el tema a tratar no era cosa de juegos.

—¿Quieres?— le ofreció una caja fina con cigarros. Él después de sentarse, estiró la mano y luego inclinó su espalda, para que el anfitrión lo encendiera —Son cubanos.

—Se nota— sonrió, observando la manufactura —Entonces ¿Por qué la seriedad?

—¿Recuerdas aquel día en el Central Park?— Naruto asintió —Fué difícil para mí contarle a Sasuke lo del accidente, y sucedió de la peor manera. Pensaba esperar a que el avión despegara, pero el estúpido asistente de vuelo al parecer vió la noticia, y me soltó en un; "Siento mucho la muerte de sus padres".

Shit... (Mierda...)— exclamó, soltando una bocanada de humo.

—No supe como lidiar con sus preguntas. Tuve que buscar ayuda profesional al llegar a Japón. Resulta que Sasuke no estaba del todo bien.

—¿Qué quieres decir?

—Sabes que desde chico fué bastante apático. Lo viste por ti mismo— asintió —Esa actitud empeoró después, y lo diagnosticaron con un trastorno esquizoide de la personalidad— Itachi suspiró y apoyó la espalda en el sillón, buscando comodidad.

—No sé nada de psicología— señaló Naruto.

—Es como si no sintiera. Su actitud siempre es fría y desinteresada, nada lo motiva, excepto el ballet, pero jamás lo verás nervioso, alterado o feliz por algo.

—Se escucha como un perfecto jugador de poker.

—Solo tú puedes verle el lado bueno a algo así— observó y negó, resignado a la actitud del americano —Pero es difícil, nunca sé lo que le ocurre porque no expresa nada. No quiere tomar sus medicamentos tampoco.

—El chico es adinerado y consentido ¿Qué esperabas?— preguntó sarcástico —¿Y lo del ballet? No recuerdo que me mencionaras algo de eso antes.

—Mamá era bailarina en su juventud. Supongo que iniciar las lecciones fué su manera de recordarla, aunque no habla de nada al respecto.

—Quién te viera, lidiando con un adolescente.

—A veces me pregunto por qué mis padres tardaron tanto en tenerlo— el rubio se encogió de hombros.

—Por suerte soy hijo único y no creo que Minato se entusiasme nuevamente, you know what I mean? (¿Sabes lo que quiero decir?)— señaló su entrepierna, haciéndolo reír.

—Eres malo con tu padre— regañó.

—El viejo me conoce.

—¿Y el retiro?— indagó, alcanzándole un cenicero.

—Pronto. Supongo que espera a que no meta la pata con lo del trato.

—Es precavido— se burló, logrando que el americano resoplara —Pero tranquilo, tengo fé en que funcione. Estaba pensando en organizar una fiesta para que conoscas mejor a los accionistas.

—Es una buena idea— rió —Quizás a tu hermanito también le guste.

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La conversación entre ellos fué animada, incluso cuando se trasladaron al comedor. Habían muchas cosas que contar, era lo que hacían diez largos años. Naruto se alegró de que a Itachi, a pesar de todo, le haya ido bien y mantenido a flote todo el negocio de sus padres.

—¿Dónde está Sasuke?— preguntó éste a una criada de cabello castaño que le sirvió vino en su copa.

—El señorito fué avisado, debe llegar pronto— respondió en voz baja, justo antes de que el mencionado hiciera acto de presencia.

Había cambiado sus mallas por un jean oscuro y el suéter rojo ahora era negro y de cuello alto. Sin decir nada se sentó junto a su hermano y bebió un poco de agua.

—¿Terminaste con los ensayos por hoy?— le preguntó Itachi.

—Sí— respondió escueto.

—¿No le dirás "hola" a nuestro invitado?— señaló, un poco severo.

—Hola.

You can feel the emotion when you see me again. (Se nota la emoción al verme de nuevo)— murmuró sarcástico Naruto, con la copa en los labios. Sasuke levantó la vista y se le quedó viendo.

Why do I have to get excited when I see an old man I don't even remember? (¿Por qué tengo que entusiasmarme al ver a un viejo del que ni me acuerdo?— respondió, e Itachi casi escupe su bebida, aguantando la risa.

Old man?! (¡¿Viejo?!)— exclamó incrédulo —Tengo la misma edad que tu hermano.

—Admítelo, Naruto, con treinta y seis ya no somos unos polluelos— dijo éste.

—Por favor, estoy en mis días dorados— se defendió, devolviendo su mirada al chico, quién ya no le prestaba atención —Pero supongo que un mocoso de catorce no lo ve así.

—Dieciséis— corrigió éste.

—Uff, sorry (lo siento)— rodó los ojos.

—Deja de molestarlo— regañó Itachi, con un falso tono de seriedad.

—Él empezó— señaló Naruto.

—Y yo soy el niño...— murmuró Sasuke.

—Voy a divertirme mucho con ustedes éste tiempo— balbuceó el anfitrión, escondiendo su expresión detrás de su copa.

SWEET (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora