—Tus ojos se ven horribles —nuevamente lubrique las esferas que se encontraban secas por estar expuestas sin nada que las proteja.
—¿Por qué?
—Es una pregunta muy estúpida, sabes bien que al retirarte los parpados tus ojos no pueden lubricarse con normalidad. Debería saberlo doctor muerte —lo dije con sarcasmo.
—No me refiero a eso.
—Explícate Mengele no soy adivino.
—Yo te deje vivir, no te quite ninguna parte de tu cuerpo.
—Es extraño que pienses de esa manera cuando conoces el historial clínico que decidiste crear con mi nombre, almacenando fotos y registros clínicos de todos los experimentos a los que me sometiste —me coloque los guantes —. Me arrebataste la posibilidad de engendrar... considero que eso fue un arrebato de locura de tu parte.
—Imbécil.
—Espero que conserves el mismo estado de ánimo el resto del día.
—¿Qué me harás hoy?
—Eso mismo te pregunte por mucho tiempo, exactamente cada vez que se te ocurría una nueva forma de torturarme.
—Lo recuerdo muy bien Cyrille... nunca podría olvidar a un paciente como tú.
Sujete sus mansos y extendí sus dedos, observe con detenimiento el hueso metacarpiano para poder cortarlo con precisión. Dibuje un círculo con el bisturí alrededor de la estructura que sostiene su delgada extremidad, abrí la delgada piel y observe los tendones, acto seguido los desprendí todo junto, arrancando hueso y carne. Uno a uno fueron cayendo a la charola de metal que descansa en mis piernas. Estoy seguro de que los gritos de Mengele se escuchan hasta el área de armamento. Se desangro un poco antes de que procediera a suturar las cinco heridas. Vende su mano derecha y continúe con el mismo procedimiento en la mano izquierda.
—¡Me duele! Maldita sea —su saliva era espesa por tanto dolor. Ignore por completo sus berridos.
<< Quiero que te retuerzas en tu propia miseria>>
Coloque el recipiente encima de la mesa para después sujetar la porción de su cuerpo que soporta todo su peso. Con el bisturí ensangrentado retiré la planta de su pie derecho, arranque toda piel dejando la carne viva, hice lo mismo en el pie faltante. Limpie con una gaza la sangre y deje expuesta la herida con toda la intención de que una bacteria se aloje entre los pliegues para formar una infección.
El doctor lloraba y gritaba con desesperación del dolor cuando me retire de la alcoba y asegure la puerta desde afuera, lleve los asquerosos restos al laboratorio para quemarlos en el horno. Saque del recipiente las muestras de sangre que el día de ayer tome y las prepare para analizarlas en el microscopio. Encontré los componentes naturales de cualquier humano, plaquetas, glóbulos blancos y rojos, nada fuera de lo común. Con calma comencé a mezclar su sangre con algunas sustancias como yodo, alcohol, armónico y cocaína, una a una dio como resultado la destrucción total del líquido vital, está claro que no soportara la transfusión que pretendo hacerle, deberé buscar otra forma para hacerlo sufrir, una que sea lo suficientemente dolorosa.
<< Piensa Cyrille, con él podrías experimentar el proyecto que tienes en puerta>>
Sali de la base con un equipo de medicina dentro de mi maleta, con todo lo necesario que pudiera utilizar para esta locura. Fui a recoger a Matthew al colegio para después dejarlo en casa y le prometí que regresaría pronto para ayudarlo en su tarea. El cementerio donde sepultaron a Abigail cuenta con personal que esta apto para cualquier petición si les entregas una buena suma de dinero. Convencí al vigilante para que cerrara las puertas por un par de horas. Los sepultureros comenzaron a cavar hasta que llegaron al ataúd, cubrí mi boca y nariz con un pañuelo, de un solo movimiento me acomode arriba del cuerpo en estado de putrefacción de mi bella amante, el olor era penetrante y muy asqueroso, algunas larvas se movían entre la suciedad comiendo todo lo que encontraban a su paso, tengo que decir que me sorprendió mucho encontrar ese tipo de animales pero dadas las condiciones en las que se encuentra el campo santo deduzco que todo es posible su anterior mente saquearon el cadáver en busca de joyas. El bisturí corto la delgada piel y extraje el útero a pesar de que el órgano estaba casi desecho pude sacar los restos lo mejor que pude y colocarlos en un recipiente de metal. Le quite dos dientes y un molar antes de abrir por completo su caja torácica y llegar hasta su columna vertebral con la intensión de arrancar un par de vertebras. Con todo lo que necesitaba en mi poder le agradecí el favor a los caballeros que me miraban con horror.
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Voraz.
FantasyDurante la época de 1933 el coronel Cyrille Leroy se enfrenta a innumerables cuestiones personales, pero al encontrarse con una bella mujer de piel como la noche queda fascinado con la elegancia de su personalidad. Jamás se imaginaria que su vida c...