—¡Mueve ese trasero, _____! —Gritaba Yoongi desde tu patio delantero. Abrías tu ventana y sacabas tu cabeza por esta para responderle a Yoongi— ¿¡Qué esperas!?
—¡Dame dos minutos y estaré allí abajo! —Guardabas de nuevo tu cabeza para terminar de empacar algunas cosas en la mochila que solías llevar contigo a donde sea. Yoongi te reprochaba un poco por el estado que la mochila estaba adquiriendo, pero tu insistías en no cambiarla hasta que de verdad no pudiera soportar ni una bolsa de papas fritas.
—¡Ya me voy mamá! —Hablabas en voz alta mientras bajabas las escaleras colgando tu mochila. Te acercabas a ella quien se encontraba sentada en el sillón resolviendo algunas sopas de letras con total concentración— Feliz año —Le dabas un beso en la mejilla y ella cerraba sus ojos disfrutando del tacto de los labios de su querida hija.
—Feliz año para ti también hija, cuídate mucho y recuerda llamarme —Decía cariñosamente. De repente, su mirada se volvió sorpresiva como si acabara de acordarse de algo. Se levantaba del sillón y caminaba apresuradamente a la cocina para luego regresar a donde te encontrabas con una bolsa de papel en sus manos que ahora pasaban a las tuyas— Toma, preparé algunos sándwiches con algo de jugo en cajita para ti y para Yoongi —Guardabas rápidamente la bolsa y agradecías a tu mamá.
—Dile a mi papá que también le deseo un feliz año —Era la primera vez que pasarías vísperas de fin de año sin tu familia. Yoongi y tu irían a Times Square para pasar fin de año juntos por primera vez. Era el cambio de milenio, 31 de diciembre de 1999 y ambos venían planeando eso desde 1998. Era una aventura única para dos jóvenes de dieciocho años que no solían salir mucho de su casa. Fue supremamente difícil convencer a sus padres, pero fue después de muchas promesas que se cuidarían y llegarían a casa antes de las cinco de la mañana para que el permiso fuera concedido. Eran las dos de la tarde, pero necesitaban llegar rápidamente para conseguir un buen lugar en primera fila— Adiós mamá, te quiero
—Yo igual, cuídate mucho —Dijo en voz alta mientras tu salías de tu casa encontrabas a Yoongi esperándote impacientemente con las manos en los bolsillos y su cabeza siendo cubierta por la gorra de su chaqueta. Las temperaturas en Nueva York durante diciembre eran muy bajas.
—Casi me voy sin ti —Fueron las primeras palabras de Yoongi en cuanto estuviste frente a el lo que te hizo dirigirle una mirada decepcionante— ¿De nuevo esa mochila?
—¿Es víspera de fin de año o de juzgar a _____?
Yoongi rodaba los ojos mientras sonreía sin mostrar sus dientes y comenzaba a caminar en dirección a la estación de metro que tan solo quedaba a tres calles de sus hogares. El frio penetraba tus pantalones y las piernas dolían un poco, pero al entrar al metro, pudiste disfrutar de la calidez de este.
Llegaron en veinte minutos. La estación de la calle 42 estaba congestionada. Todos con dirección a Times Square.
—Dios mío, esta llenísimo —Decías mirando totalmente impresionada a cada rincón de la amplia calle. A cada lado que miraras, había gente amontonada con sus chaquetas, abrigos, gorros, guantes o bufandas.
—Bastante —Yoongi te daba la razón. Definidamente, no era igual que verlo en televisión. Se sentía la emoción y expectativa de las personas presente, era un ambiente algo estresante pero no dejaba de ser emocionante— Dame la mano para no perdernos —Accedías a tomar las tibias manos de Yoongi. Era impresionante ver como sus manos permanecían tibias teniendo en cuenta las bajas temperaturas de ese momento. Una pequeña sensación de tranquilidad invadió tu cuerpo entero al tomar la mano de Yoongi para evitar su separación y perderse en esa multitud.
—Maldita sea, no podremos llegar a primera fila —Después de caminar por un rato para encontrar alguna manera de llegar a los primeros lugares, no fue posible. Las personas solían llegar incluso doce horas antes para conseguir los mejores lugares— En verdad quería ver a Green Day —Tu desilusión era evidente
