Capítulo 51

6 1 0
                                    

Eve

El sonido insistente del timbre me despertó. Fruncí el ceño molesto. Mis padres debían darle una llave a Dragan o no dejar que volviese de madrugada. Me levanté a regañadientes y salí de mi habitación, papá Aidan también se había despertado, pero, luego de decirle que abriría yo, volvió a su cuarto. O al menos eso supuse, después de decírselo, enfilé hacia las escaleras sin siquiera fijarme qué había hecho mi padre. Bajé rápidamente y fui a abrir. Del otro lado estaba Oliver sosteniendo a Dragan visiblemente borracho.

—Lamento molestarte a estas horas, pero no quiso quedarse en mi casa.

Dijo mirándome con cara de circunstancias. Dragan se tambaleaba a su lado luchando para levantar su cabeza. Estaba a punto de acercarme justo cuando comenzó a vomitar.

—¡Qué puto asco!

Me alejé de la puerta para evitar que me salpicase.

—Cuida tu lenguaje, Eve —escuché decir a mi padre, que se acercó rápidamente a nosotros—. ¿Cuánto bebió?

—Lo suficiente para no aguantarlo en el estómago, pero no tanto para quedar en coma etílico.

Mi padre no hizo más que suspirar. Salió evitando el pequeño charco de vómito, cruzó un brazo de Dragan por el cuello y lo tomó de la cintura para meterlo y llevarlo a, imagino, mi baño. Probablemente lo metería bajo la ducha para que despabilara un poco.

—Lo siento.

—No te preocupes, quien se tiene que disculpar es él —suspiré—. Gracias por traerlo.

—No es nada —me dio su billetera y el celular, lo único que llevaba en los bolsillos—. ¿Quieres que te ayude a limpiar?

—Eres muy amable —de nuevo la voz de mi padre desde la escalera—. Puedes irte si quieres, Dragan estará bien aquí.

Oliver no hizo más que asentir y saludarme con la mano antes de irse. Mi padre me pidió que fuera a vigilar que Dragan no se ahogase con el agua de la bañera o con su propio vómito. Subí esperando no encontrarme con el baño sucio. Al entrar, lo vi sumergido hasta el pecho en agua fría con ropa y todo. Tenía los ojos cerrados, como si se hubiese quedado dormido ya. Bajé la tapa del inodoro y me senté repitiendo "eres un idiota" como un mantra. Papá Aidan entró poco después y se puso en cuclillas frente a mí explicándome que esperarían un rato, hasta que él comenzara a temblar, que así sabríamos que la borrachera había pasado un poco. Esperamos para seguir sus instrucciones, luego lo sacó, lo desvistió y me pidió que fuera por algo de ropa, luego que preparase algo de café negro. Cuando volví, Dragan estaba sentado en la tapa del inodoro vestido con su pijama. Le alcancé la taza a mi padre, que me informó un poco divertido que hacía un rato que no dejaba de balbucear mi nombre. Le dio de beber de la taza como si fuera un niño pequeño, de a sorbos pequeños para que no volviera a vomitar. Cuando ya no parecía tan borracho, mi padre lo llevó hasta la cama y lo acostó.

—Llámame si se vuelve a sentir mal.

—Por su bien, espero que no vomite en mi cama.

Mi padre soltó una pequeña risa, me besó en la frente antes de salir de mi habitación. Me volví a Dragan, parecía haberse quedado dormido de nuevo. Apagué las luces, me senté a su lado y acaricié su cabello lo más suave que pude para evitar despertarlo, aunque dudaba que lo hiciera, sabía lo pesado que podría ser el sueño de alguien borracho. Lo observé en la penumbra, su rostro tranquilo, inmutable ante lo que acababa de suceder. Aún tenía olor a alcohol, no sabría identificar qué había tomado o cuánto. Suspiré acomodándome a su lado, recosté la cabeza en su pecho e intenté dormir. Me acomodé un par de veces, intenté poner en blanco mi mente, centrarme en los latidos de su corazón, en su respiración tranquila, pero me fue imposible dormir. Con tantas vueltas desde que llegó, ya no tenía sueño. Me aparté de él, saqué mi celular y di vuelta por todas la aplicaciones que tenía. Como era lógico, las actualizaciones eran mínimas por la hora que era. Cómo última opción para no aburrirme, conecté los auriculares, me los puse y encendí la música.

Nuestro errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora