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-Tu padre vino y dejó esto para ti–Mi madre me entregó el dibujo que hizo mi hermano y la caja del reloj de mi abuelo.

-Gracias.

-¿Si no estabas con tu padre con quien estabas?–Preguntó ella sería.

-Salí con papá y Jack a desayunar pero discutimos y me tuve que ir antes.

-Típico–Bufó.

Estábamos comiendo cuando un olor a quemado inundo mi nariz.

-Mamá huele a quemado–Le dije y ella empezó a olfatear el aire para después de unos segundos salir corriendo.

-Por lo visto no salió bien lo de tu padre–Habló Arón.

-No, aún no me acepta.. pero ví a mi hermano eso es bueno–Sonrei sólo de recordarlo.

-Te queda bien ese color–Lo miré y me sonrió, no pensé que se daría cuenta.

-Gracias.

-Sobre está mañana..

-No–Le dije serio.

Hablar de eso me haría sentir peor que cuando solo lo recordaba.

-Per..

-Esta mañana no pasó nada, los días anteriores tampoco pasó nada.. olvídalo, yo ya lo hice–Me levanté y tomé mis cosas.

-No podrás evitarlo por siempre–Me dijo cuando me tomó del brazo y me acercó a su cuerpo.

-Lo haré al menos hasta que me vaya–Bruscamente me solté de su anhelado agarre y fui hacia las escaleras pero me estrelle con mi madre.

-¿A donde vas?–Preguntó.

-Subire a mi habitación y bajaré a comer.

-Sobre eso–Dijo nerviosa y miró hacia otro lado.

-¿Que pasó?–Le pregunté y no me miraba.

-¿Que pasó amor?–Le preguntó Arón y sentí una punzada en el pecho.

-Es que lo que quería hacer se arruinó–Habló mi madre y abrazó a Arón.

-No te preocupes mamá, sube y cámbiate.. saldremos a comer–Ella me miró pero sin soltar a Arón.

-Aun no me pagan, no puedo pagar la...

-Yo pago–Habló Arón.

-Mamá si te digo que salgamos es por que yo pagaré.. tengo dinero para eso no te preocupes–Le dije mirando a Arón.

-Es tu cumpleaños tómalo como mi...

-No gracias.. me gusta pagarme lo que como–Hablé serio.

-Hijo no seas así, él solo quiere ser atento–Mamá se puso a la defensiva.

-Se lo agradezco pero yo pagaré, sube y cámbiate.

-Dennis...

-Subiré a mi habitación madre–No dejé que dijera más y subí las escaleras corriendo.

Odio que Arón se porte bien conmigo.. desearía que me odiara y me tratara mal, desearía que ni siquiera me mirara y sea amable. Eso sería mejor para poder dejar de amarlo en algún momento.

Entré a mi habitación y me encontré un poco de cajas en mi cama.. me devolví para preguntarle a mamá pero cuando llegué al inicio de las escaleras.. ví algo que desearía no haber visto.

-Madre–La llamé y dejó de besar a Arón para verme.

-¿Que?–No le gustó que la interrumpiera.

-Perdón que los interrumpa pero ¿que son las cajas que están en mi cama?–Pregunté tratando de mantener la compostura.

-Las trajo un hombre, no sé–Contestó de mala gana.

-¿Un hombre?–Susurre para mi.

-Vino la misma camioneta que te recogió ayer–Me dijo Arón y caí en cuenta quienes habían sido.

-¡Gracias!–Les dije con una sonrisa simulando estar animado, e Ignoré la mala cara de mi madre. -Nos vemos en media hora para salir.

Sin más corrí de vuelta a mi habitación, al entrar cerré la puerta y me tiré a la cama.

Empecé a abrir las cajas de regalos y todo lo iba dejando en la cama. Había de todo... ropa, calzado, joyas, ropa interior de todo tipo, medias veladas de mayas de varios colores y pensé que esto no es regalo para mi si no más para ellos.

Nunca les pedía nada, ellos con autonomía propia me daban las cosas y me agotaba decirles que no quería nada de ellos.. Solo necesitaba tenerlos. De cierto modo ellos eran los únicos que me hacían olvidar un poco las cosas malas y me ponían de mejor ánimo, aunque aquí entre nos también me ponían contra la pared, la mesa, el vidrio y más cosas que no les diré.

Metí las cosas en el closeth y después las arreglaría, debía salir.. fui al baño y me lavé el rostro, volví al cuarto y cambié mi camisa.

Tomé el dibujo de mi hermano y lo pegué en la pared, quería verlo todos los días y recordar que un día si hice cosas correctas, el reloj del abuelo lo puse en la mesita de noche para recordarlo.. mi abuelo fue mi héroe en su momento.

Sonó mi celular y pensé que eran uno de los chicos pero no.. era una amiga de fiestas, saqué dos de mis pastillas de la gaveta y tomé el celular para contestar.

Impossible LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora