—¿Qué problema surgió en Hamilton, pa...? —mi voz baja gradualmente al ver la persona que se encuentra sentada en el auto—. ¿Matteo? ¿Qué haces aquí?—Surprise! —el chico sonríe de oreja a oreja y yo suelto un chillido cargado de alegría para lanzarme a sus brazos.
—¡Pinche pendejo! ¿Por qué no me dijiste que vendrías?
—Porque entonces no sería sorpresa.
—Malvado —me separo y examino su rostro—. En persona has cambiado mucho.
—¿Por qué? ¿En extraterrestre era diferente?
—¡Matteo! —golpeo su hombro y él suelta una carcajada.
—Te extrañé demasiado.
—Y yo más a tí —vuelvo a abrazarlo—. ¿Cuándo te vas?
—¿Acaso quieres que me vaya?
—¡No! Sólo quiero saber para aprovecharte al máximo.
—Pues aprovechame toda la vida.
—¿Cómo dices? —tomo su rostro entre mis manos y entrecierro mis ojos.
—Diciendo.
—No —niego con mi cabeza—. Tú bromeas.
—Todos meamos.
—¡Mijo! —golpeo su hombro.
—Si me sigues golpeando no llegaré vivo a casa.
—Ay no inventes, si ni fuerza tengo.
—No sí, tú eres la señorita puñetazos en acción número uno.
—Ay, el niño es de cristal —niego divertida.
—Pues sí, soy de cristal.
—Haber, ya dejemos el drama y explica eso que dices —le pido—. Porque no entiendo nadita. Me llamaste y me dijiste que estabas en la preparatoria.
—En esta más bien —señala y pone el auto en marcha—. Vine hacia acá con mis padres Cami, volvemos a ser vecinos.
—No inventes —asustada le digo.
—No invento nada.
—¡Voy a llorar! —le chillo.
—Ay Cami —Matti entrelaza una de sus manos con la mía y con la otra agarra el volante.
—Es que... ¡Diablos! ¿Enserio no volveré a estar sola? —trago saliva y con mi mano libre echo aire en mis ojos.
—No estarás más sola. Te lo prometo —sonríe—. Mis padres decidieron venir para aquí ya que Hamilton está cerca y pueden salir desde casa sin ningún problema. En mi otra ciudad tenían que despertar temprano además de llegar tarde por las noches.
—Esto parece un sueño —murmuro—. Un sueño hecho realidad.
—Y lo es —asegura—. Yo también deseaba volver hacia Worrall, aunque esta vez...
—Camilo no esté —termino por él y miro por la ventanilla del auto.
—¿Estás mejor? —me pregunta y asiento.
—Sabes que es difícil, hace tres años de eso y... todavía creo que es mentira.
—Yo tampoco creo que sea verdad —suspira y suelta mi mano—. Pero debemos seguir adelante, ¿no? Juntos, sin que nadie se interponga en el camino, siempre sonriendo y recordando a Camilo con felicidad, porque él siempre nos dió eso.
—Él era mi estabilidad —cierro mis ojos—. Mis sonrisas dependían de él.
—Pero ya sonríes sin ningún esfuerzo —acaricia mi cabello y le disminuye la velocidad al auto ya que estamos llegando a casa—. Recuerda que la amistad siempre es más fuerte que la tristeza, y mientras estemos los dos juntos no faltará la felicidad.
—Lo sé, y te doy las gracias por eso —sonrío—. Eres mi mejor amigo.
—Somos amihermanos, y juntos somos invencibles.
Salimos del auto no sin antes dejarlo en el garaje y luego entramos a la casa para sentarnos en el comedor. Allí preparo tostadas con Nutella y las coloco en el centro de la mesa.
Matteo moja sus labios al ver las tostadas.
—Nadie prepara las tostadas con Nutella tan bien como tú.
—¿Por qué? —rio—. ¿Porque en verdad son más Nutella que tostadas?
—Exacto —asiente y toma una tostada—. Hoy puedo morir.
—Pues no lo hagas, idiota —le lanzo un pedazo de tostada—. O yo misma te mato.
—Luego de muerto no puedes hacerme eso.
—Te revivo entonces.
—Amo tus locuras —confiesa riendo—. Por cierto, también hay dos personas que me apuesto y amarán tus locuras.
—¿Dos personas? —frunzo mi ceño.
—Sí —asiente y sonríe—. Dos amigos que vinieron con sus padres para acá también.
—No manches —mi sonrisa se va haciendo más grande a medida que Matteo se va sonrojando.
—¡No sonrías así! —protesta y comienzo a reír.
—Nomás mira lo rojo que estás. Uno de tus amigos es la chica que siempre aparece en Instagram contigo, es... ¿Samantha? Sí, esa misma, ella es tu novia Matteo.
—¡Camila! —el pobre cubre su rostro.
—Es la verdad Matteito —canturreo y luego me pongo seria—. La conoces desde que entraste a la preparatoria. Estaban en el mismo salón de clases. Junto a su hermano los tres eran inseparables allá. Cada reel que hacías ella aparecía junto a tí, en las fiestas hacían cosas que no hacen los amigos, duermen juntos de vez en cuando, se besan al llegar a la preparatoria, y al despedirse también... Vamos Matteo Downs, son novios.
—¡Sí! Lo somos —confiesa y cruza sus brazos como un niño pequeño—. Sabes más de mi vida que yo mismo.
—Es que tú eres el que me lo cuenta todo.
—Eres mi hermana, para eso estamos.
—Claro que sí.
—Los gemelos Parker irán a la preparatoria junto a nosotros —le dice—. Así que aparte de mí tendrás más amigos.
—Ok, no estaría mal volver a la vida social.
—Sí, o a la vida popular, el grupo de: los ricos por todos lados.
—Ay Matteo, no presumas.
—No es presumir, es la verdad. Ya veremos a quien le dicen la solitaria. Como Kate se meta contigo se las verá conmigo.
—Sabes que ella es una pesada.
—Lo sé, pero me vale madres. Odio a las personas hipócritas y falsas. Después de la muerte de Camilo nos echó a un lado y ya. Era como nuestra mejor amiga. Ella y Rick son unas... mierdas.
—Lo son —confirmo.
—¿Del último qué sabes?
—Nada, y ni quiero saber tampoco. A veces lo veo por el parque y me escabullo rápido para que ni me vea.
—No soporto a las personas como ellos —resopla—. Tienen que ser familia.
—Sangre de sangre Brown.
—Mmm —limpia sus manos con una servilleta—. Vamos a mi casa, necesito que me ayudes a acomodar mi habitación.
—Oh sí, y también yo necesito saludar a mis tíos.
—Los ves prácticamente todos los días.
—Pero son mis tíos, tengo que saludarles —ruedo mis ojos y salimos por la puerta trasera para ir hacia su casa.
✓Reeditado✓
Amihermanos: amigos y hermanos a la vez.
Termino creado por mí✓
MinGabi©
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Solo él✔
Fiksi Remaja¿Una historia de amor? Mmm, tal vez. ¿Diversión y aventuras? Sí, las encontrarás aquí en mi historia. ¿Alguna vez han pasado por algo terrible que los ha hecho derrumbarse ya que esa persona era tu estabilidad y tu felicidad sólo dependía de ella? S...