Julio de 1948.
—Cierra el jodido pico —dije sin dejar de escribir.
—¿Ya me viste Cyrille?
—¿Qué tienes?
—Mi carne se está cayendo ¡Estoy enfermo!
—Eso es lo mínimo que mereces por fastidiarme la existencia —estaba trabajando en los tomos que aún tengo pendientes.
—¿Ya no me quieres?
—Nunca he sentido algún sentimiento por ti —gire el rostro para mirar a la pequeña masa que se oculta debajo de mi cama —. No me das lastima.
—Eres cruel —el intento de llanto que hizo me provoco risa — ¡Por eso te abandonan las mujeres que deseas! ¡Estuvimos a nada de meter la verga en ese rico culito rosado!
—Abigail no es algo que me gustaría compartir contigo.
—Envidioso.
—¿Por qué no te largas?
—A este paso no llegare a navidad —se perdió en la coladera junto al retrete.
La criatura que me acompaña se ha ido desvaneciendo conforme el proceso de desintoxicación va mejorando, su cuerpo se desintegro formando una masa negra de algo que alguna vez tuvo forma. Las crisis se han ido por completo, ahora gozo de una buena salud y un estado mental un tanto perturbado pero todo está en orden. Pronto solo será un horrible recuerdo que dejare en el fondo de mi memoria, no deseo volver a ver algo así.
<< Que asco>>
—¡Leroy! ¡Puedes salir! —grito el guardia por la rejilla y enseguida abrió la puerta.
—Ya era hora —lo mire a los ojos. Salí al patio principal a caminar para después comenzar a saltar con la cuerda que me dieron. El viento movía las hojas de los arboles no cabe duda que la naturaleza está tomando todo lo que le pertenece.
Tres camiones del ejército se estacionaron en el área tres donde se reciben a los prisioneros. El general bajo primero del vehículo mientras sus hombres ayudaban a descender a un hombre delgado, cubrieron sus ojos con un saco negro también lo esposaron de los tobillos y de las muñecas.
—Qué bueno que te veo Leroy —dijo el general al verme. Dejaron caer a la víctima a escasos metros de mí.
—¿Qué quiere? —deje de saltar. Mi cuerpo estaba completamente bañado en sudor.
—Mis detectives encontraron a este bastardo en Argentina. Lo trasladaron a esta prisión ya que dijo que te conoce y fue tu mano derecha por muchos años — me acerque al hombre para quitarle la capucha.
—Willy —sonreí al verlo.
—Lo conoces.
—Así es. Fue el teniente que me informo todo acerca de los planes que tenía el Fuhrer contra mí —le quite la mordaza.
—Coronel... es un gusto verlo —dijo Willy.
—Es grato volver a verle teniente Müller —palmee su mejilla —. Ponte de pie no les des el privilegio a estos americanos de verte de rodillas.
—Sí, señor —con todas las fuerzas que aún le quedaban hizo lo que le pedí.
—Acompáñenme —dijo el general.
Mi fiel amigo cojeaba de un pie y al ver su rostro es seguro que lo golpearon hasta que quisieron, es posible que tenga algunas costillas rotas por la manera en la que respira. Después me encargaría de revisarlo si es que me lo permiten. Un soldado le quito las esposas de las manos y le entrego un vaso de agua que enseguida bebió con desesperación.
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Voraz.
FantasíaDurante la época de 1933 el coronel Cyrille Leroy se enfrenta a innumerables cuestiones personales, pero al encontrarse con una bella mujer de piel como la noche queda fascinado con la elegancia de su personalidad. Jamás se imaginaria que su vida c...