SWEET (Terminada)

•47•

—Wake up. (Despiértate)— escuchó, junto con una sacudida de su hombro. Al abrir los ojos, vió a Naruto de pie a un lado de la cama; su torso estaba desnudo y llevaba unos pantalones de cuero negro, ajustados.

La noche anterior había aceptado entrenarlo los días que quedaban para la fiesta, pero fué una victoria amarga, Naruto se mostraba frío, e incluso cuando subió a la habitación, se dió cuenta de que tampoco esa noche dormiría con él. Al final quedó rendido por el agotamiento, y ahora miraba el reloj de la mesita, viendo que eran las seis de la mañana.

—Es temprano... ¿No irás a trabajar?— preguntó y lo vió fruncir el ceño.

—¿Crees que estoy jugando? Cuatro días no es tiempo suficiente para el entrenamiento que deseas... ¿Y me preguntas si voy a trabajar?— preguntó sarcástico y luego se inclinó y tomó su mandíbula —No, Sasuke, no iré a trabajar, tú no irás a tus ensayos, y nadie vendrá a ésta casa hasta el sábado en la tarde. Ahora levántate, desayuna, llama a tu compañía para decir que no irás y alístate para mí. Te espero en mi despacho— ordenó y luego lo dejó solo.

—Okey...— respondió en soledad, con la respiración agitada y algo temeroso —Yo me metí en ésto...— recordó —y voy a salir.

Fué un problema inventar una justificación para faltar tantos días, pero al final lo hizo, y después de usar un enema y a falta de saber si vestirse o no, colocarse un pantalón de chandal y un pullover, llegó a la oficina de Naruto.

Lo esperaba con los codos apoyados sobre el escritorio y el rostro escondido entre las manos, cuando lo escuchó entrar, clavó sus ojos azules en él y se recompuso, enderezándose en la silla.

—Siéntate— indicó y Sasuke obedeció en silencio, con el estómago apretado debido a la ansiedad. Naruto se inclinó y de un gaveta sacó una caja fuerte pequeña y la colocó sobre la mesa, luego unos documentos, entregándoles algunas hojas después —Éstas son las reglas que debes seguir en una sesión oficial, y las cuales cumplirás veinticuatro horas al día a partir de ya, hasta que el plazo termine. Sin pausas— recalcó con voz lenta —Léelas...

Sasuke leyó con atención cada uno de los puntos, mientras el rubio observaba su reacción, pero para su sorpresa, asintió al final y las colocó sobre la mesa.

—Ya...— respondió.

—¿Estás de acuerdo con ellas?— insistió serio y lo vió asentir —Bien,— apartó las hojas y le dió otras —éstas son las técnicas en las que estoy adiestrado. Como ves...— señaló la cantidad de ellas —tengo un basto conocimiento, así que estarás seguro a mi mando. Léelas, y señala las que no te agraden como límites duros. Yo respetaré tu decisión.

Sasuke tragó saliva antes de comenzar a leer, con el pensamiento de que Naruto había hecho cada una de esas cosas con otras personas, pero decidió apartar la imagen y concentrarse.

—¿Fisting...?— preguntó.

—Introducir mi mano o puño en tu ano— explicó con naturalidad y Sasuke abrió grande los ojos.

—No quiero eso...— murmuró y marcó con una pluma que Naruto le ofreció al instante —Ésto de los azotes con palas de pinchos tampoco...

—Entendible— concedió.

—Creo que ya— le dió las hojas y Naruto las observó antes de asentir —¿Sí algo no me gusta al experimentarlo, puedo cambiar después?

—Para eso está la palabra de seguridad— respondió mientras tecleaba un código en la caja fuerte y la abría.

Sasuke vió una multitud de lo que aparecían joyas, pero cuando se acercó, eran cadenas y pulseras finas de acero, la mayoría con algún dije o detalle en azúl.

—¿Qué son...?— indagó.

—Un amo al empezar con un nuevo sumiso da un collar a éste como símbolo de pertenencia. Como para todo en éste mundo, hay un protocolo...

—¿Esos son los collares de todos los sumisos que has tenido?— preguntó interrumpiéndolo y Naruto suspiró y lo miró serio.

—Sí.

—¿Cuántos...?

—Diecinueve.

—¿Y por qué los guardas?— inquirió.

—Si te callas tal vez pueda terminar de explicar— gruñó, golpeando dos veces con el dedo sobre las hojas, justo donde decía que un sumiso no debía interrumpir a su amo cuando hablaba. Sasuke frunció el ceño, pero no dijo nada más —El collar que da un dominante es una muestra de estima, él lo compra o lo hace con sus propias manos como regalo, y cuando la relación termina es su deber exigir su regreso. Una relación amo/sumiso no es como las demás, conservar los collares es símbolo de respeto y agradeciendo por lo que esa persona te ofreció, independientemente de como pudieron terminar ¿Entiendes eso?

—Sí...— murmuró bajo.

—Puedes deshacerte ahora mismo de esos celos, no tienen justificación— indicó mientras sacaba uno de los collares y lo colocaba en la mesa. Éste era una fina cadena plateada con una piedra azul como dije —Hay tres niveles en una relación amo/sumiso; éste collar es de Consideración, muestra el interés de un dominante de conocer y explorar la posibilidad de una relación. Aquí se establecen los primeros límites y acuerdos entre ambas partes— Sasuke miró de nuevo la caja y notó que todos eran parecidos.

—¿Llevaré uno de esos?

—No— respondió y sacó otro, éste era de cuero blanco con una anilla dorada delante y varias tachas del mismo material alrededor. El ceño de Naruto se frunció, pero luego continuó su explicación —El collar de Entrenamiento es el segundo nivel; cuando la relación se ha fortalecido y ya conocen a su compañero, entonces empiezan a experimentar con nuevos límites y técnicas.

—Solo tienes uno de ese tipo— observó el pelinegro.

—Sí, éste es el de Hinata Hyuga— dijo y luego lo devolvió a la caja. Sasuke apretó la mandíbula para evitar protestar —El tercero es el de Esclavo, es entregado con el deseo de formalizar la relación tanto D/s como sentimental, y el amo obtiene la sumisión completa de su pareja, ambos sintiendo un amor profundo e incondicional— Sasuke asintió y luego notó que Naruto no había sacado ninguno —Nunca he tenido un esclavo— respondió a su pregunta no formulada y cerró la caja para guardarla —¿Alguna duda?

—No, creo que no...— entonces se mordió el labio inferior —¿Serás así frío todo el tiempo?

—Seré como te ganes que sea. Ahora mismo no estoy de buen humor. Obedece y cumple, entonces te recompensaré; desafíame, desobedece y recibirás castigo. Así será desde ahora— explicó y notó como el chico bajaba la mirada. Naruto se puso de pie y rodeó el escritorio, llamando su atención; colocó la mano en su nuca y le dió un beso profundo y sentido, el primero en toda una semana. Sasuke jadeó al separarse y lo miró con ojos humedecidos —Espérame desnudo en la habitación blanca, iré en cinco minutos.

—Sí...