Esta noche es nuestra
Antes de que Harry tuviera oportunidad siquiera de tocar, la puerta se abrió lentamente. Bajó su mano mientras miraba a Severus frente a él, sin decir palabra, el hombre le sujetó de la mano para hacerlo entrar a sus habitaciones. Fue entonces que el corazón de Harry empezó a revolotear como si mil pájaros se hubieran ido a mudar en su interior.
La recámara estaba en penumbras, solo iluminada por las llamas de la chimenea, pero Severus no lucía como si hubiese sido sacado de la cama, aunque ya no llevara puesta su túnica, continuaba con su pantalón y un suéter oscuro. Harry pensó que seguramente estaba simplemente relajándose, tal como se lo confirmó el hecho de ver una copa de whisky reposar en la mesita de centro.
Despertó de sus pensamientos al sentir que Severus le soltaba y entonces le vio dirigirse hacia su sillón favorito. En silencio cruzó su pierna derecha sobre la izquierda, sus ojos negros se mantuvieron fijos en la llamarada. Harry creyó que volvería a llenar su copa pero no fue así.
— ¿Sucede algo, Harry? —preguntó con suavidad.
Harry no respondió de inmediato, hasta ese momento supo que sabía lo que quería pero no tenía idea de cómo decirlo. Buscando ganar tiempo fue a sentarse en la alfombra tal como lo hacía cuando planeaban su boda.
— Severus... —empezó luego de tomar aire, procuró mantener su rostro esquivado hacia la chimenea, ya sentía sus mejillas arder—... mañana probablemente me haya comprometido con Sebastian.
— Lo sé, presiento que aceptará ¿estás preocupado por eso?
— No, me siento decidido a dar ese paso, y aunque agradezco mucho el interés que has puesto en conseguirme a una buena persona para que me acompañe, en realidad, quizá preferiría que Sebastian no fuera tan agradable como me pareció a simple vista.
— ¿A que le temes?
— A ser cruel con él. —confesó apenado—. No tuve el valor ni la confianza de decirle que amo a otro hombre, creo que debí ser sincero pero no quiero que nadie más sepa lo que siento... quizá así sea más fácil tener una vida a su lado.
— ¿No se lo dirás?
Harry se giró quedando de rodillas entre las piernas de Severus, entonces éste pudo notar que sus ojos verdes lucían desesperanzados, aún a pesar del brillo de sus gafas.
— Yo no quiero casarme con Sebastian ni con nadie, pero lo haré porque no quiero lastimar a las personas a las que les importo... tú, entre ellas.
— Quisiera haber podido sentir ese amor, Harry, pero Sebastian podría dártelo... con él es muy probable que reencuentres la ilusión, es un hombre que yo sé que podrá conquistarte.
— No lo sé, ahora no quiero pensar en ello, tan sólo prométeme algo.
— Lo que quieras.
— Así como removiste cielo, mar y tierra para encontrar a alguien como Sebastian para mí... haz lo mismo por ti.
— Yo no tengo una espada en mi cuello, Harry.
— Cuando te pedí que me liberaras, lo que más me mantenía en pie es que tú serías libre para poder estar con alguien que sí logre que tu corazón se enamore... por favor, Severus, haz un esfuerzo por conseguirlo. Yo sé que en algún lugar del mundo hay un ser maravilloso esperando por ti, no dejes que pase más tiempo, ve en su busca también.
Severus sonrió negando, no tenía ningún interés en buscar nada ni a nadie, y al ver la expresión desilusionada de Harry, le sujetó de los hombros para levantarle del suelo y hacerlo sentar sobre sus piernas. El ojiverde jadeó complacido cuando se vio envuelto en el calor de Severus, cerró sus ojos disfrutando de ese momento.
— Si no eres tú, no fue nadie, Harry.
La declaración de Severus alentó al ojiverde para poder expresar lo que más deseaba esa noche, sin importar lo que sucedería al amanecer.
— Severus... —le susurró al oído—... hazme el amor esta noche.
El ojinegro no respondió. Por un segundo Harry le sintió tensarse pero de inmediato se compuso y apretó más al chico contra su cuerpo.
— ¿Estás seguro de que eso es lo que deseas?
— Con toda mi alma. —afirmó besando ligeramente la piel pálida de ese cuello que tantas veces saboreara, y se regocijó comprobando que el mismo sabor estaba ahí.
— Quizá no sea correcto, Harry... ¡Eres tan joven! —exclamó lamentando sinceramente ese hecho—. Y además, sigo siendo tu profesor, mañana te comprometes con alguien más, y...
— Olvida ya lo que es correcto o no, esta noche no quiero pensar de ese modo. No me importa nada ni nadie que esté fuera de la puerta de esta habitación, y si desde mañana tendré que resignarme a un destino que no quiero, regálame una noche, Severus, una noche para poder demostrarte lo que siento y regalarme a ti, todo lo que pueda porque cuando regrese el sol ya no tendré otra oportunidad.
Severus guardó silencio, tan solo inclinó su cabeza disfrutando nuevamente de los mimos de Harry, cerró los ojos satisfecho de sentir los dedos juveniles hundirse en su cabello para peinarlo mientras una lengua húmeda y caliente dibujaba pequeños círculos en su cuello.
Finalmente tomó una decisión, y poniéndose de pie, llevó a Harry en brazos hasta su amplia cama.
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Me he enamorado
FanfictionUna maldición llega a la vida de dos jóvenes forzándolos a unirse a alguien más para poder salvar sus almas. ¿Qué suerte correrán con las personas que les han elegido? Snarry