En esta vida no pudimos ser

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Uno de los dolores más grande que pueden haber en la vida es dejar un amor, ese que te duele en el alma, ese que cuando cierras los ojos puedes ver su imagen, ese amor que solo está en el recuerdo, en tu mente y en los sueños.

Mis ojos cruzaron su mirada y desde ese día quedé impregnado de ella, hechizado, fue como si un veneno entrara en mi torrente sanguíneo y no existe antídoto para curarme.

Esos años dónde yo fui su amante y luego su novio fueron los mejores años de mi vida, yo pensaba que nunca conseguiría el amor y cuando lo tuve simplemente lo arruine como un idiota.

Desde que Genaís y yo nos separamos no he vuelto hacer el mismo, soy fiel a mi esposa y prácticamente vivo para mí familia, soy un hombre dedicado hacer una versión mejorada de mí.

Son pocas las horas dónde Cecil y yo estamos separados, y si viajo algún país solo tomo a mi esposa e hijos y recorremos el mundo juntos como una familia.

A veces me pregunto ¿ Cuánto tiempo voy a estar así de tranquilo.? Obviamente hay días dónde quisiera portarme mal y llamar alguna mujer y sodomizarla hacer con su cuerpo lo que a mí me plazca, pero no quiero perder lo que he logrado en los brazos de Cecil.

De Genaís solo hay videollamadas o llamadas en la cual solo cruzamos algunas palabras, aunque yo siempre le digo que la amo, soy tan masoquista que solo espero un mensaje de Genaís que diga que se equivocó y que yo soy a quien ella ama, que vendrá a mis brazos, pero con el tiempo he aprendido que eso no pasará, simplemente porque ella se ve radiante junto a su esposo.

Es difícil saber que la mujer que tú amas y adoras con el alma es feliz pero esa felicidad no es a tu lado.

Cuando nosotros estuvimos juntos siempre discutimos por casi cualquier cosa, pero si funcionamos como amigos y como padres, creo que el error más grande que cometí cuando estaba con ella fue la infidelidad, Genaís me hubiese perdonado muchas cosas pero desde que ella me vio con mi pene afuera y Dayanna Mesinna me acariciaba, algo cambio en su mirada.

Hoy reconozco mis fallas y no volveré a caer en ellas, Cecil no va a sufrir por mí, sé que en nuestro primer matrimonio fue un caos que yo cree, pero sorpresivamente le he sido fiel a Cecil desde que estamos juntos.

En esta vida no pudimos ser Genaís y yo.

Maximiliano, el veneno de GenaísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora