Abriste los ojos lentamente, percibiendo una luz blanca algo fuerte; Miraste a tu alrededor: una cortina quirúrgica en tu lado derecho y tu lado izquierdo, doctores pasando de un lado a otro a paso acelerado lo que era algo estresante. El ambiente de hospital era de esos que te hacían querer salir de ahí lo más rápido posible.
Tenías una intravenosa en la mano y una suave y ligera manta cubriendo tu cuerpo. Te dolía un poco la cabeza y te sentías algo mareada, sin embargo, fue cuestión de segundos para que este malestar pasara. Al cabo de unos minutos, uno de los doctores se dio cuenta de tu despertar y se acercó a ti. Tomó tus signos vitales y te hizo unas cuantas preguntas de rigor.
Se retiró y luego entró Min.
Se paró a un lado de la camilla mientras mantenía sus manos en sus bolsillos; su expresión era seria y eso no era del todo reconfortante.
—¿Qué tal? —Fue lo único que dijo.
—Estoy bien —Respondiste sin más— El doctor dijo que fue por agotamiento
—Seguro —Suspiró. Se removió algo incómodo y volvió a incorporarse en su lugar— Ya regreso
—¿Regresas? No tienes que quedarte aquí, vete —Exigiste— No tienes ninguna orden para estar todo el tiempo vigilándome, así que puedes retirarte. Muchas gracias por traerme.
El doctor resolvió por darte el alta hasta la mañana, pues dejarte salir a esas horas de la noche no era muy viable. A pesar de las cosas, decidiste ir a trabajar porque ahora no te convenía ningún tipo de contratiempo que ocasionara que faltaras al trabajo, así que saliste muy rápido del hospital en dirección a tu departamento en donde solamente te cambiaste de ropa, cepillaste tus dientes y recogiste tu cabello para disimular un poco que no estaba lavado.
Impresionantemente, llegaste a tiempo.
—Al parecer hoy si estuvo la suerte de tu lado —Jihyun se burló un poco de ti— ¿Qué brujería hiciste?
—Nada, solo estoy intentando recuperar mi racha de puntualidad —Sin más, ignoraste a Jihyun hasta el almuerzo.
No tuviste tiempo de hacer tu almuerzo, así que hoy tendrías que comprarlo. No es que no te agradara la idea, pero los restaurantes estaban un poco llenos a esa hora, después de todo, no era la única compañía de la zona. Por eso, con minutos de anticipación, pediste un almuerzo a domicilio en un restaurante pequeño de comida casera.
Cuando se te notificó que el almuerzo ya había llegado, bajaste al primer piso a recibirlo. Sin embargo, mientras pagabas, te percataste de la presencia a lo lejos de Min la que fue lo suficientemente inquietante como para que pagaras lo más rápido que podías y entrar al edificio.
El día transcurrió con poca tranquilidad para ti. No parabas de pensar en que ahora Min te estaba siguiendo los pasos y eso solo te inquietaba más y más. Nunca te viste en una situación de persecución así que no sabías como controlarlo.
El horario laboral terminó y saliste algo inquieta del edificio, mirando a todos lados para percatarte de la posible presencia de Min. Sin embargo, no había nadie más que los empleados de la zona cosa que fue realmente reconfortante así que te dispusiste a emprender tu camino de regreso a casa.
—Que mier- —Alguien se atravesó de la nada en tu camino, obstruyendo el paso para continuar. Oficial Min, de nuevo— ¿Otra vez tú?
—Si, de nuevo yo —Esa expresión tan característica de Yoongi— ¿Qué demonios haces trabajando luego de salir del hospital?
—No puedo faltar —Te irritaste— Fuera de mi camino, quiero llegar a casa a descansar
Lo rodeaste para esquivarlo, pero él te siguió insistentemente. Lo soportaste un par de segundos hasta que logró agotar tu paciencia por completo.
