La alarma suena de nuevo, ese sonido horroroso era cada vez más insoportable y contraproducente: mientras tu mente entraba en catarsis, tu tiempo era amplio para llegar temprano a tu trabajo. Te levantaste de la cama sintiendo tu cuerpo pesado que luego se estremecería por un repentino escalofrío debido al cambio de temperatura entre tu cama y el exterior de ella.
Saliste de tu habitación en camino a la cocina sorprendiéndote con el repentino olor a huevos recién hechos con lo que parecía ser chocolate caliente. Te tomó por sorpresa, se supone que vives sola. El miedo se apoderó rápidamente de tu cuerpo activando tu instinto de supervivencia obligándote a tomar unas tijeras de tu escritorio.
—¿¡QUIÉN MIERDA ERES!? —Dijiste con voz temblorosa pero fuerte sosteniendo las tijeras frente a ti con los brazos extendidos para marcar distancia del sujeto frente a ti. El chico dejaba caer la pala de cocina con la que estaba revolviendo los huevos en el sartén. Su respiración era agitada y sus ojos estaban bien abiertos— ¡TE PREGUNTÉ ALGO!
—B-baja eso —Se intentó acercar a ti con intenciones de quitarte las tijeras, pero tú seguías a la defensiva con el corazón latiendo a mil por hora.
—¡LLAMARÉ A LA POLICIA!
—¡NO! —Su voz exaltada te asustaba— No soy una mala persona, lo prometo —Su voz sonaba aterrada— ¿Crees que una mala persona te haría el desayuno en vez de matarte?
—Los asesinos seriales son muy raros y esta no podría ser la excepción
—¡No soy un asesino! —Llevó su mano a su bolsillo trasero del pantalón y sacó su billetera, buscó en esta por algunos segundos para luego sacar lo que estaba buscando y pasártelo en mano— Mira, mi identificación —La tomaste con una mano mientras no bajabas las tijeras con la otra.
"Kim Seokjin
Fecha de nacimiento: 4 de diciembre de 2083
Lugar de nacimiento: Gwancheon, Corea del Sur"
—¿2083? —Tú sangre se heló, pero comenzaste a convencerte de que solo era una broma y en realidad iba a asesinarte. Era más creíble— ¿Tú crees que voy a creerte?, de seguro es una identificación falsa —La inspeccionabas por su parte delantera y trasera. Ese no era el diseño de la identificación coreana actual— Esta identificación jamás la había visto.
—En 2042 cambiaron el diseño de las identificaciones —Dijo en obviedad— ¿Más pruebas? —Asentías. Sacó una fotografía de su bolsillo: Era él junto a un perro sentado en el sillón en lo que parecía ser...tú casa— ¿Ves?, yo vivo aquí, pero en 61 años en el futuro.
—No, es estúpido. Debo estar soñando o tal vez sufro de esquizofrenia.
—Oye, los viajes en el tiempo existen desde tú época, otra cosa es que el gobierno no ventile sus secretos —Rodaba sus ojos— Mira, ya baja eso que no te haré nada y no quiero que me saques un ojo con eso, son demasiado lindos para que salgan de mi rostro —Optabas por bajar las tijeras, pero las guardabas entre el pantalón de tú pijama por si aquel chico decidía atacarte— Relájate.
Una vez bajabas ligeramente la guardia, te detenías a detallar los rasgos de aquel chico: piel pálida sin rastro de imperfecciones, ojos medianos y tintados de un profundo café, notorios labios rojos y abultados, hombros anchos y cuerpo en forma de reloj de arena. Era realmente apuesto, un apuesto que se metió a tu casa.
—Así que, Kim Seokjin —Intentabas sonar dominante y en lo posible, amenazante— ¿De qué supuesto año vienes?
—¿Si te lo digo me vas a creer? —Asentías, aunque en tu interior seguías creyendo que era un asesino serial que solo estaba empleando su modus operandi para luego matarte, cortarte en pedacitos y vender tus órganos en el mercado negro— Soy de 2112
