Eve
Avisé a mis padres cuando vi a Dragan en una de las mesas sentado junto a otro hombre. Nos acercamos a ellos para saludarlos y acomodarnos en la mesa. Nos habían invitado a un restaurante familiar al que veníamos cuando era pequeño. El asiento que habían elegido era una mesa rodeada de un sillón que formaba un semicírculo, donde Dragan y yo quedamos uno junto al otro en el medio de mis padres y de su hermano. Dragan presentó a Marko y, luego, nos presentó. Papá Aidan no perdió el tiempo para comenzar a preguntarle cosas, seguramente lo psicoanalizaría como siempre. Mientras, papá Ilan intervenía de vez en cuando en la conversación o, simplemente, me preguntaba cómo me encontraba. Luego de pedir lo que comeríamos, nos quedamos en completo silencio, era un poco incómodo. De repente, al pasear la mirada por la mesa, me percaté de la mirada de Marko fija en mí. Desvié la mirada de él, pero aún podía sentirlo.
—Eve —me volví hacia él—. Eres lindo, ¿cómo te fijaste en mi hermano?
No pude evitar soltar una risita por la pregunta y la expresión de Dragan.
—Debo decir que estaba borracho.
—Sabía que no podías estar en todas tus facultades para terminar con él.
—Cállate, Marko.
Volví a reír. Parecían tener la misma relación que Suzana y yo, únicamente nos diferenciaba que ellos tenían la misma sangre. Mis padres distrajeron a los hermanos preguntándoles unas cuantas cosas, dejándome al margen nuevamente.
Cené en silencio la mayor parte de la cena, solamente intervenía cuando Marko me hablaba para molestar a su hermano. Cuando salimos del restaurante, mis padres les ofrecieron a Marko llevarlo hasta su casa y a Dragan quedarse con nosotros. Luego de que aceptaran, nos dirigimos al auto y emprendimos camino a la casa de los hermanos, donde el mayor se despidió de nosotros y el menor fue a buscar algo de ropa. Una vez que volvió al auto, nos dirigimos a mi casa. Al llegar, Dragan y yo subimos a mi cuarto para que acomodase sus cosas. Por mi parte, simplemente me puse mi pijama para acostarme.
—Tu hermano es agradable —dije cuando me arropé—. ¿Estás seguro de que son hermanos?
—Definitivamente, a veces tenemos las mismas manías.
—Y los mismos gestos. Eres un clon de él.
Terminó de guardar algunas prendas en mi clóset y me miró unos instantes en silencio con una expresión que no supe identificar. Se acercó a mi cama y se sentó a los pies dándome la espalda, me quedé observándolo. Supuse que no le habría gustado demasiado que lo llamase clon de su hermano, por lo que preferí mantenerme en silencio en lugar de comenzar alguna discusión.
—En realidad, preferiría que él se pareciera un poco más a mí —dijo después de unos instantes—. Mi padre termina golpeándolo por ser tan débil.
—Lo siento.
No tenía idea de qué más decir, después de lo que me había contado, no quería decir algo que pudiera molestarlo, al menos no en ese sentido. Dragan simplemente se encogió de hombros, como si no fuese importante, me acerqué a él y pasé mi mano suavemente por su espalda en una pequeña caricia, él se volvió para mirarme, noté que sus labios se curvaban en una pequeña sonrisa. Abrió la boca para hablar, pero mi celular lo interrumpió antes de que pudiera emitir cualquier cosa. Me aparté de él, me acerqué a la mesa de luz y miré la pantalla, era Dylan haciendo una videollamada.
—¿Qué pasa? —dije al aceptar la videollamada.
—¿Cómo te fue con el idiota?
—¿A quién le dice idiota? Te he dicho que no hables con ese, Eve.
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Nuestro error
Teen Fiction⚠️Nota: libro dos de Broken boy ⚠️ Un pequeño error llega a sus vidas para entrelazarlas de forma inesperada, obligándolos a buscarse después de una noche que casi había desaparecido en sus memorias. ¿Serán capaces de enfrentarse juntos al capricho...