Primer paso a tu corazón
— ¡Tienes mucha suerte de que haya llegado a tiempo, imbécil! —siseó Sirius clavando más su varita en el cuello del Auror-—. ¡Te juro que si vuelves a atentar contra Draco, haré que te comas tu propio ojo!
— ¿Te crees con derecho a hablar?... ¡Pues te equivocas! ¡No eres más que un maldito ex presidiario, así que lárgate de aquí y no te metas en lo que no te importa!
— ¡Claro que me importa! Y te recuerdo que pasé muchos años pagando un crimen que no cometí, el Ministerio y Aurores como tú me los deben... bien podría pagarme ese tiempo con tu vida.
Moody apretó con fuerza sus deformados labios, pero no estaba dispuesto a mostrarse afectado.
— Muérete de coraje, Black, tengo mejores cosas que hacer que pelear contigo.
— ¡Entonces ve a hacerlas, y más te vale no regresar a menos que Dumbledore esté enterado de tu presencia, de lo contrario tienes prohibido entrevistarte con Draco Malfoy!
— ¡Es mi prometido, vendré a verlo cuando me plazca!
— ¡Es mi sobrino y aún no tienes autoridad sobre él, y quien sabe si un día llegues a tenerla!... ¡Largo!
Sirius sujetó a Ojo Loco del cuello de su túnica y empujándolo hacia el corredor que conducía al lobby, le dio una fuerte patada en el trasero. El ex Auror se giró varita en mano, pero al ver la mirada que Sirius había aprendido durante su estancia en Azkaban, decidió no arriesgarse y se fue arrastrando su pierna falsa.
Draco dejó salir el aire de sus pulmones cuando el peligro finalmente había pasado. Terminó por recoger sus libros y miró hacia donde Sirius. El animago volteó a mirarlo y caminó hacia él.
— ¿Te encuentras bien?
— Sí... Hubiera podido esquivarlo. —dijo, pero su voz temblorosa contradecía su mirada altiva.
— No lo dudo, pero a nadie le cae mal un poco de ayuda.
— Bien... gracias. —musitó en voz muy baja, le costaba mucho poder agradecer a Sirius su intervención, pero no era tan ingrato como para continuar despreciando su presencia en ese pasillo y a esa hora.
Ambos guardaron silencio unos segundos. Un tiempo que Sirius aprovechó para mirar más detenidamente al rubio, que ahora miraba a un punto perdido a su izquierda, sin saber qué hacer o qué decir. El animago reconoció que ya no tenía esa pose altanera que siempre le caracterizó, al contrario, Draco desprendía un aura indefensa, a pesar de que intentaba ocultarla con su valentía.
Se sintió mal al pensar que había estado demasiado preocupado por Harry cuando en realidad quien necesitaba ayuda era Draco, su familia. Y en ese momento sintió un avasallador sentimiento de querer cobijarlo, y salvarle... conseguir, del modo que sea, que Draco Malfoy fuera feliz.
Por Harry se había enterado del cambio de actitud del rubio a raíz de las tragedias familiares, por lo que empezó a sentir cierta empatía por él. Después de todo, tampoco había tenido una familia modelo de rectitud y honradez, e igual se sintió solo desde muy joven, por lo que entenderlo no se le hacía complicado.
— ¿Porqué no vienes conmigo?... Quisiera que platicáramos un poco.
— ¿Nosotros? ¿sobre qué?
— Somos familia y ahora sé que estás en problemas, me parece que podría hacer algo.
— Lo dudo... De cualquier manera aprecio tu interés.
— Ya, no seas necio, de todos modos te encuentras aún algo nervioso para acudir a clases, así no entenderías nada... y en cambio, una cálida taza de chocolate te caería bien.
— ¿Chocolate?
— En mis habitaciones nunca falta el chocolate.
Sirius rió mientras pasaba un brazo por los hombros de Draco. Éste se retorció para zafarse, no solamente porque no estaba acostumbrado a que Sirius se mostrara amable con él, sino porque ese comentario le había recordado algo... Sirius y Remus eran una pareja formal.
— ¿Te has molestado porque te abracé? —quiso saber el animago.
— No... pero sí debo ir a clases.
— No, no es necesario. Acompáñame.
Sirius ya no hizo el intento de abrazarlo, pero extendió el brazo señalando el camino hacia sus habitaciones. Draco frunció los labios tomándose el tiempo para meditarlo. Finalmente sus pasos se encaminaron alejándose de las aulas, y Sirius sonrió con suavidad.
Quizá no iba a ser tan difícil acercársele.
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Me he enamorado
FanfictionUna maldición llega a la vida de dos jóvenes forzándolos a unirse a alguien más para poder salvar sus almas. ¿Qué suerte correrán con las personas que les han elegido? Snarry