50- Una Olivia débil

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—La historia es larga, ¿de veras la quieren escuchar? —Wendy vuelve a preguntar, yo la miro con cara de ¿enserio?

—Claro que la queremos escuchar —Louis murmura, sonriendo.

—Ok, se las voy a resumir, si la digo entera pasan dos semanas y todavía estoy contando —nosotros asentimos, Wendy se aclara la garganta—. Yo desde pequeña iba a ver a abuela, siempre, mamá y papá me dejaban aunque ellos no se llevaran muy bien con ella, mamá siempre discutía con ella, pero yo lograba convencerla para quedarme, me pasaba todas las vacaciones con abuela, siempre me ha gustado estar con ella, cada vez que tenía que regresar me ponía triste por dejar a mi abuela sola.

»Una vez, mientras estaba de vacaciones en la casa de mi abuela, conocí a un chico, de por si yo tenía muchos amigos y amigas, pero él, él era el chico más guapo de todo Laughter, mi abuela lo conocía ya que ella se llevaba bien con sus padres, que eran los que siempre la ayudaban cuando yo tenía que volver, la cosa es que a mis padres no le gustó la idea de que me gustara alguien, yo tenía catorce años, él quince, solo me llevaba un año, pero no, mis padres me prohibieron verlo, yo me había enamorado de él, mis padres no aceptaban eso.

»Yo volví a casa, ya las vacaciones se estaban acabando, todo estaba bien, mis padres no me hablaban del asunto, yo estaba ansiosa por que llegaran las vacaciones de invierno, para verlo a él y a mi abuela, mis padres no me dejaron ir, me prohibieron ir a ver a mi abuela, yo discutí con ellos porque me decían que mi abuela era la culpable de que yo me comportara así, yo no quise seguir discutiendo, me encerré en mi cuarto.

»Pasó un año, mamá y papá no quisieron dejarme ir a ver a abuela tampoco, recuerdo la sonrisa irónica que se formó en mis labios, salí de la casa y no volví hasta el otro día, llegué borracha, recuerdo que estuve en una fiesta de la preparatoria, se me hizo costumbre eso, salir a fiestas, llegar borracha, traer a chicos cuando tenía que cuidarte a ti y a Camilo, en tres años más, ya yo estaba alcohólica, ahí si me enviaron a la casa de mi abuela, por una semana, lo de la carta que yo envié es mentira, ¡todo es una puta mentira!

Veo que los ojos de Wendy se llenan de lágrimas, ella se aclara la garganta y continua.

—Ellos me enviaron con abuela al ver que no tenía más remedio, al llegar allí me controlé, mi abuela me ayudó, estuve demasiado bien con ella, tía Estella había vuelto a hablar con ella, en los años que no estuve con abuela fue tía Estella la que estuvo con ella —hace una pausa y se pasa las manos por los ojos—. Volví a ver al chico, él seguía de guapo, más guapo que nunca, apenas lo vi le di un fuerte abrazo, le dije lo mucho que extrañé hablar con él, él igual me dijo lo mismo, incluso me pidió ser su novia.

»Unos meses después de nuestra relación quedé embarazada, tenía diesiocho años, no sabía que hacer, entonces se lo dije, apenas le dije que estaba embarazada huyó, me dejó sola con la niña que traía dentro, gracias a Dios tenía a abuela y a tía Estella, ellas siempre estuvieron y están para mí, mis padres lo único que hicieron fue pagar los gastos del bebé, más nada, yo pensé que se alegrarían, pero no, solo me mandaban dinero todos los meses y ya... Luego ellos reflexionaron, fueron a verme y me pidieron disculpas, la verdad es que todo el mundo comete errores, yo los disculpé y bueno... aquí estoy.

Abrazo a Wendy, Louis me abraza a mí, de pronto me doy cuenta de algo. Matteo, Samantha, Alan y Duda están frente a mi cuarto, parados en la puerta.

—¿Hace cuánto están ahí? —les pregunto, separándome de Wendy y pasando la mano por mis mejillas.

—Desde que comenzaron la historia, pero no queríamos interrumpir... —Samantha responde, se pasa una mano por los ojos.

Los cuatro se acercan a nosotros y nos damos un abrazo grupal, haciendo que unas cuantas lágrimas se me salgan.

Solo él✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora