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Tomé a Arón de las mejillas y sonreí.

-No sabes todo lo que hice para tratar de olvidarte–Respiré profundo y le di un suave beso. -Pero eres imposible de olvidar...

-En cambio yo hice todo lo posible para no olvidarte... Ahora tendremos nuevos recuerdos, unos buenos recuerdos para que no quieras olvidarlos.

Asentí y él se acostó sobre mí besándome con mucho amor, bajé mis manos y las metí dentro de su pantalón para acariciar sus glúteos.

La habitación era pequeña, no había mucho espacio pero era suficiente para que abarcara todo lo que Arón y yo estábamos haciendo.

Arón una vez desnudo se metió en medio de mis piernas para rosar nuestros miembros y nuestros cuerpos encendiendo mucho más la llama de la pasión.

Cuando él entró en mi solo pude sentir la gloria, sentí tocar el cielo con mis manos, mi cuerpo reaccionó voluntariamente a los placeres que le daban.. No pude contralar nada de mi, mis gritos, mis gemidos, mis manos y todo mi cuerpo tenían vida propia, su pasión, su fuerza e ímpetu en sus movimientos eran de añoranza por más de mí.

Ahora sería adicto a una sola cosa en el mundo... Al amor de Arón, tomaría sus labios como agua de vida y dejaría que él profanara mil y una vez mi cuerpo a su antojo para que a ambos nos hiciera feliz.

Tantos gemidos quedaron encerrados en la habitación que hacían eco, el calor infernal nos enloquecia hasta un punto donde perdimos la poca cordura que quedaba y aumentamos la intensidad y la fuerza de nuestros besos.

Unimos no sólo nuestros cuerpos sino también nuestras mentes y corazones... Ahora todo era uno solo, al vernos a los ojos sabia que él vería el dolor y el amor que guardé por meses para tratar de olvidarlo pero a este punto yo sabía que solo hice el sentimiento más fuerte.

Cuando Arón cayó sobre mí me di cuenta que ya había llegado a su orgasmo, y cuando reaccioné yo ya estaba a punto de desmayarme por el enorme esfuerzo.

Mis manos pasaron a la húmeda piel de la espalda de Arón y repartí caricias suaves y delicadas... Él con pesades y lentitud se levantó de mi para tirarse a un lado haciendo sonar mi cama. Me acerqué a él buscando refugio en sus brazos y él me dio lo que necesitaba.... Un lugar para descansar.

-¿Ya te dije que te amaba?–Me preguntó agotado.

-Ujum–Asentí con una risita y besé su pecho.

-Pues lo diré otra vez–Arón nos puso de medió lado y nuestros rostros quedaron frente a frente. -Te amo mucho...

Sonreí y le di un besito.

-No creo merecer tu amor...

-Pero Dennis..

-Shhh–Le di otro besito y suspiré. -Pero no me importa, quiero que me ames, y mucho es muy poquito para lo que quiero... Espero y no pienses que pido demasiado..

Arón rio divertido.. Esperé una respuesta pero nada llego, él se alejó de mi y se sentó para tomar su pantalón, vi que sacó algo del bolsillo delantero y era una caja roja.

-¿Es lo que me imagino?–Pregunté sorprendido.

-Ujum–Arón asintió y se acostó un poco sobre mi. -¿Dennis Willous Mails aceptas casarte conmigo?

Mi vista se movió unos centímetros y vi frente a mi rostro un hermoso anillo rosado con pequeñas piedras brillantes de un rosado mucho más fuerte.

-¿Arón?–Lo miré y él sonreía. -¿Es enserio?.

-Claro que sí mi amor, busqué el mejor anillo para la mejor persona del mundo... ¿Aceptas ser mi esposo?.

Reí suave y asentí.

-Si, acepto ser tu esposo, tu amigo, tu amante, tu dueño y todo lo que quieras...

Arón rio mas grande y sacó el anillo de la caja para ponerlo en mi dedo.. Besó mi mano y luego besó lentamente mis labios, abracé su cuello y volvimos a perder el sentido del tiempo y espacio.

-Esta vez si me casaré y lo haré con el chico más bello del mundo... Gracias por existir–Arón se subió completamente sobre mí y nos acomodamos mejor para seguir besándonos.

Mis manos se movieron una y otra vez por su espalda hasta que se encajaron en su cintura. Nos dejamos de besar y sonreímos para darnos cortos besitos.

-¿Te puedo pedir algo?–Pregunté en un susurro.

Arón asintió mientras daba besitos por mí rostro.

-Dime que pasó con ella.. ¿Que sucedió cuando me fui?–Pregunté con algo de melancolía.

Arón suspiró y detuvo sus besitos, se tiró a un lado de la cama y se quedó mirando al techo como si estuviera acomodando las ideas para poder hablar.


Impossible LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora