Solo él✔

10- Como la Cenicienta

¿Si tuvieran un exámen de historia mañana, asignatura en la que se llevan bien mal con el profesor, irían a una fiesta esta noche?

Pues eso es lo que yo voy a hacer. Y aún la idea de no ir ronda por mi cabeza.

Estamos en la casa de Samantha "estudiando" pero la verdad no se me pega nada.

¿A quién le importa historia? Yo no soporto esa asignatura. Por Dios.

—Historia no es lo mío —cierro mi cuaderno.

—Lo mío menos, hermana —Matteo asiente—. Así que deberíamos comenzar a arreglarnos ¿no? Son casi las siete de la noche. Aún tenemos que cenar y conociendolas a ustedes se tardarán bastante.

—Tienes razón —Samantha asiente—. Así que guardemos esto.

Cada uno se levanta y guarda las cosas dentro de las mochilas. Matteo y Alan salen de la habitación y Samantha y yo nos quedamos para arreglarnos.

                        (...)

Una hora más tarde luego de cenar ya estamos listos.

Samantha y yo andamos vestidas de rojo mientras que los chicos de negro. Es una combinación perfecta.

Subimos al auto de Matteo y este arranca a una velocidad alarmante.

—Matteo, bájale, ¿sí? Que esto no es rápido y furioso —le digo.

Alan, que se encuentra en los asientos de atrás junto a mí, ríe.

—Pero que floja eres. ¿Acaso te da miedo?

—Mi hermano murió en un accidente de auto, claro que me tiene que dar miedo.

Matteo inmediatamente baja la velocidad y Alan se me queda mirando por unos segundos con algo de pena.

—Lo lamento, no quería...

—Tranquilo, igual no sabías —sacudo mi cabeza restándole importancia.

—La verdad es que Matteo siempre anda como si estuviera en una carrera —Samantha resopla.

—Ah, pero es que me gusta conducir rápido, no como personas que parecen tortugas —el castaño se defiende.

—Pero es que no es necesario apresurarse —le digo—. Es temprano aún, así que calma, Downs.

—Ok, iremos con calma. Ya —el chico resopla—. Son insoportables.

Luego de diez minutos prácticamente llegamos a la fiesta de Kate Brown.

Bajamos del auto para entrar a la discoteca y encontrarnos con cientos de personas, más bien estudiantes de Western.

Joder, pero hasta caminar será imposible aquí.

—¿Tomaste el regalo? —Matteo le pregunta a Samantha, esta asiente y levanta uno de sus manos para enseñarnos una bolsa.

—Nah —niego con mi cabeza—. ¿Le compraron regalo?

Cualquiera pensaría que soy una egoísta. Pero vamos, en mi situación nadie le habría regalado nada.

Kate me hizo demasiado daño al alejarse de mi en la muerte de mi hermano. Fue tan hipócrita de su parte que me hizo darme cuenta de quienes son los reales en esos momentos, y el único fue Matteo.

—No seas egoísta, Camila —Alan enarca una ceja mirándome—. Nos ha invitado a su fiesta, obvio que teníamos que darle un regalo.

—No es ser egoísta, no sabes nada, así que mejor has silencio —le doy una mirada de pocos amigos.