✳️ 062 ✳️

240 24 1
                                    

-Aqui si estamos solos... Podemos hacer el amor donde quieras–Me dijo cuando sus besos pasaron a mi cuello.

-¿Y que esperas para hacerlo?–Ladee mi cabeza y le di más espacio.

Arón se separó y rio suave.

-Debo acostumbrarme a este nuevo tú... Más mandon, más autoritario y con más carácter–Se arrodilló y abrió mi pantalón.

-Siempre he sido así, tonto–Sonreí y elevé mi trasero para que pudiera bajar el pantalón. -Solo que a ti te perdoné mucho..

Arón tomó mi pierna derecha y la subió para besarla.. Con su otra mano acariciaba mi entrepierna excitandome.

-Gracias por perdonarme...

Asentí y suspiros se me escaparon cuando sus labios llegaron a mi muslo subiendo hasta llegar a mi semi ereccion.

Arón bajó mi ropa interior para pasar sus labios por mi íntima piel... Fue tan suave y cariñoso que solo me hizo sonreir, pero todo se fue al carajo cuando de imprevisto metió mi miembro a su boca chupandolo con fuerza. Agarré su cabello entre mis dedos mientras mi espalda se curvaba del placer sentido, de mi garganta salió todo tipo de sonidos de satisfacción cuando dos de sus dedos entraron en mi preparándome para lo que iba a pasar más adelante.

La ropa de Arón cayó al suelo después de terminar de desvestirme... Nuestros cuerpos se volvieron a unir íntimamente para hacer lo que mejor sabían... Amarse y complacerse lo más que podían.

Sus labios eran como la fuente de la vida eterna pero así mismo era como una fugaz ilusión...

Sus dedos tallaban su deseo en mi cintura y los movimientos en su pelvis daban a conocer la necesidad.. Esa misma necesidad que yo brotaba en cada poro de mi cuerpo, la misma que mi interior disfrutaba cada vez que él se hundía profundamente en mi.

Arón dejó muchas marcas en mi cuello y pecho, pero no creo que más de las que dejé en su espalda por las uñas que enterre en varias ocasiones. Pero sus marcas no sólo fueron superficiales sino también internas... Marcas que jamás se podrían borrar.

Al terminar Arón arremetió con violencia dentro de mí llegando a llenar todo mi interior con su esencia, al repetir su acción me hizo gritar de placer al quedar satisfecho con el gran orgasmo que tuve.

-Te amo te amo te amo te amo... Enserio te amo...

Abrí mis ojos y lo miré, se veía agotado pero aún así se veía lleno de vida y lo más importante... Se veía enamorado.

-Amame más de lo que lo haces ahora–Le pedí en un susurro y le di un suave beso en los labios.

Arón asintió y salió de mi con cuidado pero sin alejarse, se quedó sobre mi pecho esperando que yo le diera el cariño que necesitaba... Después de todo apesar de ser un hombre grandote necesitaba mucho cariño.

Pasamos varios minutos tranquilamente disfrutando solo del cariño que nos brindabamos.. Sus suaves besos en mi pecho y sus mordidas me sacaban sonrisas, para molestarlo le daba suaves pellizcos en la espalda y en la mejilla.

-¿Quieres ver nuestra habitación?–Preguntó de un momento a otro.

-Me gustaría–Acaricié su mejilla cuando me miró. -Pero tenemos un problemilla...

-¿Cuál problemilla?–Preguntó con las cejas levemente fruncidas.

-Tengo un dolorcillo en mis piernas y en mi espalda–Le di un suave beso en su nariz y sonrió. -Enserio.. Hacer el amor en el sofá no fue la mejor idea...

Ambos nos soltamos a reír.

Arón se levantó y se puso el bóxer, cuando tomó mi ropa interior e intentó ponermela solté quejidos de dolor... Él se reía suave cada vez que me quejaba así que tomé una almohada y lo golpeé pero eso me dolió mas a mi que a él y ahí supe que lo que me dolía era todo el cuerpo y no solo las piernas y la espalda.

-Te pasó factura el tiempo de viaje y tu calentura–Arón se inclinó hacia mí y me dio un besito.

-¿Cuál calentura? Tú fuiste el que me seduciste.. Así que no inventes...

-¡Yo jamas te seduci!–Me dijo un tanto escandalizado y yo asentí convencido a lo que él me cargó haciéndome quejar del dolor. -¡Di que no te seduci!.

Me reí y negué.

-¡Me duele!–Grité riendo.

Arón se detuvo pero no dejé de reírme... Estaba feliz... Hace mucho no sentía eso tan bonito en el pecho.

-Jamás te había visto así–Arón sonrió y dio un beso en mi mejilla. -Te ves hermoso...

-Pues faltabas tú... Después de todo eres el hombre que mas me ama.. ¿O no?–Elevé una de mis cejas y él asintió.

-Si, te amo y te lo diré todos los días... Pero por ahora te quiero mostrar nuestra habitación, hice espacio en el closeth pero viendo que tragiste muchas maletas puedo...

Puse mi mano en su boca y él sonrió.. Lo noté por la figura que dibujaron sus ojos.

-No vine a quitarte espacio, podemos poner las cosas donde sea–Quité la mano de su boca y él besó mi mano en repetitivas ocasiones. -Sé que no te gusta que haga esto... Intentaré no hacerlo mas... O bueno... Quizás no tan seguido...

-¡Mi amor tu eres como eres!–Dijo Arón riendo. -Sé que te gusta cayarme, decirme "tonto o estúpido" también te gusta como cosino, sé que mi orden no es mucho de tu agrado, sé que te gusta como beso y hago el amor... ¿Olvidé algo?–Preguntó con una dulce sonrisa.

-Si... Me gusta como me miras, puedo ver tus intenciones... Y algunas son muy dañadas...

Volvimos a reír y nos dimos un corto beso para ir a la habitación donde empezariamos a despertar todas las mañanas de nuestras vidas.

Impossible LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora