47- Alguien te miente

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Me arrepiento una y mil veces de ir a esa disco anoche. Parece como si alguien estuviera martillando mi cabeza. A cada rato tengo que estar tomando agua y lo peor: ir a la prepa.

Estoy al frente de mi casa esperando a Matteo, que nos va a llevar en su auto.

Diez minutos aproximadamente, veo a Matteo salir en su auto, para a mi lado y baja la ventanilla. Oh my god, el niño anda con gafas.

—Me duele hasta hablar, sube —me dice resoplando.

Entro al auto, me siento en los asientos de atrás y pego mi cabeza a la ventanilla.

—Bonitas gafas —le digo a Matteo, él me mira a través del retrovisor y hace una mueca.

—Es por las ojeras, aún así me veo bien, ¿no?

—Sí, demasiado bien —cierro mis ojos.

Siento a Matteo parar el auto, y se que estamos frente a la casa de Samantha y Alan por el chillido de la chica.

—Por favor Samantha, no chilles —Alan le pide en un murmuro, siento un beso en mi mejilla, abro mis ojos.

—Hola, Alan —sonrío un poco.

Matteo arranca el auto, nada más se escucha a Samantha hablando con Matteo. Alan tiene su cabeza pegada a mi hombro. Estoy a punto de quedarme dormida pero el auto se detiene.

—No puede ser, puta preparatoria —gruño y Matteo suelta algo parecido a una risa.

—El año que viene la extrañarás.

—Sí... claro.

Nos bajamos del auto, apenas entramos un profesor regaña a Matteo por traer gafas. Matteo le pone mala cara. Pasamos por el casillero, luego entramos a nuestro salón, llegando tarde, a las clases de... ¿y esa mujer? ¿Quién es?

Matteo, Alan y Samantha parecen estar preguntándose lo mismo. La mujer se acerca a nosotros.

—Llegan cinco minutos tarde, no importa, todavía no eh anunciado nada.

Vamos a nuestros puestos. Duda y Louis agitan sus manos en forma de saludo al vernos.

La mujer da dos aplausos. Todos la atendemos.

—Se preguntaran que hago aquí... bueno, como sabemos las vacaciones de invierno las van a tener, eso es obvio, el año que viene tendrán que estar más tiempo aquí.

Y se jodió la cosa...

Todos. Absolutamente todos empezaron a lanzar preguntas y maldecir no sé cuantas veces y entre todos esos yo estoy.

La mujer vuelve a dar dos aplausos, pero por gusto, todos siguen haciendo ruido y quejándose, ya muchos están levantados, algunos golpean las mesas, otros chillan y la líder de ese grupo es Samantha.

La mujer, ya cansada sale de el salón, nadie se a tranquilizado, siguen con el escándalo. Eso es hasta que llega el director Orlando, con su cara seria. Todos rápidamente se acomodan en sus asientos y dejan de hablar.

El director se aclara la garganta.

—Ahora si hacen silencio, claro.

Nadie dice nada. La mujer vuelve a entrar al salón. Ella y el director de ponen a hablar, la mujer sale y el director se queda.

—Este salón como siempre, causando problemas, no es así señorita Parker —todos miran a Samantha, yo solo tengo que mirar el asiento de mi lado para saber que ella estaba con su teléfono.

—Emm, sí, así es —ella responde sin dejar de ver el teléfono.

El director sonríe un poco y niega con su cabeza.

Solo él✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora