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—¿Para qué es esa maleta?

—Para que la dejes en el hotel junto a lo que te encargué. Son cosas que necesitará, no quiero que ande comprando todo nuevo y se sienta más distante— respondió Naruto y cerró el equipaje antes de dárselo a Shikamaru —No demores, no sé cuánto tiempo pueda retenerlo mi padre.

—No te preocupes.

—¿Hinata?

—Ni pista, se esfumó. Seguramente no quiere que la confrontes; pero seguiré buscando— informó, Naruto asintió y tomando su saco de uno de los sillones, se lo puso.

—Iré a ver a Kiba Inuzuka luego de pasar por la oficina, si alguien la azotó, tiene que ser él. Seguramente es parte de toda ésta mierda— gruñó y después, sintiendo un mareo repentino, se sujetó la cabeza con un jadeo.

—Oye, deberías descansar un rato. No has dormido nada y estás demasiado alterado— aconsejó Shikamaru y se acercó hasta colocar una mano en hombro.

—No podré hasta que Sasuke vuelva— murmuró.

—Te vas a enfermar, Naruto.

—Tu amas a Temari... ahora imagínate en mi lugar ¿Podrías sentarte y dejar pasar el tiempo?— el asistente suspiró resignado.

—Pongamos manos a la obra entonces.

El despacho donde Kiba trabajaba estaba lleno de abogados aún después de las seis de la tarde, todos lo reconocieron y se sorprendieron al verlo entrar allí, pero ni siquiera la secretaria se atrevió a negarle el paso. Entró sin más a su oficina y él frunció el ceño, furioso.

—¡¿Piensas que ésta es tu casa?!— inquirió —¡¿Qué mierda haces aquí?!— se levantó y apoyó las manos sobre su escritorio en pose amenazante.

—Escúpelo...— gruñó —Hinata estuvo contigo la otra noche ¿Verdad?

—¿A tí qué te importa? ¿Te molesta que me la folle? ¡Tú hiciste lo mismo cuando ella aún me pertenecía!

—Y fué el error más grande de mi puta vida— siseó —No me importa lo que hagas con ella, pero solo te utilizó para después meterse a mi casa y que mi pareja la encontrara en mi cama con las marcas que le hiciste— Kiba soltó una carcajada burlona.

—¿Ya se te fué la japonesa?— preguntó sarcástico y luego jadeó cuando Naruto se avanzó sobre él y lo sostuvo del cuello de su camisa.

—Escúchame, imbécil...— gruñó, muy cerca de su rostro —No estoy dispuesto a pagar por la mierda que te haya hecho, y mucho menos si el precio es Sasuke; así que te jodes, y ahora mismo me dices lo que pasó.

—¡¿Quién carajos te crees que eres?! No te tengo miedo, Namikaze; tócame y te hundo en un juzgado— Naruto lo empujó, haciendo que cayera sentado en su silla.

—Incluso una persona como tú, sabe lo que es querer a alguien, aunque Hinata sea una desalmada y solo te utilice. Amo a ese chico... y estoy dispuesto a todo por recuperarlo, así que dime qué quieres para que vengas conmigo y le cuentes la verdad; sé que fuiste tú quien estuvo esa noche con ella— Kiba se arregló las arrugas de su ropa y lo miró a la cara.

—Cinco millones— dijo con simplicidad y una expresión superior.

—Hecho— exclamó —Ahora levanta tu culo de la silla y ven conmigo— ordenó furioso, pero justo antes de darse la vuelta, el celular vibró en su bolsillo. Viendo el nombre de Ino en la pantalla, colgó, pero ella insistió una segunda vez y protestando tomó la llamada —Lo siento, estoy ocupado ahora, te llamaré...

^•^•^•^•^

Minato lo dejó casi a las cuatro de la tarde en el lobby del hotel; llevaba consigo varias bolsas de compras y su cabeza al fin no lucía como un nido de pájaros, aunque comenzaba a extrañar el peso de su coleta y cada vez que pasaba la mano por su cabello y éste terminaba en su nuca, se sentía extraño.

No hablaron de Naruto en ningún momento, lo que le permitió relajarse y actuar con más claridad.

Dejando algunas compras en el suelo, tomó la tarjeta magnética de su habitación y abrió, pero sin darle oportunidad de tomar de nuevo las bolsas, el color rojo abundante en la estancia lo hizo abrir los ojos impresionado. En cada rincón del cuarto había un ramo de rosas, sobre las mesas, sillas, incluso en el suelo. Sasuke entró al fin, caminando con lentitud después de cerrar la puerta y mirando a su alrededor. Sobre la cama también habían flores, y un sobre que tomó en las manos y abrió tembloroso.

"Do not forget I love you".
(No olvides que te amo).

Decía en letras negras con la firma de Naruto. Se dejó caer de espaldas en el colchón y cubrió sus ojos con el antebrazo ¿Acaso no había manera de dejar llorar?

Arrugó la hoja contra su pecho y suspiró profundamente, intentando calmar la repentina ola de emociones y el impulso de salir tras él. Necesitaba su espacio, estar solo para poder decidir que hacer, y el rubio no se lo estaba poniendo nada fácil.

Dejó la nota en la cama y se metió al baño, el cabello había sido recogido del suelo, seguramente por alguna mucama. Despojándose de la ropa se dió una ducha caliente y larga, hasta que entró nuevamente en ese estado relajado que necesitaba. Con el albornoz solamente se vistió, y al salir notó una maleta a un lado de la cama.

La revisó, viendo algunas mudas de ropa en el interior que le pertenecían, y luego la dejó en el suelo antes de apartar el edredón con rosas y acostarse. Acurrucándose con una almohada entre los brazos, se empeñó en dormir, pero la "decoración" a su alrededor era difícil de ignorar.

Resignado, alcanzó una de las flores y comenzó a rozar los pétalos rojos con su dedo. Cuando la llevó a su mejilla para sentir la suave textura, el sonido de su celular interrumpió su acción. Era Naruto...

—No puedo contestar— dijo con decisión, pero ansioso —¿No sé que parte de "necesito tiempo" es la que no entiendes?

Apartó el teléfono, ignorando todas sus llamadas, pero media hora después, tocaron la puerta de la habitación.

—¿Sigues insistiendo?— preguntó algo enojado —Cuando esté listo hablaré contigo...— exclamó en contra de su deseo.

—Señorito Uchiha, es Shikamaru Nara, por favor abra la puerta.

Sasuke se sonrojó avergonzado, pero después de arreglar su ropa, abrió con semblante serio.

—¿Qué ocurre?

^•^•^•^•^

Shikamaru condujo rápidamente hasta el hospital, pero Sasuke no esperó a que le abriera la puerta del auto, salió y fué guiado por el asistente hasta una sala VIP de terapia intensiva. Vió a Naruto sentado en la sala de espera junto a Ino y Kushina, éste tenía el rostro cubierto con las manos y la corbata desatada. Ignorando la expresión dura de la pelirroja, tomó la mano de Ino por un instante antes de acercarse a Naruto. Él levantó la cabeza al ver sus zapatos, y a Sasuke se le encogió el corazón aún más. Lo extrañaba demasiado, y se veía tan afectado...

—¿Cómo está?— preguntó, ignorando el impulso de abrazarlo.

Él frotó su rostro, tratando de recomponerse.

—Lleva tres malditos años ocultando que tiene problemas del corazón— explicó dolido —No tiene buen pronóstico— terminó diciendo y Sasuke se sentó a su lado, dejando que Naruto lo observara libremente y notando su ceño fruncido al mirar su cabello, aunque no hizo comentario al respecto.

—Pero si estaba bien ésta tarde...— dijo en voz baja, frotándose las manos con nerviosismo.

—Lo sé, pero parece que la vida quiere ser una perra conmigo— bramó ronco, inclinándose nuevamente hacia adelante y escondiendo su rostro.

SWEET (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora