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Escuchar sus palabras me hicieron perder la poca desencia que aún quedaba, puede ser amor, deseo o solo confusión de su parte pero nadie en el mundo me había dicho unas palabras tan dulces como las de él.

-Arón hazme tuyo otra vez–Le supliqué cuando abrí mi bata. -Solo quiero sentirte...

-Será un privilegio hacerte sentir como un rey–Arón me tomó con firmesa y me cargó cuando se levantó. -Me arrepiento de tratarte como si no valieras, cuando en verdad eres el ser que más valor tiene en el mundo...

Me mordí el labio mientras sonreia y le di un casto beso, esta versión de Arón me encantaba.

-Hazlo lento... No quiero que el tiempo se acabe–Susurré mientras me dejaba sobre la cama con cuidado.

-Yo tampoco...

Nos miramos y sonreímos una vez más para empezar un apasionado y lento beso que se encargó de ser el inicio de otra ronda del mejor sexo de la vida.

Sus manos bajaron a mi cintura y la apretaba a medida que nuestro deseo aumentaba, mis manos pasaron a su espalda abrazándolo con fuerza por que no lo quería lejos de mi... Arón movía su pelvis de arriba abajo haciendo que su miembro rozara con el mío. Jadeé entre el beso y bajé mis manos a sus glúteos, los apreté suave y subí mis caderas buscando más de él...

-No te apresures–Susurró al separarse del beso.

-Solo quiero..

-Lo sé–Arón me dio un suave beso y se levantó.

Mientras quitaba mi bata Arón abrió su pantalón y se lo quitó junto al bóxer quedando desnudo ante mi... Al acostarse otra vez lo recibí con las piernas abiertas, lo abracé nuevamente y nos fundimos en un apasionado beso mientras nuestras manos exploraban nuestros cuerpos tratando de aprenderce hasta el más mínimo detalle.

Nuestra piel se friccionaba una y otra vez compartiendo mucho más que un fluido corporal si no también el calor y la pasión que desprendiamos.

El sentir a Arón nuevamente dentro de mí fue exquisito... Sus movimientos, sus caricias, sus besos y sus suaves sonidos de placer me hacían sentir extasiado. Llegué a un punto de placer que jamás había sentido, su saliva en mi cuerpo era como agua de un manantial de vida... Sus labios se sentían como si el algodón acariciara mi cuello, sus dientes jalando mi piel era sentir electricidad que me daban fuerzas de gemir y gritar de placer.

Jamás habia disfrutado tanto la fuerza de la pasión como ahora... Ahora que Arón estaba arremetiendo contra mi con su dura y gruesa ereccion. Sentía que entraba más de lo normal en mi pero ahora eso no importaba, importaba era la manera en que sus manos agarraban mis piernas y las subía para entrar más si es que eso era posible. Importaba era que su garganta sacaba fuertes gemidos cada vez que mis uñas se enterraban en su piel.

Glorioso el momento en el que él llegó a un fuerte orgasmo haciendo que yo llegara a mi punto más alto de extasis de lo que algún día había llegado. Al acercar nuevamente nuestros rostros unimos nuestros labios en una suave danza que afirmaba un beso lleno de miles y miles de sentimientos... Volví a sentir que era yo, una persona buscando a su complemento...

Y ese era él... Arón era mi otra mitad.

-¡Santo cielos!–Gritó Arón al tirarse a un lado mío.

Sonreí y cerré mis ojos, subí una mano a mi pecho y sentía como si el corazón se me fuera a salir.

-¿Estuvo genial verdad?–Preguntó aún agitado.

Me acerqué a su cuerpo y lo abracé.

-Si, muy genial... Mejor que la primera vez...

Ambos reímos y nos dimos un corto beso para refugiarnos en el cuerpo contrario.

-Arón...

-¿Que?–Preguntó.

Abrí la boca para decirle... Quería decirle, en verdad quería decirle...

-¿Que pasa?–Arón me separó y me miró preocupado.

-Nada, solo estoy cansado–Me volví a refugiar en su cuerpo y otra vez no le dije que lo amaba. -Quiero dormir..

-Bien, duerme un poco–Él me dio un beso en la frente y me abrazó.

Cerré los ojos y respiré profundo, no  quería dormir pero la verdad mi cuerpo no daba para mas... Mi nivel de agotamiento había excedido su límite.

Me quedé dormido con la calidez más fascinante que alguna vez pude haber sentido.

Impossible LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora