—Y hemos llegado —Matteo detiene su auto en el parqueo de la preparatoria y sonrío emocionada.—Por fin no estaré más sola.
—Algún día tenía que llegar lo bueno, ¿no? Además de que yo estoy bueno —sonríe de lado y niego divertida.
—Creído.
Los dos salimos del auto y entramos a la preparatoria. En la cual apenas entramos se nos quedan mirando las personas, más a Matteo que a mí. Es nuevo aquí, así que eso lo hace ser el centro de atención.
—¡Hola hermosuras! —Samantha y Alan aparece al lado de nosotros. La primera se come a besos a mi mejor amigo.
—¿Lista para ser el centro de atención? —le pregunto y ella sonríe inocentemente.
—Siempre lo he sido.
—Eres una creída —Alan le dice rodando sus ojos—. El centro de atención aquí soy yo.
—Y habla de creídos —Matteo resopla—. Lo seremos todos, hermano.
—Ya lo somos —le digo—. Y no soporto serlo.
—Ahora soporta Cami —la gemela entrelaza uno de sus brazos con el mío—. ¿Dónde están los populares? Quiero ver como les baja la reputación.
—Los de dinero son los populares aquí —le explico—, así que no les baja la reputación.
—Lamentablemente se la bajaremos, porque nuestra belleza es inigualable, somos únicos.
Vamos directo al patio y allí nos reunimos cerca de las escaleras. Matteo saluda a un par de personas conocidas, Samantha saca su teléfono y publica un par de historias y Alan, sólo es Alan.
—Buenos días chicos nuevos —si no me molestara tanto esa voz no sintiera asco tan temprano.
Los cuatro nos giramos hacia la chica de cabello rosa y mechones de negros.
Sí, es Kate. La más odiosa y repugnante.
—Buenos para nosotros —Samantha le sonríe—, días para tí.
Kate rueda sus ojos y enfoca su vista en Alan, mirándolo durante unos segundos muy largos.
—Lo más seguro es que a Camila —la chica me señala—, le haya llegado la notificación de mi cumpleaños. Y espero que vayan. Todos son bienvenidos.
—Muchas gracias por tanta amabilidad —Samantha finge otra sonrisa—, no nos la perderemos.
—No te la perderás tú, Samy —le digo—, prefiero ir a un charco lleno de ranas a ir a la fiesta de una hipócrita que no entiende cuando le dicen que no moleste.
Los cuatro se me quedan viendo. Kate enarca una ceja y una sombra de sonrisa aparece en sus labios.
—Soy la figura pública de la preparatoria, debo invitar a cada estudiante de Western, así que sólo vine a decirles porque tal vez tú habías bloqueado mi perfil y no te había llegado la notificación de mis noticias.
—Debí hacerlo hace mucho.
—En fin chicos, nos vemos allí —la chica sonríe.
—Igual —Matteo asiente—. Ahora adiosito.
—Adiós —Kate le guiña un ojo y Samantha resopla.
—Es mío, recuerda.
—Lo sé —la repugnante ríe y se marcha.
—No iré allí —les digo cuando ella está lejos.
—Camila, hablamos de la fiesta en tu habitación y te había gustado mi idea —Matteo me recuerda.
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Solo él✔
Ficção Adolescente¿Una historia de amor? Mmm, tal vez. ¿Diversión y aventuras? Sí, las encontrarás aquí en mi historia. ¿Alguna vez han pasado por algo terrible que los ha hecho derrumbarse ya que esa persona era tu estabilidad y tu felicidad sólo dependía de ella? S...