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La habitación que siempre ocupó en casa de sus padres, seguía igual; perfectamente limpia y acomodada, aún con sus trofeos de la universidad e incluso una foto con Itachi, en una de las paredes.

Dejó la pequeña maleta a un lado y aflojó su corbata; habían salido de su departamento y ni siquiera le dió tiempo a cambiarse. Agradecía que Sasuke lo había convencido de guardar sus pertenencias la noche anterior.

Despojándose de su saco y camisa, se colocó solamente un suéter azul con un pantalón más cómodo. Mientras subía el cierre de éste último, corrió las cortinas y se asomó a la ventana; desde allí tenía una perfecta vista hacia el jardín de atrás.

Sasuke e Ino se habían unido a Minato en el jardín. La rubia, después de asentir a algo que Naruto no escuchó, los dejó solos. Ambos comenzaron a caminar, recorriendo el lugar bajo su vista curiosa. Aún no caía del todo en la actitud de su padre para con su pareja, pero admitía que se sentía aliviado.

Decidido a unirse, bajó las escaleras hasta el jardín y los interceptó cuando venían de regreso a la mansión. Sentándose en una mesa de exterior, Minato suspiró cansado.

—¿La están pasando bien?— preguntó Naruto, rodeando la cintura de Sasuke con un brazo.

—El chico es una buena compañía— respondió el mayor y éste sonrió levemente —¿Puedes pedir un té caliente para mí, por favor, Sasuke?

—Enseguida— respondió y se alejó, dejando a los dos Namikaze solos.

—¿No estás fingiendo todo ésto?— preguntó Naruto, sentándose a su lado y recibiendo el ceño fruncido de su padre.

—Eres idiota— resopló —¿Acaso no tengo el derecho de arrepentirme?

—No he dicho eso— se apresuró —Es que tu actitud con Sasuke cambió tan radicalmente...

—Ese mocoso me puso los pies en la tierra— admitió, peinando su barba cana —Me hizo darme cuenta de que estoy viejo, Naruto, y que no puedo malgastar mis últimos días en tonterías sin importancia.

—Aún aguantas unas carreras— bromeó, viéndolo reír y negar.

—Eres mi hijo, te veo feliz a su lado y eso también me hace feliz a mí. Sasuke es una buena persona, no precisamente lo que esperaba... pero estoy satisfecho— Naruto alargó la mano y la colocó en su hombro.

—Que pienses de esa manera me alegra muchísimo— Minato alcanzó la mano de su hijo y dió dos golpecitos sobre ésta —Ojalá con mamá fuese así.

—Tu madre es una vieja frustrada. Quiere nietos y vive pendiente a lo que sus amigas estiradas y la prensa digan. No dejes que te afecte— suspiró —Intenté hablar con ella, pero está realmente renuente. De todas formas le exigí que se comportara, así que no te preocupes.

—Gracias...— murmuró —Sasuke dice que no le afecta, y hasta cierto punto le creo; por su enfermedad es difícil saber a veces lo que siente en realidad, y más en las situaciones tensas... pero a nadie le gusta ser tratado con desdén e indiferencia. Y me duele que sea de esa manera, él es a quién amo, y con quién quiero pasar el resto de mi vida.

—¿Entonces se van a casar?— preguntó Minato, tomándolo por sorpresa. Naruto sonrió para sí.

—Supongo que en algún momento— confesó, viendo como Sasuke salía de la mansión con una bandeja y tres tazas de té.

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Apoyado de espaldas en una cómoda de la habitación, observaba a su pareja terminar de peinarse delante de un espejo. Lucía realmente lindo. Se había puesto una camisa de seda negra y larga a mitad de muslos, con las mangas dobladas hasta el codo. Debajo un pantalón del mismo color, entallado. Su cabello suelto y dos trenzas en sus cienes unidas atrás, le daban un aspecto muy femenino.

SWEET (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora