Solo él✔

36- Los perros no ladran por gusto

Duda y Louis están sentados frente a una gran computadora. Colocan el teléfono de Kate y observan con atención. Se giran hacia nosotros y sonríen.

—Dentro de dos horas estará desbloqueado —Louis sonríe.

—Uff, que bueno, ¿y mientras que hacemos? —Samantha pregunta.

Desde afuera se escucha el claxon del auto de papá.

—Ya deberíamos irnos, está oscureciendo y papá está aquí —les digo, nos levantamos—. Nos vemos en la prepa.

—Hasta mañana —Samantha se despide de Duda y Louis con un abrazo.

—Hasta mañana chicos —Matteo y Samantha salen primero.

—Camila —Duda me llama, me acerco a ellos.

—¿Qué pasa?

—Hoy cuando fuimos a visitar a Alan, nos dimos cuenta que dentro de la celda-cuarto hay pequeños micrófonos en las esquinas, no les dijimos nada pero... porque Flipper entraba en ese instante —Louis  aprieta sus labios.

—Diablos, como no lo pensé antes —pongo mis manos en mi cabeza y me siento en el sillón del cuarto.

—¿No le has dicho a Alan que Matteo y Samantha le dispararon a aquel taxista? —Duda pregunta y yo niego con mi cabeza —Mejor así.

—Mañana iré a hablar con Flipper, yo sola... ya saben, él es mi tío y quiero hablar con él a solas... —les digo y asienten —Bueno, hasta mañana.

Les doy un pequeño abrazo y salgo de la habitación.

                          (....)

Me bajo del auto de papá, entro a delegación y camino hasta el despacho de Flipper. Samantha, Matteo, Duda y Louis vinieron hace un rato a ver a Alan, prefiero hablar con Flipper a solas, por eso vine ahora...

Y para estar a solas con Alan también...

Toco la puerta del despacho de Flipper, el dice un "entra" desde dentro. Entro, Flipper está sentado en su despacho mirando unos papeles.

¿Cómo no me di cuenta del parecido que tiene con papá?

—Camila, ¿vienes a ver a Alan? —me pregunta sonríendo.

—A Alan y a tí —le devuelvo la sonrisa.

—¿Y eso? ¿Alguna pista? Sé que están investigando.

—Emm... no, todavía no tengo ninguna pista solo... solo emm —suspiro, junto mis manos y luego las coloco sobre la mesa llena de hojas —¿Por qué hay micrófonos en las esquinas de la celda de Alan?

Me mira y frunce el ceño, se quita las gafas, se levanta y cierra la puerta.

—¿Micrófonos? ¿Los viste?

—Yo no los vi, Duda y Louis si los vieron, ellos me dijeron ayer... ¿Tú sabías de eso? —él suspira y niega con su cabeza.

—Seguro los puso Christian, ya sabes que él piensa que ustedes asesinaron a su sobrina...

—¿Él no está aquí?

—Regresa mañana, estaba en unas investigaciones —vuelve a colocarse las gafas.

Yo lo miro, sus ojos, su nariz, sus cejas... hasta su cabello, se parece mucho a papá.

Mis ojos se inundan en lágrimas y no sé el por qué... Talvez porque nunca lo conocí, o si lo conocí pero nunca me dió su amor y... y la verdad es que me ubiera gustado el amor de un tío.