16- Anoche

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                     <<Capítulo 16>>

Me despierto con un horrible dolor de cabeza, hasta mi espalda duele. Abro mis ojos lentamente, me doy cuenta que no estoy en mi cuarto y lo peor de todo, que estoy abrazada a alguien.

Miro a esa persona, mis ojos ven borroso, paso mis manos por ellos y veo algo...

Y lo que veo me pone en shock, ¡Alan y yo estamos abrazados!

Alan y yo abrazados, en un cuarto de la casa de Jared, y lo peor, sí, porque hay algo que es peor... estamos desnudos.

¡ESTAMOS DESNUDOS!

¡Aaahhh! ¿No mames bitch?

Madre mía...

No recuerdo nada de lo que sucedió anoche, ahora lo que tengo es la terrible resaca que hace que me dé un horrible dolor de cabeza.

Me separo de él con mucho cuidado para no despertarlo, mi ropa está en el suelo junto a mis inocentes bragas negras.

¿Ay Dios, qué mierda hice?

Lo que tenías que hacer hace tiempo.

Me pongo la ropa y los tenis, paso mis dedos por mi cabello para aunque sea arreglarlo un poco y mi mirada se dirige inocentemente hacia Alan.

Está cubierto solamente con una sábana de la cintura para abajo, me quedo mirando su abdomen y ¡Dios! Está tan bueno, su cara tan guapa y  parece un ángel durm...

La puerta del baño se abre lentamente.

Mi piel se pone de gallina en este momento, no sé si por miedo a que me vean aquí, o si por miedo de que alguien me mate justo ahora.

¿Y por qué te matarían? No has hecho nada malo.

¡Shhh!

Ni que me pudiesen escuchar.

Del baño sale Samantha y un suspiro de alivio sale de mis labios.

Trae su cabello en una cola alta pero toda desordenada. Se acerca a mi con paso de Pantera Rosa.

—Salgamos de aquí —susurra.

—¿Y los vamos a dejar solos? —pregunto igual susurrando.

—No importa, pero no les avisamos a nuestros padres, mejor vamos para tú casa.

—Ok.

Salimos del cuarto y lentamente cerramos la puerta. Bajamos las escaleras observando todo el desorden. Hay muchas personas tiradas en el suelo, y ni decir la cantidad de vasos rojos que hay regados por todos lados. Salimos de la casa y comenzamos a caminar a paso apresurado hacia la mía.

—Samantha, si mi mamá pregunta dónde nos quedamos, fue en tú casa —le digo y ella asiente.

—¿Y si no me cree?

—No importa, ella te creerá, aunque yo nunca le he mentido esta vez sí tendré que hacerlo. ¿Te imaginas que le diga que amanecí en la casa de Jared, en un cuarto junto a Alan y que despertamos abrazados y...?

—¿Por qué seguimos susurrando?

—¡Ay! Es verdad —golpeo mi frente y las dos reímos.

Minutos después ya estamos frente a mi casa, la puerta está sin llave, la empujo y entramos, pero detengo a Samantha, y me pongo a escuchar la conversación de mis padres. Porque están conversando de algo... interesante, digamos, porque están hablando en voz baja. Y ellos no son personas de hablar en voz baja.

Solo él✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora