SWEET (Terminada)

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La pequeña Leah se robaba toda su atención, no pudo evitar notar el increíble parecido que tenía con sus padre, incluso heredando las larga y oscuras pestañas que éste tenía. Ella era muestra del paso del tiempo, de que ambos siguieron con sus vidas a pesar de lo que sintieron alguna vez. Y aunque lo entristecía y de cierto modo admitió para sí que estaba un poco celoso, también le agradaba pasar rato con ellos.

Casi una hora más tarde, vió a su hermano y a Naruto acercarse por la vereda. Ambos estaban abrigados y tomados de las manos. Frunció el ceño ante la imagen, aún no sabía que hacer al respecto. Sasuke recalcó que no se iría, le confesó lo que sentía por el que una vez fué su amigo, pero; era difícil olvidar lo que él consideraba una traición.

Le dijo que no le convenía, y mantenía el pensamiento. Naruto era un hombre experimentado, que había pasado su juventud como quiso, y para Itachi, Sasuke apenas empezaba a vivir.

—¿Traen bufandas a juego?— preguntó Shisui a su lado, e Itachi solo resopló con hastío.

—¿Es Sasuke...?— murmuró la pequeña al notarlo, y de repente la efusividad que había mantenido se borró, y tímida se escondió detrás de su padre.

—Buen día, Itachi. Veo que estás bien acompañado— sonrió Naruto y el mencionado estrechó los ojos en amenaza silenciosa —Hola Shisui.

—Señor Namikaze...— saludó éste, poniéndose de pie.

—Naruto— corrigió —Es domingo y estamos entre amigos— el ingeniero asintió con una sonrisa y luego de saludar a Sasuke, se volteó para tratar de hacer salir a la tímida Leah.

—¿Cariño...?— preguntó —Perdónala, está un poco avergonzada— le dijo al menor.

Sasuke se agachó delante de ella y le ofreció una leve sonrisa.

—Hola... me dijeron que tenía una admiradora en éste lugar, pero no veo a ninguna ¿Sabes algo?— le preguntó en un susurro. Ella asintió levemente —¿Eres tú...?

—Sí...— balbuceó y miró la mano que Sasuke le extendió —¿De verdad viniste por mí?

—Claro— exclamó —Sinó, pregúntale a ese señor viejo que está a mi lado— murmuró cerca de su oído.

Leah tomó su mano y salió detrás de Shisui, para observar bien a Naruto.

—Señor...— llamó —¿Sasuke vino por mí?— el rubio rió y miró a su pareja, negando cuando éste le sacó al lengua.

—Pues imagina que no me dejó terminar el desayuno, porque me dijo que tenía que llegar rápido, para verte— confesó con diversión y ella sonrió amplio antes de lanzarse a los brazos de Sasuke.

—Me llamó Leah y... te quiero mucho... y quiero también ser como tú, cuando sea más grande— exclamó entusiasmada.

—Pues si eso quieres y trabajas para conseguirlo, seguro que lo serás— contestó Sasuke y sin soltar la mano de Leah, se puso de pie.

—Gracias por venir hasta aquí— dijo Shisui y él le restó importancia.

—No es molestia, pero...— miró a su hermano —me pregunto por qué Itachi no me dijo que tenía un amigo en New York— Naruto sonrió y luego se acercó a su oído, bajo la mirada curiosa de todos —Oh...— exclamó Sasuke ante las palabras de su pareja y notando el rostro rojo de su hermano.

—Hace muchos años que no nos veíamos— justificó Shisui, un poco apenado.

—Entiendo,— afirmó el menor —en ese caso deben tener mucho de que hablar ¿Te molesta que me la lleve al parque de juegos?— señaló a la niña.