Estabas en tu departamento organizando algunas nuevas adquisiciones que encontraste en una tienda de hogar. No tenías nada más que hacer ese día ya que era domingo y tenías todas esas cosas nuevas en un rincón ante la falta de tiempo. Reprodujiste algo de música para que todo fuera más entretenido y comenzaste a organizar, fue algo difícil ante tu indecisión sobre los lugares donde irían las cosas, pero se logró y justo cuando te ibas a descansar un rato, el timbre de tu hogar sonó.
—¿Qué haces aquí? —Decías al ver a Hoseok al otro lado de la puerta cuando no esperabas en absoluto su visita. Él se veía agitado por lo que lo dejabas entrar y él se dirigía se inmediato a tu habitación recostándose en tu cama— ¿Estas bien?
—Vine por esta zona para hacer ejercicio, pero cometí el error de no desayunar y me descompensé. Aproveché que estaba cerca de tu hogar —Hoseok solía hacer ejercicio trotando desde su casa hasta la zona en donde tu vives porque le tomaba veinte minutos trotando de venida y regreso, en total, cuarenta minutos.
—Eres muy tonto, recuéstate y te traeré algo suave para comer —Ibas en dirección a la cocina para preparar un caldo de pollo cosa que te salía bastante bien considerando las habilidades de cocina que tenías— Toma —Lo llevabas en una bandeja para comer en cama y el disfruto su comida para poder recuperarse. Una vez terminó, se recostó poniéndose cómodo y terminó durmiéndose profundamente lo que te hizo bajar la guardia ya que era obvio que necesitaba descansar; Esa siesta le vendría muy bien.
Creíste que solo se trataría de una corta siesta de no más de una hora, pero esto no fue así, pasaron más de tres horas y Hoseok estaba profundamente dormido lo que te hizo pensar que la noche anterior no había podido dormir óptimamente o quizás, era muy dormilón.
Mientras el dormía, tu descansabas en el sillón mientras te entretenías en tu teléfono. De repente, sonidos de pasos fueron recibidos rápidamente por tus oídos lo que te dieron a entender que Hoseok ya había despertado y no tardaba en aparecer por el pasillo que conectaba la sala de estar y las habitaciones.
—Buenos días principito —Decías burlonamente al verlo totalmente hinchado después de una larga siesta de casi cuatro horas. El frotaba suavemente sus ojos y revolvía su cabello— ¿Qué tal estuvo tu siesta? —Algo que te descoloco un poco fue la mirada de tristeza y terror que Hoseok te daba— ¿Qué ocurre?
—¿Estas bien? —El respondía con otra pregunta la cual te dejó en duda.
—Si, estoy bien —Respondías dudosa— La pregunta debería ser para ti, ¿estas bien? Te noto algo asustado —El se sentaba a tu lado y te abrazaba de la nada cosa que no se te hizo del todo extraño ya que Hoseok solía ser ese tipo de personas amantes de abrazar a los demás para demostrarles cuanto los quería. El suspiro levemente.
—Me alegra que estes bien
—¿Okey? —Aún no salías de tu asombro— Me estas preocupando, ¿Qué ocurre?
—Ah —Te soltaba y ahora te miraba para contarte lo que le ocurría— Soñé que morías luego de caer por las escaleras de tu departamento, fue horrible y muy real. Entré en pánico cuando desperté en tu cama sin recordar cómo había llegado aquí, tu sabes, cuando te despiertas a veces no sabes ni donde estas en lo que recuperas la conciencia —Chasqueaba su lengua y ladeaba su cabeza despejándose del estrés que le causo el sueño— Pensé que estaba aquí porque era real y estaba recogiendo tus cosas, fue horrible
—Hobi —Lo tomabas de sus mejillas y el simplemente dejaba que lo hicieras— Hay un dicho muy popular en el lado del mundo donde vivo que dice "Hierba mala, nunca muere"
Hobi te miraba totalmente desconcertado ante aquel dicho que en su vida había escuchado. Tu al darte cuenta de esto, reíste a la cual el acompaño segundos después.
—¿Eres una hierba? —Finalizaba preguntando de nuevo— Meditare sobre el significado de esa frase después.