Ahora ayudando a Harry
Severus se puso de pie y empezó a caminar de un lado a otro por su despacho, aquella ocasión le estaba costando mucho más trabajo poder disculpar la conducta de Draco así que prefería intentar relajarse antes de cometer o decir algo que lastimara al jovencito, después de todo, ya la vida le había dado demasiadas lecciones extremadamente difíciles.
— Lo lamento. —se disculpó Draco bajando del escritorio pero aún sin decidirse a acercarse a su padrino.
— ¿Cómo se te ocurrió hacer eso?... ¿Para qué? —cuestionó irritado pero procurando no levantarle la voz en ningún momento.
— Como te dije, pensé que era una buena idea y así ayudarlos a que estrecharan su relación.
El Profesor guardó silencio unos momentos, las palabras de Draco le hicieron recordar que las animadversiones entre los dos chicos habían cesado desde hacía tiempo.
— Draco, ¿No me estás mintiendo? —preguntó directamente, sus ojos se estrecharon en suspicacia—. Según recuerdo, no le habías hecho maldades a Potter desde que hicieron las paces ¿porqué hacerlo ahora?... ¿No querrás ayudarle a justificar su estupidez?
— Lo único que pensaba es que ustedes dos podrían estar juntos ahora que tienen una posibilidad, por eso usé unos cuantos hechizos y un poco de Amortentia para que sintiera deseos de besarte.
— ¿Entonces él no sentía ese beso realmente?
— Supongo que no, pero estoy convencido de que si ninguno de los dos pone de su parte entonces no podrán avanzar y se supone que pronto serán una pareja ¿porqué no intentar que no se trate de solo un formulismo?
— ¡Porque yo no veo a Potter más que como un mocoso caprichoso y soberbio!... no es ni será nunca mi prototipo, mucho menos actuando como lo hace.
— Ya te dije que lo del beso fue mi culpa.
— ¿Él te contó lo que pasó anoche? —preguntó desviando la mirada.
— No, pero yo lo vi... estuve escondido y déjame decirte que no reaccionaste como un caballero, padrino.
— Creo que no fue una buena idea reclamarlo. —confesó dejándose caer en un sillón frente a la chimenea, sus ojos se fijaron en las llamas de ésta—. Tengo que hablar con Dumbledore para que busque a alguien más para él, definitivamente me declaro incompetente para manejarlo.
— ¡No, Severus, al contrario! —afirmó yendo a sentarse a su lado—. No hay nadie más adecuado para Harry que tú... y no hay nadie más adecuado para ti que él. Por eso hice lo del beso, para que tú te dieras cuenta que Potter no es feo y que podrías enamorarte de él.
Severus jaló a Draco recargándolo en su pecho, sus dedos se hundieron en la cabellera rubia peinándole fraternalmente.
— Eres muy joven para comprender, agradezco mucho tu buen interés en mí, pero será mejor que te mantengas al margen de esto, Draco.
— Solo si me prometes que no rechazarás a Harry.
— De acuerdo. —aceptó suspirando resignado—. Muy a mi pesar creo que deberé disculparme por mi reacción.
— No, él no recordará nada de lo sucedido. Sólo no lo trates tan mal ¿sí?... Trátalo a él como quisieras que me trataran a mí.
Severus sonrió con tristeza recordando la desgracia del destino de Draco al estar comprometido con Moody y asintió. Sin embargo, ahora que sabía que Harry no tenía realmente ningún interés romántico en él, estaba más convencido que nunca que ese matrimonio iba directo al fracaso.———000———000———000———
Ron y Hermione habían pasado todo el día acompañando a Harry en la enfermería. El ojiverde aún no despertaba y ellos se preocupaban más a cada momento por lo que se resistieron a abandonarlo, ni siquiera cuando Poppy les amenazó con llamar a su Jefa de Casa para que les castigara, ellos simplemente se encogieron de hombros y continuaron ahí.
Al llegar la noche, la enfermera tuvo que pedirles la cena a ellos también, ya había comunicado la irregular situación al Director y éste sólo le envió una nota indicándole que no insistiera cuando se trataba de cuidar a un amigo enfermo.
A pesar de eso, ninguno de los dos probó bocado. A veces intercambiaban miradas silenciosas donde se decían lo angustiados que estaban, parecía que nadie veía la gravedad del asunto. Hermione había hablado por la tarde con la enfermera para que Harry fuese trasladado a un hospital pero ésta le restó importancia al asunto, para ella aquello no era más que un fuerte resfriado, se había encargado de revisar muy bien al peculiar jovencito y estaba segura de que su malestar no ponía en riesgo su vida.
Sin embargo, Hermione y Ron sabían que el peligro en Harry latía en su corazón y su desanimo por despertar, sencillamente no quería hacerlo.
De pronto escucharon unos apresurados pasos acercándose por el pasillo. Los dos giraron el rostro hacia la entrada en espera de ver quién era el recién llegado.
Draco entró corriendo hasta la puerta, pero al ver a Ron y Hermione junto a la cama de su amigo no supo si debía entrar o no. Finalmente dejó de lado sus recelos por los Gryffindor y caminó hacia la cama.
— ¿Qué le pasó? —cuestionó mirando alarmado la tez pálida de Harry.
— Es un resfriado. —suspiró Hermione cansada—. Gracias por venir a verlo.
— Sí, me encontré a Dumbledore en el lobby y... ¿seguros que es sólo un resfriado? Se ve muy mal.
Hermione asintió regresando a poner su atención en Harry, ni ella ni Ron pensaban revelarle que el pelirrojo les había escuchado, por lo menos hasta que hablaran con Harry primero. Ron se puso de pie, la presencia del rubio le hizo recordar lo visto la noche anterior, se acercó a la ventana esperando así poder respirar un poco de aire fresco, pero a cada momento se sentía peor.
— Necesito ir a dar una vuelta... ahora regreso.
Ron salió apresurado sin darle tiempo a su novia de preguntar nada. Draco se sintió algo incómodo por quedarse a solas con Hermione, pero como aún tenía tiempo antes de ir a las habitaciones de Remus y Sirius, fue a sentarse en la silla que anteriormente ocupaba el pelirrojo.
Los dos guardaron silencio mientras velaban el sueño de Harry.
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Me he enamorado
FanfictionUna maldición llega a la vida de dos jóvenes forzándolos a unirse a alguien más para poder salvar sus almas. ¿Qué suerte correrán con las personas que les han elegido? Snarry