Llegabas a tu habitación en el campus de tu universidad un viernes en la noche. Estabas exhausta luego de tener que entregar todos los libros que habías pedido prestado de la biblioteca ganándote una mirada desaprobatoria por parte de la bibliotecaria; En tu defensa, no recordabas el momento en donde tenías que regresarlos.
Cada habitación era ocupada por cuatro jóvenes. Existían dos edificios llenos de habitaciones, uno de ellos era para los cuartos pertenecientes a las mujeres y el otro edificio era para los hombres.
—Tomen —Al entrar a la habitación, dejabas una bolsa llena de aperitivos que compraste en una pequeña salida a la tienda de conveniencia con la intención de llevar algo de comer a tus compañeras de cuarto. Conocías perfectamente cuan hambrientas podrían ser en las noches. La bolsa la tirabas encima de la mesa central de la habitación la cual era lo suficientemente grande como para que todas tuvieran un pequeño escritorio individual y cuatro camas separadas sin necesidad de que fueran literas— Para que no mueran de hambre
—Vaya, entonces si nos quieres —Jiyu, la mayor de la habitación quien se mudaría pronto al estar cerca de su graduación. Ella estudiaba mercadotecnia. Se encontraba recostada en su cama mientras leía un libro de lo que parecía ser un libro de romance juvenil cosa que no pensarías fuera su preferencia en libros ante su fría y sarcástica personalidad. Se levantaba de la cama sentándose en una de las sillas pertenecientes al conjunto de la mesa de centro comenzando a examinar la bolsa.
—Nos conmueves —Sunhee se encontraba revisando su teléfono sentada en aquella mesa. Ella era la menor, había llegado al dormitorio hace no más de un año, pero su extrovertida y social personalidad le facilitaron su proceso de adaptación con ustedes en la habitación. Estudiaba diseño de modas por lo que su escritorio estaba lleno de bocetos de prendas los cuales lograban gustarte demasiado— Ah, Ceste dijo que no llegaría esta noche porque pasaría el fin de semana con su grupo de amigas en las afueras de Seúl —Dijo de manera despreocupada.
—Es Celeste, tonta —Celeste, una estudiante hispanohablante como tu que había llegado al dormitorio hace tres años, estudiante de arquitectura con una personalidad tímida y reservada. Solamente tu podías pronunciar bien su nombre al ser en tu mismo idioma.
Luego, tu. ____, estudiante de diseño grafico que había llegado al dormitorio a la vez que Celeste. Tu proceso de adaptación fue complejo, pero gracias a Celeste, lograste sobrellevarlo con más serenidad.
—Bien, más para nosotras —Decías burlonamente— Llamare a Celeste más tarde para saber como esta. Oye Jiyu, ¿ya encontraste algún lugar donde puedas vivir luego de esto?
—Si, mañana iré a verlo —Sacaba las cosas de la bolsa— Oye, no trajiste los chocolates que me gustan
—¿Enserio sientes que tienes el derecho de quejarte? Eres muy descarada —Te sentabas a tu lado expulsando un suspiro expresando tu cansancio. Sentías que ese momento de poder relajarte no llegaría nunca por lo que estabas apreciando ese momento. En ese momento, tu celular vibró lo que llamó tu por lo que lo sacaste de tu mochila pesadamente para ver de que se trataba. Rodaste los ojos divertida al ver de quien se trataba.
Jungkook: ¿Estas dormida, anciana?
_____: Si, lo siento
Jungkook: Lo sabía, los ancianos como tu deben dormir temprano
_____: Cállate. ¿Qué ocurre?
Jungkook: Querrás decir "¿Qué se te ocurrió esta vez?". Adelante, pregúntamelo
_____: ¿Qué se te ocurrió?
Jungkook: Ven a mi casa y te lo diré
_____: Nah, tengo mejores cosas que hacer que hacerle caso a un adulto joven que está descubriendo lo increíble y vomitivo que puede ser el mundo adulto.
