Capítulo 45

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Eve

Bajé mi celular y miré a Dragan, tenía los ojos cerrados, me acerqué lentamente y acaricié su cabello esperando que abriese los ojos o lanzara algún comentario como de costumbre, pero, para mi sorpresa, ninguna de esas cosas sucedió, simplemente siguió allí, acostado, respirando de forma regular. Suspiré y me levanté para llevar la caja del cupcake restante a la cocina, al volver, cambié mi ropa por el pijama, luego volví a sentarme en la cama, esta vez junto a él. Lo moví un poco, llamándolo repetidamente, pero solo balbuceó girando su rostro hacia el otro lado. No pude evitar soltar una pequeña risa burlona, pero pronto se apagó; ¿cómo haría para acostarme ahora? Dragan estaba justo en el medio. Pellizqué su mejilla hasta que soltó un quejido apartándome de un manotazo, abrió los ojos rápidamente y me miró algo desorientado, luego frunció el ceño sentándose. No hice más que soltar una risita, aprovechando para meterme en la cama, él se levantó y fue directamente al baño. Me acomodé y apagué los leds, esperaba que Dragan apagase las luces de la habitación cuando saliera, pero, en lugar de eso, se acercó para desplomarse a mi lado.

—Hoy estás cansado, parece que drené tu energía.

—Entre otras cosas.

No pude evitar soltar una risita mientras me levantaba para apagar la dichosa luz. Volví a la cama y, como por inercia, me abracé a su espalda. Sentí un poco de vergüenza al percatarme de mi acción, pero preferí quedarme en aquella posición. Hundí mi cara en él, sintiendo su perfume. De repente, sentí que rozaban el dorso de mi mano, no le presté demasiada atención hasta que me percaté que eran sus dedos acariciándome. No pude evitar esbozar una pequeña sonrisa. Comenzaban a gustarme más de lo que deberían los momentos en los que estábamos así, simplemente en paz, tal vez tenía que ver con mi embarazo, últimamente no rechazaba las muestras de cariño como lo solía hacer antes de que pasara. Sentí sus dedos entrelazarse con los míos, sus tacto era bastante más suave de lo habitual. Su agarre aflojó lentamente, seguramente se estaba quedando dormido. Me apreté un poco a su cuerpo y me dispuse a dormir.

Agradecí despertar por la mañana con la alarma y no con náuseas como habitualmente. Abrí los ojos con pereza sintiendo la mano de Dragan pasar por debajo de mi camiseta hasta quedar contra mi pecho. Solté una pequeña risita antes de tomar su brazo con la intención de apartarlo, pero no me lo permitió, se abrazó más a mí. Volví a sonreír. Era de las pocas veces que no me molestaba estar de aquella manera, aun así, intenté de nuevo apartarlo, tenía que prepararme para ir a la escuela. Lo nombré unas cuantas veces hasta que, con un quejido, me soltó por fin. Me levanté y me dirigí rápidamente al baño para ducharme. Una vez listo, volví a mi cuarto únicamente con la toalla atada a la cintura. Abrí el closet en busca de ropa.

—Buenos días, lindura.

Me sobresalté al escucharlo, volviéndome a mirarlo como si se tratase de un espíritu y no de Dragan. No le presté atención cuando salí del baño, creí que seguía dormido. Me sonrió con un dejo de burla que apenas era visible tras la somnolencia. Bostezó restregándose los ojos. Me giré al clóset, saqué un bóxer, un pantalón y una camiseta de mangas cortas junto con una camiseta de mangas largas de tela de red. Mientras Dragan se levantaba perezosamente de la cama, me quité la toalla que me cubría y me vestí. Sentí su mirada fija en mí, pero no presté demasiada atención, simplemente me centré en prepararme, al menos hasta que me abrazó por detrás.

—¿No deberías estarte duchando?

—Estoy ocupado con algo más importante.

Dicho eso, comenzó a besarme el cuello. Si no fuera tan temprano, probablemente me hubiera gustado jugar con él. Lo aparté de mí con cuidado para no desatar una guerra, me giré para mirarlo, su cara seguía mostrándome la somnolencia que aún tenía. Me pregunté cómo podía pensar en sexo cuando era evidente que se moría de sueño. Le di un corto beso y, con pequeños empujoncitos, lo metí en el baño para que se alistara de una vez. Una vez que escuché la ducha, solté un suspiro y me puse los zapatos antes de tomar mi mochila. Bajé sintiendo el aroma del café, mi estómago rugió al instante. Mis padres me saludaron con una sonrisa cuando me senté, papá Ilan no tardó ni un segundo en dejarme una taza de café junto una cuantas tostadas frente a mí. Poco después, mientras los tres desayunábamos tranquilamente, Dragan bajó por fin. Después de desayunar, salimos los dos en dirección a la casa de mi amiga, como ya era rutina. Hoy parecía no estar demasiado hablador, no hacía más que responderme con monosílabos y alguna que otra oración un tanto distraída. Me pregunté si algo le molestaba, si se había enterado de algo en cuanto a su padre o a su hermano, pero no le preguntaría, seguramente lo molestaría y terminaríamos peleando. Cuando llegamos a la casa de Su, besó mi mejilla y se fue casi como si fuera un zombie. Lo observé alejarse unos instantes, luego negué con la cabeza y fui hasta la puerta. Isa me recibió, Suzana aún se preparaba y Dylan estaba en el sofá. Me senté junto a él, apretando mi hombro al suyo, estaba jugando en el celular y no parecía que me prestaría atención hasta que se aburriera, o al menos hasta que tuviéramos que salir para ir a la escuela.

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