SWEET (Terminada)

•8•

—I really don't know when I'll be back. (La verdad, no sé cuando regrese).

—You have responsibilities here, Naruto. (Tienes responsabilidades aquí, Naruto)— la voz de su padre se escuchaba severa al teléfono.

—I know, but I'm learning a lot about Itachi's methods. We would really benefit from copying some of his techniques. Give me some more time... (Lo sé, pero estoy aprendiendo mucho sobre los métodos de Itachi. De verdad nos beneficiaría copiar algunas de sus técnicas. Dame un tiempo más...)— pidió, secando su rostro con una toalla y después ajustando su audífono al oído.

—Okay, just three more weeks. I need you here. (Está bien, solo tres semanas más. Te necesito aquí.)

—It's okay, thanks dad. Give mom a hug. (Está bien, gracias papá. Dale un abrazo a mamá.)

—She's another one who's desperate for you to come back. You know how it is. (Ella es otra que está desesperada porque regreses. Sabes como es).

—I know, tell her I'll bring him a nice present. (Lo sé, dile que le llevaré un regalo bonito)— sonrió.

Después de colgar, dejó el dispositivo sobre la mesita de noche y se arrojó de espaldas al colchón. Habían trabajado arduamente durante todo el tiempo que se había quedado en la mansión Uchiha, para que el convenio saliera lo mejor posible. Estaba satisfecho, y con la mente ocupada, apenas había pensado en Sasuke.

Era mejor, al parecer las cosas con él habían quedado justo en el lugar donde debían estar.

Sin camisa, solo en pantalón de dormir, apagó la luz y después de colocar las manos debajo de su cabeza, se entregó al sueño. Se agotaba tanto durante el día yendo de un lado para otro, que no tardó en dormirse profundamente, así que ni siquiera notó cuando la puerta se abrió.

El peso sobre su cuerpo y una caricia en la mejilla fué lo que lo despertó, a media madrugada. Entreabrió los ojos y lo primero que observó fué un cuello esbelto y blanco, rodeado por un collar de cuero negro, que tenía una cadena. Sonrió tontamente, creyendo que soñaba, pero cuando levantó la vista y vió el rostro de Sasuke, se sacudió sobresaltado.

—What the...? (Pero qué...?)— balbuceó. El chico lo miraba serio, pero sus mejillas estaban encendidas en rojo.

Naruto tragó duro y no pudo evitar observarlo con detenimiento. Sasuke llevaba unas medias negras hasta la rodilla, una falda de volantes muy corta, con la cola negra y peluda hacia un lado. Su pecho descubierto y en la cabeza una diadema con orejas de gato.

Sin saber que hacer, el americano no movió un músculo, intentando controlar su respiración ante la vista tan erótica. El chico estaba sentado sobre su miembro, y cuando se inclinó hacia adelante, Naruto no pudo controlar un jadeo.

—Sasuke...— gruñó, con los ojos desbocados en su figura.

—¿Te gusto ahora?— dijo él —Luzco como uno de los chicos de tu teléfono.

Naruto dejó caer la cabeza en la almohada, cerró los ojos y se relamió los labios. El impulso por follarlo en ese mismo instante devoraba su razón.

—I can't, damn I'm going to freak out on this. (No puedo, diablos voy a enloquecer con ésto)— murmuró entre dientes. Sasuke volvió a moverse, y Naruto por reflejo agarró sus muslos —Stop! (¡Detente!)— gruñó.

—¿Por qué no me haces caso?— exigió la respuesta.

—Todo ésto, está mal— señaló en un susurro —Por favor, ya no lo hagas. No me busques, no puede pasar nada entre tú y yo...— se obligó a repetir, como si fuese un mantra. Pero sus palabras eran más para sí mismo que para Sasuke.

Él colocó las manos en su pecho y clavó las uñas, mostrando que estaba rabioso, pero en su rostro apenas se veía la incomodidad.

—¡Estás duro!— señaló, removiendo sus caderas y haciéndolo jadear —Hazme caso de una vez y ya no te molestaré.

El rubio se mordió el labio, agarró la cadena de su collar y envolviéndola en su muñeca con un giro de su mano, tiró de ella hasta que sus bocas quedaron bien cerca.

—No tienes ni idea de lo que estás haciendo, ni en dónde planeas meterte— advirtió en voz baja, mirando su boca.

—Enséñame, no te tengo miedo— retó.

Naruto resopló una risa de impaciencia, y con un giro ágil, dejó a un confundido Sasuke con la mejilla presionada contra el colchón. Él, arrodillándose a su lado, apartó su cola y luego la falda, maldiciendo internamente al ver unas bragas de encaje negro debajo.

Ignorando el impulso de racionalidad, acarició uno de sus glúteos y luego lo apretó.

—¿Vas a volver a entrar a mi habitación?— preguntó severo.

—Sí...— jadeó Sasuke y gimió al sentir una fuerte nalgada.

—¿Vas a buscarme de nuevo?— insistió.

—Sí...— murmuró con su voz aplastada contra la sábana.

Otra fuerte nalgada resonó en la habitación, y Naruto gruñó al ver la marca roja de su mano en la piel tan blanca. Su corazón estaba acelerado, y su pantalón a reventar. Deslizó los dedos desde su muslo hacia arriba, lentamente, sintiendo como el chico se tensaba cuando llegó a la piel sensible. Una tercera nalgada, más fuerte de lo que pretendía, lo hizo gritar y encogerse.

—Sal de la habitación...— siseó, obligándose a alejarse de él

Sasuke se incorporó lentamente y lo miró, haciéndolo sentir culpable al percibir que tenía los ojos aguados.

—Tú me gustas— dijo de repente, limpiando su mejilla —¿Qué tengo que hacer para gustarte yo?

Naruto pasó la mano por su cabello rubio, en un gesto de desespero y luego tiró un poco de él.

—Tener al menos diez años más— respondió.

—Eso no es posible— murmuró el chico con la barbilla temblando, y tomando la cola entre sus manos, salió del cuarto.

Pegó su frente al colchón y gruñó de impotencia antes de pegarle un fuerte golpe. Luego se volvió a sentar, masajeó su rostro y miró la puerta. Aún podía sentir el escozor en su mano y la textura de su piel. Tal vez había sido mala idea pedirle a su padre unas semanas más. Vivir junto a Sasuke se estaba volviendo peligroso.