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Le pareció muy extraño el lugar donde Shisui lo había citado, pero recordando que antes le dijo que estaba parcialmente ocupado, no puso peros y aceptó.

El chófer lo dejó en una de las entradas del Central Park, y tuvo que caminar un kilómetro siguiendo el GPS en su teléfono, hasta la ubicación que Shisui le había mandado. Con cada paso que daba su nerviosismo crecía, definitivamente era diferente encontrarse en persona. Ya no tenían veinte años, habían vivido mucho... ¿Sobre qué podrían hablar? ¿Se atrevería a llegar a algo más?

Itachi suspiró y metió las manos en los bolsillos de su abrigo, la temperatura otoñal cada vez era más fría, y al respirar se veía una boluta de humo blanco salir de sus labios. Llegó a lo que parecía un parque infantil, y miró a su alrededor, confundido.

—¿Debo haberme perdido?— murmuró y buscó nuevamente su celular —Heckscher Playground...— leyó en la pantalla y luego en un cartel cercano —Creo que es aquí.

—Itachi...— llamó Shisui, haciéndolo girar a un lado y retener la respiración.

Estaba a unos metros, sentado en una banca junto a una niña pequeña. Él traía un abrigo negro con gorro de lana y ella subía y bajaba del asiento, haciendo flotar los vuelos de un tutú rosa que llevaba encima de su ropa.

Sin saber que hacer, se quedó quieto en el lugar, mientras pasaban un montón de ideas por su cabeza, hasta que Shisui tomó la mano de la niña y se acercó a él.

—Creí que... estaba perdido— rió nervioso, mirando los grandes ojos negros de la niña y su pelo muy rizado.

—Me imagino— concedió él, masajeando ligeramente su nuca —Ella es Leah, mi hija— presentó.

—¿Tu hija...?— preguntó en voz baja, para asegurarse.

—Sí— constató Shisui.

—Hola...— dijo ella con una sonrisa y sacudiendo su mano en el aire —¿Sabes? Ya tengo seis años— anunció con suficiencia.

—Oh... eso es estupendo. Eres muy alta para tu edad— halagó Itachi y luego miró a Shisui, quién le dedicaba una sonrisa dulce y algo avergonzada.

—¿Quieres ir a jugar con los otros niños?— preguntó éste y ella, después de asentir y dar un saltito, salió corriendo rumbo al parque de juegos, mientras ambos caminaban para sentarse en una banca a la vista —Perdón por no decirte— murmuró, inclinándose hacia adelante para apoyar los codos en sus rodillas.

—No importa... fué un poco tonto de mi parte pesar que no tenías una vida hecha— suspiró, frotándose las manos frías —¿La madre...?

—Nos divorciamos, hace dos años. No funcionó— resopló —Debes imaginar por qué— Shisui volteó el rostro para verlo desde abajo y sonrió al notar su sonrojo.

—Debe ser duro para ella— dijo al final, no queriendo mostrar entusiasmo ante la noticia.

—Lo es, por más que trato de que no se de cuenta de los problemas, siempre lo hace. Es muy inteligente.

—Como su padre— escuchó complacido la carcajada del ingeniero.

—Supongo— admitió y se recostó al espaldar.

—¿Y la vas a buscar todo los domingos?

—Generalmente. Es el único día que se me permite verla por ahora. Estoy en un proceso judicial para obtener su custodia completa— confesó, cubriendo su rostro con un semblante de seriedad.

—Es realmente una pena que estés en esa situación.

—Un asco— resopló, cruzándose de brazos —Mi ex mujer tiene un nuevo marido, y él... simplemente no me gusta. Pero, no hablemos de temas molestos. Cuéntame qué te trajo de vuelta— Itachi rodó los ojos.

—Mi hermano está saliendo con Naruto. Por eso fué todo ese plan de tu traslado.

—¿Tu hermano...? ¿Pero no era mucho menor que tú?

—Veinte años— Shisui abrió los ojos sorprendido ante la información.

—Ese Naruto es un suertudo— murmuró, ganándose una mirada reprobatoria —Lo siento...— se disculpó divertido.

—Un grano en el culo es lo que es— rechistó.

—¡Papá!— gritó Leah, corriendo de regreso —Estoy harta, todos esos niños son unos tontos— bufó molesta y de un salto se sentó al lado de Itachi, quién quedó en medio de dos cabezas rizadas.

—¿Por qué dices eso?— preguntó Shisui, inclinándose para verla y acercándose mucho al Uchiha en el proceso.

—Juegan y se empujan sin ningún orden. Incluso tiraron de mi falda— se quejó molesta y luego se arrodilló en el banco —¿Cuál es tu nombre?

—Itachi...— respondió éste.

—Ah... papá sí me dijo que vendrías ¿Juegas conmigo?— preguntó y luego levantó las manos y tomó su coleta, haciéndolo tenzarse —Tu cabello es muy suave...— halagó con entusiasmo —El mío huele a frutas, mira...— se acercó demasiado, colocando los rizos en su nariz.

—Sí, huele muy bien— concedió el forzado Itachi y escuchó la risa de Shisui a su lado.

—¡Gracias!— exclamó y luego olfateó el de él —El tuyo también— dijo alegre —¿No es verdad, papi?

Itachi se tensó cuando Shisui se inclinó y olió su nuca.

—Sí, es cierto— murmuró, aún sobre su piel y al apartarse respondió la mirada desconcertada de Itachi, con una sonrisa pícara —Ella es un poco intensa— señaló a la niña.

—Ya veo, pero es muy linda— confesó, mirando nuevamente la ropa que llevaba la pequeña —¿Te gusta el ballet, Leah?— decidió preguntar, para quitar un poco de tensión.

—¡Sí! ¡Es mi cosa favorita en el mundo mundial!— exclamó, extendiendo sus manos al aire y luego comenzó a rebuscar en una mochilita que traía en la espalda. Sacó una hoja de papel y se la dió —¿Sabes quién es?— preguntó sobrada.

—Sasuke Uchiha— respondió Itachi, viendo la imagen de su hermano en un póster de danza, con el anuncio del Majestic.

—¡Sí sabes!— exclamó —Él es genial— dió un salto y se colocó frente a sus pies —Yo quisiera bailar como Sasuke, porque lo hace súper hiper mega bien ¿No es así papi?

—Así es...— dijo Shisui.

—Yo lo conozco— confesó Itachi —¿Debería llamarlo?

—¡¿De verdad?!— gritó la niña, apoyándose en sus rodillas y dando saltos.

—Sí...

—¿Itachi, es en serio?— preguntó Shisui en voz baja y él sonrió ante la ironía.

Sacó su celular y bajo los ojos brillantes de Leah y el ingeniero, le marcó a Sasuke.

¿No me dejarás descansar ni un domingo?— bufó éste.

—No te llamo para eso.

¿Entonces?

—Es que me encontré con una gran admiradora tuya— Leah sonrió emocionada.

—¡¿Es Sasuke...?!— gritó.

¿Eso fué una niña?— inquirió divertido el menor.

—Sí ¿Crees que puedas venir solo un momento? Estoy en el Heckscher Playground, en Central Park.

¿Y qué haces ahí?— preguntó sorprendido.

—¿Vendrás o no?— resopló molesto.

Está bien, pensaba dar un paseo y me queda bastante cerca. Pero me deberás una— anunció.

—Después hablamos sobre eso— contestó y colgó.

—¡¿Va a venir?!— preguntó ansiosa e Itachi asintió —¡No... puede... ser! ¡¡Va a venir!!— el Uchiha tuvo que cubrirse los oídos ante el grito agudo y luego rió, contagiado con la emoción de la niña.

—¿Cómo fué que...?— indagó Shisui, aún sin creer lo que estaba pasando.

—Sasuke es mi hermano— confesó, encogiéndose de hombros.

SWEET (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora