—Definitivamente el parque es mi lugar favorito —Matteo estira sus piernas sobre el césped y luego se acuesta.Lo imito sonriendo y observo las nubes que justo ahora están en el cielo.
—Recuerdo que cuando éramos pequeños veníamos con Camilo y nos pasábamos horas mirando las nubes.
—Sí, y lo que más me gustaba eran las ocurrencias de Camilo al decir las formas que tenían. Jamás noté ninguna, siempre veía las nubes iguales —Matteo sacude su cabeza.
—Es que no tienes imaginación.
—Pues no, la verdad —se sienta y estira sus brazos bostezando—. Estoy cansado, no sé el porqué.
—Quizas pasaste demasiado tiempo jugando.
—Sí, puede ser...—hace una mueca y luego frunce su ceño. —¿Esa no esa Estella?—señala a una mujer que está sentada a lo lejos junto a una niña y trato de enfocar mejor la vista.
Estella es... algo así como la hermana de mamá. No se llevan, ya que mi tía descubrió que era adoptada y pues se alejó de todos, incluyendo a mamá, que no tuvo nada que ver con eso.
Mi familia es algo desunida. En realidad sólo somos mamá, papá y yo. Ni siquiera se llevan con mi abuela. Cosa que igual no entiendo y a ellos no les gusta hablar mucho del tema.
—¿Esa niña quién es? —Matteo me pregunta.
—Bueno, mi tía trabaja como niñera, así que debe ser una de estas niñas a las que cuida.
—¿Vamos a saludarla?
—¿Qué? ¿Estás loco? Claro que no...
—Iremos. Es tu tía así que vamos —se levanta y me tiende su mano.
—Matteo, hacía tiempo que no la veía. No creo que...
—Camila, vamos —me ordena.
—Como quieras pendejo —ruedo mis ojos y acepto sus mano.
Caminamos hasta donde está la mujer y la niña...
¿La niña?
Esa niña es...
—Hola Camila —Lucy me sonríe y se levanta para dejar un beso en mi mejilla.
—¿Camila? —la mujer, que estaba mirando algo en su teléfono levanta su mirada hacia mí—. Madre mía, Camila.
—Hola tía —sonrío y ella se levanta para abrazarme a mí y a Matteo—. El hijo de los Downs, madre mía, que grandes están.
—Oh sí, deberías ver mí... —Matteo comienza a reír nervioso y no termina de hablar ya que le golpeo el hombro.
Matteo tiene ese problema.
Casi suelta que debería ver su... Ejem... Es Matteo por Dios, ¿por qué me sorprende?
—¿Qué ibas a...? —mi tía le va a preguntar algo y yo rápidamente agarro sus manos.
—¿Cómo has estado tía?
—Oh, bien, ¿y tus... padres? —traga saliva y aprieto mis labios al ver su reacción.
—Bien, están bien.
—Que bueno. Hace mucho tiempo que no los veo...
—Siempre que quieras puedes ir tía y...
—¿Cómo esa niña te conoce? —Matteo me interrumpe.
—Ella y su amiga me defendieron de Andy —la niña sonríe emocionada—. Son mis super heroínas.
—Aww —sonrío.
Mi tía nos mira algo confusa y luego sacude su cabeza.
—He estado hablando con tu madre últimamente —me dice retomando la conversación que Matteo interrumpió y esboza una sonrisa.
—¿Enserio?
—Sí, estamos retomando nuestra relación de hermanas nuevamente.
—Ella no me ha dicho nada —cruzo mis brazos.
—Yo le pedí que no te dijera —confiesa—, sólo quería esperar a que las cosas fluyeran bien. Me alejé de ella cuando nunca tuvo la culpa. Hice muy mal, actúe de una manera horrible, pero estaba rota, mamá me había ocultado que yo era adoptada, y eso me hizo daño. Descubrirlo por mi misma fue terrible.
—Te entiendo —acaricio su mejilla—, y tranquila. Me alegra que las dos estén bien, me hace mucha ilusión verlas de nuevo juntas y...
—¡Camila! ¿Cantarías conmigo en el festival? —Lucy agarra mis manos interrumpiendome—. Necesito una compañera que cante en el festival, y tú serías la chica perfecta.
—¡Lucy! ¿Qué te he dicho de interrumpir a las personas? —tía Estella regaña a la niña, esta hace un puchero.
—Es que ustedes están habla y habla y hace rato que quería decirle a Camila.
—Ay tranquila —sonrío—, está bien, cantaré contigo. No tengo ningún problema con eso.
Matteo se me queda viendo raro y yo sacudo mi cabeza.
—Bien, entiendo nos vemos luego —mi tía se despide—. Debo llevar a Lucy a su casa.
—¡Hasta luego Camila! —la niña agita su mano y se marcha junto a mi tía.
—¿Estás bien, tienes fiebre acaso? —Matteo me pregunta cuando las dos están lejos—. ¿Enserio cantarás con esa niña?
—Pues sí, ¿qué tiene de malo?
—Que sólo cantabas con Camilo —aprieta sus labios—, es sólo eso.
—Lo sé, pero siento una especie de conexión con la pequeña. Además, no estaría mal comenzar a cantar de nuevo.
—Tienes razón —sonríe—, me alegro por tí.
—Gracias —le devuelvo la sonrisa pero luego me pongo seria—. Pinche culero, ¿cómo se te ocurre soltarle a mí tía eso de: O sí, deberías ver mí...?
—Sólo era broma —le resta importancia.
—¿Estás de coña? Te pasas Matteo.
—Lo sé, no sé cómo se me ocurrió decirle eso. Es que no sabía que más decir.
—A veces es mejor que no hables, sólo te quedes mudito y ya.
—No me puedo quedar callado, tengo que hablar siempre —ríe enseñado su blanca dentadura.
—Por eso la mayoría de las veces metes la pata.
—Pues sí, tienes toda la razón.
—Siempre tengo la razón.
—Por eso en los juegos me critican tanto. Por mis comentarios —resopla.
—Es que tienes un humor bien negro.
—No saben lo que es bueno.
—Sí claro. Me apuesto a que has ofendido a unos cuantos.
—Sólo sin querer —se defiende.
Ruedo mis ojos.
Matteo es algo imposible.
ESTÁS LEYENDO
Solo él✔
Novela Juvenil¿Una historia de amor? Mmm, tal vez. ¿Diversión y aventuras? Sí, las encontrarás aquí en mi historia. ¿Alguna vez han pasado por algo terrible que los ha hecho derrumbarse ya que esa persona era tu estabilidad y tu felicidad sólo dependía de ella? S...