•39•

2.6K 334 88
                                    

Naruto lo dejó solo en la ducha, le había ordenado alistarse y después de un beso que le robó el aliento, salió del baño con una toalla envuelta en sus caderas.

Su estómago se apretó ante la perspectiva, recordando lo erótico e intenso del juego que habían practicado en su oficina. Le encantaba su dureza, su fuerza a la hora de ordenar, esa mirada índigo que lo hacía derretirse y caer a sus pies. No seguía molesto por su desahogo con los azotes la última vez, habían conversado, establecido la regla de si uno de los dos estaba de mal ánimo, simplemente buscar un mejor método. Pero Sasuke no estaba nada renuente a aprender la parte lasciva de los juegos que Naruto practicaba, de hecho, añoraba que el rubio le diera la oportunidad.

Así que, aunque el nerviosismo le hacía temblar las manos, realizó las mismas acciones de preparación, y después de secarse y atar su cabello en una coleta alta, caminó desnudo hasta el cuarto blanco. Respiró profundo antes de atreverse a entrar, y vió a Naruto sentado en su trono de cuero y madera clara, vistiendo un pantalón negro y el pecho descubierto. En su mano derecha tenía una fusta de punta plana, y sus rodillas estaban abiertas, dándole un aspecto seguro y superior.

Sasuke no puedo evitar sentirse algo intimidado, aquel hombre que podía ser tan cariñoso y risueño, dentro de esa habitación lucía como un depredador silencioso y letal.

Come closer. (Acércate)— ordenó en un tono bajo y ronco, que hizo vibrar su vientre. Recorrió su cuerpo desnudo con la vista todo lo que quiso, sin reparos ni pudor, mientras caminaba hasta colocarse delante de él —Dentro de ésta habitación, tú eres mi propiedad. No hablarás, te moverás o te correrás sin que yo lo ordene. Cualquier desacato será castigado como yo lo considere prudente. Responde; "Sí, amo", si entendiste.

—Sí, amo— murmuró Sasuke, ignorando el nudo de ansiedad. Su vientre se tensó cuando Naruto recorrió la piel de su abdomen con la fusta, de manera muy lenta.

—¿Cuál es tu palabra de seguridad?

—Sugar— respondió y luego retuvo el aliento tras sentir dos golpecitos suaves.

—Repítela.

—Sugar— jadeó. Era increíble como con solo unas simples acciones por su parte, ya tenía el cuerpo encendido.

Good boy... (Buen chico...)— felicitó y dió dos golpecitos más, ésta vez sobre sus muslos —Get on your knees. (Arrodíllate).

Sasuke obedeció, colocándose entre sus piernas abiertas, y no pasó por alto la alfombra acolchada debajo del asiento, que no le permitió sentirse incómodo en esa posición. Parecía que todo el cuarto blanco estaba dispuesto para el sexo, porque incluso cuando Naruto separó más sus piernas, los apoyabrazos del asiento eran lo suficientemente amplios para que no les estorbara.

Dejando la fusta sobre sus muslos, retiró el último botón del pantalón que llevaba y liberó su erección. Sasuke tragó saliva ante la visión, y más cuando el rubio comenzó a acariciarse lentamente.

Suck it. (Chúpalo)— bramó, tomando la fusta de vuelta y dejando descansar los brazos en el trono.

Sasuke, sin objetar nada, se inclinó y lamió a lo largo del miembro. Luego besó la punta, antes meterla en su boca todo lo que pudo. De reojo lo vió como apoyó la cabeza en el espaldar y se entregó al placer que le provocaba con su boca. Incluso de rodillas, desnudo y vulnerable, Sasuke se sintió poderoso, al ser capaz de hacer jadear y gruñir a un hombre como Naruto Namikaze.

Lo torturaba con movimientos lentos, para después acelerar y hacerlo tocar su garganta. Pronto sintió la mano del rubio sujetar su cabeza e incentivar a que continuara. Luego agarró su coleta bruscamente, dejando su cabeza quieta en el lugar, para levantar sus caderas y follar su boca con embestidas rápidas, que lo hicieron enrojecer y aguar los ojos. Jadeó ahogado tras soltarlo y empezó a masturbarse nuevamente.

Open your mouth. (Abre la boca)— raspó y cuando Sasuke se acercó y dejó ver su lengua y garganta, Naruto gruñó bajo y se corrió sobre sus labios y dentro de la misma —Swallow it. (Trágalo)— ordenó con una sonrisa ladina y limpiando sus comisuras al Sasuke obedecer.

^•^•^•^•^

Ahora miraba el techo de la estancia, luciendo éste, gracias a las luces amarillentas, de un tono ámbar muy claro. Naruto lo había hecho subir a una camilla plana y acolchada. Luego, mostrando una agilidad sorprendente, ató con una cuerda blanca sus tobillos, dobló sus rodillas para atar éstos a sus muslos y después agregó sus muñecas a los nudos. Se alejó un momento para buscar algo en el gavetero y regresó con una barra de acero que tenía dos correas de cuero en los extremos. Cerró éstas alrededor de sus muslos y luego, haciéndolo sobresaltar, alargó la barra espaciadora, dejándolo totalmente expuesto e inmóvil en el lugar, pues de abajo de la camilla, también sacó una correa ancha con la que ató su cintura.

Caminó con confianza a su alrededor, observando su obra perfectamente ejecutada, y luego extendió una mano y acarició el pecho del pelinegro, tenso y con el corazón bombeando fuerte.

You look so pretty... (Te ves tan lindo...)— halagó y presionó uno de sus pezones entre dos dedos. Sasuke gimió en alta voz tras Naruto inclinarse, meter uno en su boca, chupar y morder con algo de brusquedad —Te pondría una mordaza, pero no estoy tan loco como para privarme de tus gemidos... ésta vez— añadió y regresó a chupar, mientras con una mano pelliscaba el otro —Voy a jugar con tu pene hoy, y con ese agujero que me encanta— anunció, sujetándo fuerte su barbilla y estampando un beso sobre sus labios aún rojos y húmedos.

Con las piernas bien abiertas, Sasuke podía observar todos sus movimientos; lo vió acercar una mesita con ruedas y luego poner sobre ella varios objetos, de los cuales reconocía algunos. El miedo se empezó a notar en los temblores de su cuerpo, y el rubio al verlo, sonrió.

—Recuerda que puedes detenerme cuando quieras. Tú tienes el medio, sweetie— lo tranquilizó y Sasuke asintió solo un poco.

Retuvo la respiración ante el primer contacto; Naruto acariciando el interior de sus muslos con las manos. Sus nalgas, miembro, testículos, todo fué tocado y estimulado con dulzura. Después la sensación fría del lubricante y la invasión de un dedo en su interior. Los movimientos regresaron a su pene y tras unos minutos, se sentían torturadores, obligándole a desear más que un roce.

Cuando empezó a desesperarse, el rubio agarró sus testículos, los estiró un poco y ató en la base con una banda elástica, restringiendo el paso de semen a su miembro. Sasuke no se limitó al gemir con cada acción, y más cuando Naruto encendió un vibrador de punta redonda y comenzó a dibujar círculos y líneas sobre su miembro y ano. Su erección quería explotar, pero sabía que estaba muy lejos del final.

Pronto tenía un dildo en su entrada, vibrando, volviéndolo loco, mientras su pareja lo masturbaba.

—No puedo....— jadeó, encorvado su espalda.

—¿Cómo que no puedes?— preguntó Naruto, dando una fuerte palmada en el interior de sus muslos —Mira nada más como se lo traga todo— diciendo ésto, tomó el dildo de su trasero y lo sacudió antes de meterlo más. Sasuke, ahogado, entornó sus ojos y ya no se preocupó de que la saliva dejara su boca. Estaba totalmente desquiciado.

Naruto mordió sobre el mismo lugar que había golpeado, luego estiró su mano y tomó otro objeto. Era una pieza fina y larga, de acero quirúrgico, con protuberancias pequeñas y respondas, como gotas de agua en fila. En su extremo más grueso tenía un anillo del mismo metal plateado. Sasuke, con ojos entrecerrados, negó con la cabeza al verlo.

—Te fascinará— señaló Naruto, recubriendo el objeto con lubricante —Es un dilatador,— explicó, mientras con su otra mano sujetaba su miembro recto —va justo aquí...— mencionó en un murmullo, mientras lo fué introduciendo lentamente en su uretra.

Después de un leve ardor, Sasuke pensó que perdería el sentido. La sensación era indescriptible, como una corriente eléctrica que recorría el interior de su miembro hasta su próstata, que a la vez era estimulada por el vibrador que tenía puesto. Naruto rodó el objeto entre sus dedos y luego lo sacó y metió con lentitud un par de veces.

Los temblores y gemidos inconsisos le anunciaron que su pareja estaba en el límite de su cordura, así que, relamiéndose los labios, soltó su miembro y desató la liga de sus testículos, masajeó un poco a lo largo de su pene y luego retiró el dilatador, sin sorprenderse al Sasuke correrse de inmediato, dejando todo su vientre, muslos y su mano embarradas de blanco.

SWEET (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora