El baile de la escuela había llegado. No era tu festividad favorita desde que llegaste a Estados Unidos, más específicamente a Seattle. La verdad, planeabas en no ir al baile, pero Cho Jihyun, tu único amigo desde que habías llegado insistió en que debías ir y al menos intentar robar un poco de comida gratis que ofrecerían en la mesa de snacks lo que fue el suficiente argumento para lograr que consiguieras un vestido y unos tacones incomodos que preferiste pedir prestados a una amiga al saber que en tu vida volverías a usarlos.
Si habías tenido algunas invitaciones de chicos e incluso chicas para ir al baile como su cita, pero las habías rechazado al no tener planeado ir, ante el cambio repentino de planes, Jihyun se ofreció a ser tu cita del baile. Era lo mínimo que podía hacer al arrastrarte con el a ese lugar, aunque sabías que él te abandonaría en algún momento de esa noche ya que el llevaba más tiempo en Estados Unidos así que tenía más historial social.
Mientras te ponías tu vestido, pensaste un poco más las cosas y llegaste a la conclusión que, tal vez, no era tan mala idea ir a convivir y respirar el mismo aire que varios pubertos hormonales.
Te ayudaron con el maquillaje y el peinado, una clase corta de como caminar con tacones dando como resultado unos tenis en una bolsa a juego con el vestido para usarlos cuando quisieras mandar los tacones al demonio.—Ya llegué, te espero abajo —Jihyun iría por ti junto a su padre quien los llevaría y devolvería en auto.
—Bien, dame dos minutos y estaré abajo —Colgabas la llamada empacando tu teléfono en la bolsa para salir de la habitación y batallar un poco en bajar las escaleras con intenciones de no caer por estas a causa de los tacones encontrándote con Jihyun esperando en la sala de estar quien dirigió su mirada hacia donde venias al escuchar el sonido de tus tacones contra el piso.
—Pensé que iba a tener que recogerte del piso y terminaríamos en el hospital porque te caerías de las escaleras con esos tacones —Fue la primera frase burlesca que salió de su boca.
—Imaginé esta escena de manera diferente
—Adivino, esperabas que yo me quedara hipnotizado con tu belleza mientras todo se ponía en cámara lenta y me daba cuenta de que estaba tan enamorado de ti que iría a la misma universidad que tu
—Si lo dices de esa manera, suena a que vi muchas películas de ese tipo
Jihyun sonreía mientras ladeaba su cabeza para acercarse a ti y ofrecer su brazo en donde tu envolverías el tuyo para dirigirse a la puerta principal mientras tu madre los seguía para poder despedirlos.
—A las doce, ¿de acuerdo? —Tu madre les decía a ambos refiriéndose a la hora en que tu deberías regresar a casa. Ambos asintieron terminando con una despedida.
...
Al llegar, el bullicio fue lo primero que pudieron percibir. Entrar al gimnasio de la escuela que fue convertido en una fiesta decorada por el club de teatro de la escuela al que estuviste a punto de entrar si no fuera porque uno de los requisitos era quedarte dos horas extra en la escuela los lunes, miércoles y viernes. No sacrificarías dos horas de descanso extra por unas cuantas certificaciones de honor por haber aportado al club de teatro y vaya que te salvaste de decorar el inmenso gimnasio.
Jihyun te guio a una mesa en donde estaban sentados algunos de sus amigos. Te sentaste junto a Jihyun mientras el comenzaba a conversar contigo y sus amigos sobre experiencias en las que sabías que tú también podrías intervenir y viceversa. Luego de algunos largos minutos conversando o al menos observando y escuchando, una de las personas encargadas tomó el micrófono para comenzar a hablar obteniendo la atención de todos los presentes.