Una boda fuera de lo común
Harry no sabía ni qué decir.
Remus, Sirius y Draco se reunieron con él unos minutos más tarde para explicarle personalmente como iba a ser la vida de ellos a partir del próximo fin de semana. Afortunadamente Severus insistió en estar presente y no dejó de mantener sus manos entrelazadas durante todo el discurso.
Remus fue el encargado de exponer la situación, y mientras lo hacía, Sirius mantenía su vista fija en la mano de su ahijado aferrándose a la de su Profesor. Jamás pensó que ese gesto no estuviese haciéndole explotar de rabia, pero no, era todo lo contrario, se regocijaba al ver que Harry se sentía confortado por su prometido. Quizá era porque ahora mismo, se sentía feliz de que Draco a su lado se mantuviera muy apegado a su cuerpo. Sabía que él le hacía sentirse a salvo.
Finalmente Harry solo aseguró que respetaría la decisión que habían tomado y les deseaba mucha suerte a los tres.
Aunque el ojiverde aún lucía intimidado por aquella peculiar relación, fue sincero al manifestar sus buenos deseos y sus tres amigos lo sabían.———000———000———000———
Al salir de esa reunión, Harry se olvidó de cualquier cosa cuando Severus no le soltó de la mano y bajaron juntos a las mazmorras. Aunque el Pocionista iba nuevamente en silencio, para el chico fue realmente muy significativo que quisiera que le acompañara a sus habitaciones incluso en su día libre.
— ¿Quieres que empecemos a establecer los detalles para la boda? —cuestionó Severus cuando colgaba su capa en sus habitaciones.
— Sí, claro. —aceptó el chico viendo como su Profesor se dirigía entonces a encender la chimenea para lograr un calor agradable.
— Bien, entonces ven a sentarte conmigo aquí.
Harry casi corrió a reunirse con él al ver que el hombre lanzaba unos cojines a la alfombra frente a la chimenea. Los dos se sentaron sobre ellos, o mejor dicho, Severus así lo hizo, pero Harry se recostó boca abajo cómodamente abrazándose a uno bastante mullido. Por un segundo, el ojinegro estuvo a punto de reprenderlo pero enseguida recapituló y sonrió al pensar que Harry empezaba a sentirse en confianza con él.
— Bien, habíamos quedado que sería un rito ¿alguno celta te parece bien?
— Los desconozco por completo, pero si me lo explica seguramente habrá alguno que me agrade.
— De acuerdo, creo que se me ocurre cuál, pero dime ¿a ti se te antoja algo en especial?
— En realidad, ahora lo único que se me antoja es besarlo.
Severus sonrió con diligencia percatándose de la mirada divertida y coqueta de Harry por lo que asintió a su petición con un simple movimiento de cabeza que le invitaba a acercarse. Animado por el permiso, el chico se incorporó sentándose junto al Profesor, éste le acarició el rostro por unos segundos hasta que Harry ya no quiso esperar más y unió sus labios a los suyos.
Enseguida un torrente de placer recorrió el cuerpo del joven, que no dejó de gemir, removerse hundiendo sus dedos en la abundante cabellera negra. Ansiaba poder hacerlo sentir lo mismo que él, que su corazón latiera tan rápido como el suyo. Severus le correspondió apoyando sus manos en la cadera de Harry, recibiendo sus besos y regresándolos en su misma medida.
Al cabo de unos minutos, el ojiverde se apartó sonriendo cariñoso, apoyó su frente en la de Severus respirando aún de su aliento.
— Gracias. —le susurró enamorado.
— ¿Porqué me agradeces?
— Por dejarme besarlo.
Severus pensaba responder algo a eso, pero Harry no le dio tiempo, se separó y fue corriendo hacia el escritorio en busca de unos pergaminos limpios y tinta para continuar con sus planes. A su regreso al lado de Severus, éste notó que su mirada estaba radiante de ilusión, y pensó que quizá se había imaginado la sombra de tristeza cuando le agradeció el beso.———000———000———000———
Por la mañana siguiente, Harry, Ron y Hermione caminaban hacia el aula de Defensa para tomar sus clases. Pero al dar vuelta a un corredor, se encontraron con una escena francamente desagradable. Draco caminaba abrazando algunos libros, fingiendo no ver que tres de sus compañeros Slytherin realizaban una grotesca pantomima con movimientos sinceramente obscenos entre tres hombres.
— No sabía que en casa de las serpientes tenían tanta experiencia en el tema. —comentó Harry en voz alta mientras que Hermione se sonrojaba intensamente.
— Oh, Harry... —dijo Ron a su vez—... no seas tan puritano, para esta noche quedas invitado a una reunión conmigo y con Hermione, podemos enseñarte tantas cosas.
Hermione se sonrojó aún más, pero comprendiendo la intención de sus acompañantes no pudo ofenderse, y poniendo todo su esfuerzo decidió entrar en el juego.
— Hey, que eso es entre chicos... mejor únanse a Malfoy, yo iré a buscarme a Ginny o Luna, creo que son sexys.
Ron y Harry se miraron entre sí antes de estallar en carcajadas provocando que la castaña enrojeciera aún más. Draco también reía al haber escuchado decir eso a quien era la seriedad personificada, y respiró tranquilo al ver que sus compañeros continuaban su camino dejándole en paz... con Harry Potter involucrado ya no era divertido.
— ¿De verdad te parecen sexys? —preguntó Ron acercándose libidinosamente a su novia.
— ¡Claro que no! —se apresuró a aclarar, cada vez más sonrojada—. Y te prohíbo que me hagas bromas al respecto porque te buscas otra novia.
— Ah no ¿qué hago sin mi chica, eh? mis tareas no pueden quedarse inconclusas.
Hermione retorció sus labios, contrariada por el comentario de su novio, así que a Ron le tocó tener que convencerla de que solo bromeaba. Y mientras sus amigos se prodigaban arrumacos, Harry se adelantó hasta alcanzar a Draco, y ahora le tocó a él sonrojarse un poco confundiendo al rubio.
— No estás muy de acuerdo con lo mío con tu padrino y Lupin ¿verdad? —preguntó Draco continuando su camino con Harry acompañándole.
— No es eso... es que sinceramente va más allá de mi entendimiento. Yo simplemente no podría compartir a Severus con nadie.
— Quizá es simplemente cuestión de personalidades. Yo, a cada minuto que pasa, me convenzo más que sin uno de ellos ya no estaríamos completos.
— ¿De verdad te satisface algo así?
— Más que eso, Harry... Me siento más feliz de lo que he estado en mi vida, los quiero mucho a los dos, y cuando estamos juntos los tres, me prodigan de la sensación de ser único en el mundo al quererme a su lado.
— ¿Han...? —Harry se interrumpió, no sabía cómo plantear su curiosidad.
— ¿Que si hemos tenido sexo? —prosiguió Draco sonriendo por las mejillas acaloradas de su amigo—. No del todo, sinceramente, pero si ha habido caricias, besos, orgasmos, los he visto a ellos y...
— ¡Basta! Mejor no me des detalles. —pidió nervioso.
— Potter, ni pareces el mismo, hace unos días me dijiste que ansiabas provocarle erecciones a mi padrino y ahora te sonrojas por lo que te platico.
— Y yo creo que tú te estás desatando bastante rápido. —rió divertido—. Pero bueno, si realmente eso te hace feliz y a ellos también, creo que hacen una bonita... no, mejor dicho, un bonito trío.
Draco asintió riendo también. Harry dejó de reír de repente mientras continuaban acercándose al aula, sabía que no le quedaba demasiado tiempo para averiguar lo que quería y lo mejor era darse prisa así que tomó aire y decidió dejar de temerle a la verdad.
— Draco, ¿tú le contaste a tu padrino lo que te dije en la escalera la noche que me besó?
— No, por supuesto que no. —afirmó categórico—. Lo único que le dije fue que te había hechizado para que le besaras pero que no te acordarías de nada... ¿qué fue lo que pasó?
— Sí, él me dijo eso, pero que no te había creído, y... bueno, él se ha comportado muy gentil conmigo desde entonces.
— Eso es extraño. —comentó confundido—. Me prometió ser amable pero no creí que te confesara lo del supuesto hechizo que te eché.
— Lo más extraño es que él estaba seguro de que yo lo amaba, me lo preguntó y se lo confesé, pero no reaccionó muy sorprendido... además, me besó de tal manera que parecía intentar convencerme de que yo no le provocaba náuseas.
— Harry, yo te prometo que no le mencioné nada de eso, ni le dije que lo amabas ni mucho menos, pensé que eso te metería en un grave problema. Es raro que no haya sido así, yo imagino que mi padrino reaccionaría diferente si alguien le dice que tú le quieres, en primer lugar no lo creería, te pensaría como un mentiroso o quizá alguien que quiere llamar la atención.
— Opino como tú... Sin embargo, Snape no solamente no duda de mis sentimientos, sino que además, está de acuerdo con ellos y quiere intentarlo conmigo.
— Eso es algo bueno, ¿no? mejor no te cuestiones lo que hace o dice mi padrino, después de todo, siempre ha sido tan impredecible que, invariablemente, te sorprenderá.
— Sí... quizá tengas razón, ya no pensaré más en eso y tan solo lucharé para que jamás se arrepienta por haber creído en lo que siento por él.
Draco movió afirmativamente su cabeza, ya no tuvieron tiempo de platicar más, habían llegado a su clase.
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Me he enamorado
FanfictionUna maldición llega a la vida de dos jóvenes forzándolos a unirse a alguien más para poder salvar sus almas. ¿Qué suerte correrán con las personas que les han elegido? Snarry