Nuestro error

Capítulo 28

Dragan

Mientras iba hasta la casa de Eve, sentí mi celular vibrar en mi bolsillo, lo saqué rápidamente y lo miré, eran mensajes de Marko preguntándome dónde estaba y si me encontraba bien. Decidí contestarle más tarde, cuando me encontrara en la casa de Eve, antes de ir a dormir debería contarle. Seguramente después tendría que contarle también sobre el embarazo y que tendrá un sobrino en algún lugar del país. Al llegar, Ilan me recibió con una sonrisa mientras ponía la mesa, me pidió que me pusiera cómodo y que me sentara, que pronto llegaría la cena, asentí, me quité el abrigo para colgarlo en el perchero, saqué mi celular de uno de los bolsillos y lo metí en el bolsillo de mi pantalón antes de ir hasta la mesa para sentarme. Ilan, como siempre, me preguntaba dulcemente cómo me había ido en el trabajo; había olvidado lo que era que alguien me hablase con cariño. Aunque Marko lo hiciese, a su manera casi siempre, no recordaba lo que era que un padre lo hiciese. De repente, el timbre sonó haciéndome sobresaltar, Ilan me pidió que avisase a Aidan y a Eve mientras él iba a abrir. Me levanté y, sin perder un segundo, subí, primero al cuarto de Eve, luego, junto a él, avisamos a su otro padre. Cuando los tres bajamos, Ilan ya había abierto las dos cajas y las había dejado en el centro de la mesa. Nos acomodamos y comenzamos a comer. Ellos tres comenzaron a hablar, incluso Eve se mantenía conversando como si las cosas hubieran cambiado completamente. Me dediqué a observarlos, era una postal que hacía años no veía en mi casa o alguna otra, incluso en la de Oliver era difícil de ver, sobre todo porque él y su hermana no se llevaban especialmente bien con su padrastro. Bajé la mirada a mi plato centrándome en mi comida, manteniéndome completamente al margen de la conversación. Una vez que terminamos, subí al cuarto de Eve, tomé mi pijama y me metí al baño para darme una ducha rápida. Al salir, me encontré con el dueño de la habitación sentado en la cama, que levantó la mirada hacia mí, supuse que me diría algo, así que simplemente me acerqué a mi mochila y guardé mis cosas esperando a que hablase, pero no lo hizo. Asumí, entonces, que simplemente me estaba vigilando para asegurarse que no robara nada de su habitación, o algo así.

—¿Qué tanto me miras, lindura?

—Has estado en silencio en la cena.

—¿Te preocupas por mí? —sonreí, me acerqué a él y lo tomé del mentón—. Eres muy lindo, pero no tienes que hacerlo.

Resopló apartando mi mano.

—No te hagas ilusiones, Dragan, no hay nadie que me interese menos que tú. Solamente tenía curiosidad. Además, mis padres me lo han preguntado.

—¿Así que no te intereso, lindura? Es una pena.

—Deja de llamarme así, ¿quieres? Me pones de mal humor —soltó un suspiro—. Escucha, quiero intentar llevarme bien contigo, vamos a pasar unos largos seis meses juntos, ¿sabes? No quiero discutir todo el tiempo.

—Si te enojas tan fácil, no creo que podamos llevarnos bien.

Suspiró, se pasó la mano por el rostro y me miró.

—Dragan, estamos obligados a llevarnos bien ahora, estamos bajo el mismo techo y mis padres no dejan de presionarme para que nos llevemos bien. Haré el esfuerzo, pero no quiero ser el único que lo intente, ¿entiendes?

—Está bien, intentaré que no me caigas tan mal.

—Lo mismo digo.

Nos quedamos en silencio unos cuantos minutos, yo ya me encontraba bastante cansado del trabajo, a pesar de que había ido solo medio día. De repente, unos toques sonaron en la puerta, mientras Eve se dirigía a esta, me senté en el alfeizar de la ventana para mirar hacia afuera. Escuché a Aidan pedirle a su hijo la ecografía que había hecho por la mañana. Ambos se sentaron en la cama, los escuché hablar, pero no les presté atención, no me importaba realmente. Recordé que debía contestarle a mi hermano, así que saqué mi celular, abrí su chat y le conté vagamente dónde me encontraba. Marko no perdió la oportunidad de molestarme creyendo que Eve era mi nuevo novio o algo así; si supiera realmente por qué estaba aquí, no estaría molestándome, seguramente estuviera regañándome como si fuera un niño pequeño.