Subí el cadáver a la mesa de trabajo que se encontraba justo a un lado de la estufa. Encendí el fogón y coloqué una cacerola sobre la flama. Procedí a inspeccionar la carne del cadáver que estaba justo frente a mí. Tome un cuchillo y aguce el filo mientras decidía de que parte cortaría el primer trozo de carne. Los muslos parecían buenos, aunque la piel de las costillas se veía firme y musculosa.
—No me gusta ser indeciso —fruncí el ceño.
La sangre se escurrió por la pálida piel en cuanto el filoso cuchillo rebano la primera tajada de carne. Los huesos de las costillas quedaron al descubierto mientras seguía tomando la proteína que pienso comerme. Hice lo mismo con los muslos dejando solamente el color natural de la estructura que sostiene todo el cuerpo.
<< El cuerpo humano es sorprendente>>
Llene de carne fresca un recipiente de metal, lo sazone con cebolla picada, pimienta y sal. Se me ocurrió la brillante idea de dejarlo marinar mientras las papas se cocían en aceite. Una vez mas observe al ser que cumple la función de alimento buscando otra parte que muy posiblemente tenga un buen sabor. Me he acostumbrado a los finos cortes de carne y ya tengo mis partes favoritas. Lamentablemente nada pudo avivar mi apetito y mejor decidí desmembrar el cuerpo. Corté los brazos en tres partes por las uniones que en ese lugar las articulaciones son más blandas y flexibles; con las piernas hice lo mismo. Antes de continuar en lo que estaba, coloque los pedazos de carne en una sartén con un poco de mantequilla y los deje cocinar a fuego lento.
Encontré unas cajas en la esquina y las utilicé para meter todas las partes del cadáver. Lo más pequeño encajo con facilidad mientras que el dorso tuve que dejarlo en una posición poco propia, por el tamaño del pedazo de carne, el recipiente era pequeño para cubrirlo en su totalidad.
Aproveché el tiempo y comencé a limpiar todos los restos de sangre que ensuciaron el suelo y la mesa. Restregué la madera con jabón y agua caliente para evitar los malos olores. Me tardé más tiempo de lo que pensé ya que no fue una tarea fácil. Hincado y con un cepillo entre las manos, compruebo que ser asesino no es fácil cuando el espacio donde cometes tus crímenes no es el apropiado para ello. Pienso que en un futuro construiré un espacio donde tenga acceso a todo tipo de materiales que aceleren el proceso de limpieza, como mesas de metal con tubería adecuada para que los líquidos se dirijan al drenaje y así evitar el desorden. Pisos aptos para soportar líquidos corrosivos para borrar evidencias, sistemas de ventilación... entre otras cosas que deberé pensar con más detenimiento si quiero seguir con este delicioso juego.
Lave mis manos antes de sentarme a comer. Coloque los alimentos sobre el plato, la manera en la que los organice me encendió el apetito, se veían tan exquisitos que si hubiera tenido una cámara cerca estoy seguro que inmortalizaría el momento.
Me lleve el primer bocado a la boca... la maravilla de carne que deguste fue un desequilibrio total en todo mi cuerpo. Mis hormonas enloquecieron al igual que la sangre que recorre mis venas. El calor que invadió mi piel se extendió hasta llegar a la punta de mis pies y regreso hacia arriba concentrándose en mi estómago. La sensación de agudeza mental se sintió tan parecido a lo que percibo cuando consumo cocaína y veneno de sapo. Mi ritmo cardiaco se aceleró a tal grado que mi corazón quería salirse de mi pecho.
Mastique con calma, saboreando los jugos que salían de la perfecta cocción de la carne. Las papas le daban un toque espectacular acompañando el sabor tostado...
Sabor... tan dulce que cerré los ojos para memorizarlo...
Firmeza... la carne era suave, con la simple presión de mis muelas se deshace...
Olor... las especias con las que lo condimente, ayudaron a que los olores fueran agradables y apetecibles.
Alucine de la manera más asquerosa. No comprendí porque mi cerebro asocio el acto que estaba haciendo con la ricura y satisfacción que se siente al llegar a un orgasmo bien proporcionado, donde el semen sale disparado en olas blancas que se depositan en el interior de un ser amado... la perfecta punzada que se siente en la verga de haber culminado con un estupendo sexo, con las venas cargadas de sangre y aun deseoso de continuar explorando los valles vírgenes de una amante.
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Voraz.
FantasyDurante la época de 1933 el coronel Cyrille Leroy se enfrenta a innumerables cuestiones personales, pero al encontrarse con una bella mujer de piel como la noche queda fascinado con la elegancia de su personalidad. Jamás se imaginaria que su vida c...