23- Una casita para Rush

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Pensaba que buscar un collar para Rush sería fácil, pero no. Alan y yo llevamos casi dos horas buscando uno y nada, ninguno le queda a Rush.

—Será mejor encargar uno, que ya traiga su nombre —Alan murmura, cansado de buscar.

—Vale, entonces vamos a casa.

—¿No le comprarás ropa a Rush? —señala el salón de al lado donde se encuentra la ropa para mascotas.

—Intenté ponerle una camisa de un osito y comenzó a dar la vuelta para quitársela, mejor no. Es insoportable.

—Bueno, entonces vamos a tu casa para hacerle una casita.

Cargo en mis brazos a Rush y salimos de la tienda.

Cruzamos por el parque pero nos detenemos un momento al ver Kate y a Olivia venir hacia nosotros con sus manos entrelazadas.

¿Y esa locura?

Las chicas rien al pasar por nuestro lado.

—No las soporto —Alan resopla mirandolas.

Y cuando se las comió si las soportaba.

¿Sabes que eres muy pesada, conciencia?

Sí, ya lo sabía, pero gracias por recordarmelo.

Seguimos caminando hasta llegar la casa. Vamos directo a la cocina y saco dos jugos junto unas salchichas para Rush.

Le paso un jugo a Alan y este lo recibe agradecido.

—Gracias por eso ¡Dios que calor! —se quita la camiseta y ruedo mis ojos

—¿Sabes cómo hacer una casita para perros?

—Bueno, claro, con cartón es fácil, cuando Rush sea más grande puedes comprar una de madera, o le haces una asombrosa, que no sea de madera

—Vamos a buscar cajas en el salón de juguetes —le propongo y él eleva ambas cejas.

—Me suena a excusa para llevarme a tu cuarto ya que tus padres no están aquí.

—¿Qué? Claro que no, no seas pesado Alan.

—Igual si quieres hacer algo por mí no hay problema, soy todo tuyo —abre sus brazos y le pego en el hombro.

—Te pasas.

—Te la quiero pasar, que es muy diferente —ríe y sacudo mi cabeza.

Es imposible.

Subimos a mi cuarto y apenas entramos Rush sale disparado como un cohete a morder juguetes.

—Tenemos que buscar una caja bien grande —Alan comienza la busqueda y por unos segundos me quedo obsrvando su espalda.

¿Por qué está tan bueno?

Sacudo mi cabeza y voy a donde está Rush; él está mordisqueando un hueso de juguete, ese hueso será perfecto para ponerlo dentro de su casita.

Ni siquiera recuerdo haber visto ese juguete antes.

¿Para qué lo querías? ¿Eh?

Para nada, por Dios, sólo dije que no lo había visto antes.

Sí, claro, lo querías para perder la virginidad.

Tienes que estar de coña, conciencia. No te soporto.

Pues soporta.

Después de un rato de búsqueda de cajas me siento al lado de Rush.

—¡Encontré una! —Alan me dice emocionado y le pongo mala cara porque me senté por gusto

Solo él✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora