Lunes, seis y treinta de la mañana. Inicio de semana y de la jaqueca de tener que despertar muy temprano cosa que no era para nada agradable al interrumpir un sueño tan reparador como los que solías tener. Ese día no se despertarían para ir a sus empleos, de hecho, era el inicio de las vacaciones y quisieron salir de viaje junto a Tae a tu país luego de dos años de no visitarlo ni ver a tu familia y amigos. Sin embargo, el viaje no fue suficiente motivo para que despertar temprano fuera de total agrado.
Su vuelo saldría a las ocho cincuenta de la mañana por lo que estaban con el tiempo exacto para llegar siempre y cuando, nada se interpusiera en su camino.
Les costaba bastante despertar por lo que ambos programaron las alarmas de sus celulares para que sonaran a la misma hora poniendo una canción que ambos odiaban para sentir la obligación de apagar ambos teléfonos.—Apaga eso Tae —Decías con voz ronca cuando notaste que Taehyung no desactivaba su alarma. Diste cinco segundos para que Tae acatara tu orden, pero el solo se quejó y continuo con su sueño obligándote a levantarte y caminar a su mesa de noche para desactivarla sintiendo un alivio al dejar de escuchar aquella horrible canción— Hey, Taetae —Te gustaba usar ese apodo cuando tenías que despertarlo cuando para el era casi imposible— Es tiempo de despertar —Hablabas con una voz dulce para que su despertar fuera de buen humor.
No obtenías el resultado que querías. Comenzabas a sentir el tiempo en contra así que te acercaste a el para plantar un beso sobre su frente tratando de despertarlo. El solamente se removía en su lugar soltando quejidos mientras frotaba sus ojos con sus manos
—Tae, ya despierta o nos va a dejar el avión
—No quiero —Su voz ronca salía inundando tus oídos lo que te dio la tranquilidad de haber logrado llamar su atención— Hace frio —Tomaba la cobija tapándose hasta la altura de su cabeza.
—Lo sé, pero nos abrigaremos al salir y podrás seguir durmiendo en el avión —A veces, Taehyung parecía ser un niño de cinco años lo que, en ese momento, era poco conveniente. Tan pronto terminaste esa oración, el estiró su brazo mientras sostenía la cobija y la puso encima de tu cabeza al estar tu arrodillada a la altura de su cara— Hey, hey. No trates de convencerme
—Solo cinco minutos más, ¿quieres? —Veías el rostro adormilado de Taehyung. Que buena vista.
—Si no tuviera tanto sueño me negaría, pero estoy a nada de cerrar los ojos y dormirme aquí arrodillada
—Sube —Se movía un poco para el otro lado de la cama para darte espacio mientras tu subías de nuevo a la cama recostándose a su lado mientras el pasaba su brazo por tu cintura y su pierna por sobre las tuyas. Era una pinza humana.
Sin darse cuenta, se quedarían dormidos. Recuperaste la conciencia tiempo después, abrías los ojos asustada al recordar que tenían un vuelo que tomar y por el tiempo desconocido que habrían dormido. Te levantabas de golpe tomando el teléfono de Tae para verificar la hora.
Ocho y treinta de la mañana.
Taehyung se despertaba de golpe ante tus sorprendidas acciones sentándose sobre la cama.
—¿¡Estas bien!? —Decía preocupado con la respiración agitada tratando de mantener sus ojos abiertos ante la violenta luz que sus ojos estaban recibiendo de golpe
—Regresa a dormir —Resignación pura
—¿Qué? —Confusión total ante tu cambio brusco de acciones y emociones— ¿Y el vuelo?
—Son las ocho treinta, ¿tú crees que llegaremos?
—Buen punto, en la tarde encontraré boletos para un horario en la noche