Capítulo 49

6 1 0
                                    

Eve

Dylan me miró con el ceño fruncido, no le había caído en gracia la noticia, sabía que hubiera querido que cualquier otro chico fuera mi novio ahora. No hice más que encogerme de hombros, no tenía ganas de empezar una discusión que ninguno de los dos tenía ganas de tener. Negó con la cabeza soltando un bufido. Rodeé sus hombros con mi brazo para acercarlo un poco a mí en un pequeño abrazo, que aceptó un poco a regañadientes. Nos quedamos un rato así, abrazados en completo silencio, sabía que era lo que él necesitaba en aquel momento, un poco de silencio. Conocía tan bien a Dylan que casi podía leer su mente, sabía perfectamente que, después de estar molesto unos días, simplemente aceptaría la relación y dejaría el ceño fruncido de lado al fin. Enredé mis dedos en su cabello haciendo que me mirase, le dediqué una pequeña sonrisa. De repente, escuché la puerta de la habitación abrirse, me giré encontrándome con Dragan. Al instante tuve el presentimiento de que todo se iría a la mierda en cuestión de segundos.

—¿Qué tanto hacen ustedes dos?

—Nada de tu interés.

Replicó Dylan con el tono asqueroso que usaba cuando estaba enfadado.

—De todas maneras, ya me iba —se levantó y se volvió hacia mí—. Nos vemos el lunes.

Dicho eso, salió de mi cuarto. Solté un suspiro captando la mirada de Dragan. Tenía el ceño fruncido y parecía contener las palabras que probablemente le gustaría gritarme, pero que no podría gracias a la presencia de mis padres.

—Quita esa cara de una vez, no es la primera vez que ves a Dylan pegado a mí —suspiró haciéndome sonreír—. Ven aquí, celoso.

Le extendí los brazos, me miró unos instantes antes de relajar sus facciones. Se sentó en la cama manteniendo una pequeña distancia entre nosotros, me acerqué a él y, sentándome en sus piernas, lo tomé de las mejillas. Le sonreí esperando a que dijera algo, pero lo único que recibí fueron reproches.

—Dylan es como mi hermano, ya te lo he dicho... No va a pasar nada entre nosotros. Además, no sería tan idiota como para serte infiel en mi casa.

—Te tendré vigilado, lindura.

No pude evitar soltar una pequeña risa antes de darle un corto beso en los labios. Era consciente que, probablemente, Dragan realmente vigilaba a sus parejas, él sabía qué se podía hacer a las espaldas de las personas, me había embarazado cuando estaba con su ex. Pero pensé que, por ahora, lo mejor era restarle importancia. Llevé una de mis manos hasta su cabello enredando mis dedos en él. Nos quedamos así, mirándonos en silencio como si nos hubiéramos enamorado de verdad en algún momento. Le dediqué una pequeña sonrisa antes de separarme por completo de él. Me senté en el escritorio y abrí el cuaderno de dibujo, pasé las hojas hasta llegar a una libre, tomé el lápiz para comenzar un dibujo nuevo. Escuché a Dragan levantarse y salir. Solté un pequeño suspiro mientras hacía los primeros trazos del contorno de un rostro. Cuando empecé a definir los rasgos, escuché a Dragan regresar, se paró a mi lado y dejó una humeante taza de té.

—¿A quién dibujas?

—A Dylan —soltó un bufido—. Debo compensarlo por una discusión que tuvimos hoy.

Tomé un sorbo de té y continué con el dibujo, o al menos esa era mi intención, él me lo impidió tomándome del mentón haciendo que lo mire, sonrió con un dejo de socarronería. Presionó ligeramente sus labios contra los míos en lo que parecía un beso, pero al instante mordió mi labio inferior haciendo que soltase un quejido. Me aparté llevando mis dedos a las pequeñas marcas, fruncí el ceño un poco molesto. Sonrió de la misma manera de nuevo y tomó un sorbo de lo que fuera que tenía en su taza.

Nuestro errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora