Capítulo 83.

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Mayo de 1951.

París, Francia.

El aire en mi tierra me recuerda al aroma que salía de la cocina de mi madre en la residencia de Alemania. Estar de nuevo en casa es distinto... complicado... me trae dolorosos recuerdos de un pasado que no quiero cargar sobre mis hombros. Las personas que caminan por la calle tienen ese toque tan diferente de otras ciudades. Elegancia y porte es lo que distingue al pueblo francés.

<< Quiero quedarme aquí>>

El viaje que hice desde Estados Unidos hasta acá fue largo y lo único que quiero es hospedarme en una de las casas de huéspedes del centro de París. Antes de irme me despedí de Esther y de Matthew, me imagino que debe ser duro para ellos pasar tanto tiempo solos en la casa. El viento mueve los escasos árboles que se encuentran afuera de los hogares de mi raza... de aquellos que comparten mis mismas costumbres, el mismo idioma y hasta el mismo estilo de vida.

—Bonsoir miss —dije cuando entré a la recepción.

—Bonne nuit ¿Comment puis-je vous aider? Chevalier —dijo la hermosa mujer.

—J'ai besoin d'une habiatcion.

—Bien sûr —me entrego las llaves de la alcoba 17.

Me di un baño antes de meterme a la cama y revisar el informe que me entrego el coronel Williams. Memorice los puntos importantes y me prepare mentalmente para enfrentarme al monstruo que estoy a punto de asesinar. Himmler no es nada tonto y sabe que una escolta es la mejor opción para cuidar de su seguridad. Con diez hombres a su servicio me será difícil abordarlo en público para guiarlo hasta su cruel destino, tendré que buscar la manera de alejarlo de su zona de confort o de lo contrario, lo atacare dentro de su mismo circulo.

A primera hora de la mañana desayune en uno de los restaurantes cercanos a la casa. El exquisito Quenelle es uno de mis platillos favoritos, está hecha de sémola de trigo y se recubre con harina, leche y huevos formando pequeñas albóndigas alargadas. Si no estuviera en una misión seguro me quedaría aquí el resto de mi vida.

Crucé la gran avenida principal y seguí caminando hasta llegar al primer edificio administrativo de toda la ciudad. Espere dentro de una tienda de libros a que el objetivo apareciera con todos los guardaespaldas. Un auto negro aparco en la entrada y enseguida los diez hombres armados descendieron para vigilar que la zona estuviera segura. El rostro de Himmler es lo más horrible que he visto, el tiempo se ha cobrado todo lo que en el pasado hizo rayando su cara con pronunciadas arrugas que gritan su edad.

La tarde trascurrió de lo más normal, antes del anochecer nuevamente el equipo de seguridad y el exlíder nazi abordaron su vehículo, con calma me acerque hasta un hombre que leía el periódico, el entregue un par de billetes y le pedí que siguiera el auto negro con gusto lo hizo y hasta me dijo que el día de mañana estaría en el mismo lugar por si requería sus servicios de nuevo.

<< No cabe duda de que el dinero mueve al mundo>>

La modesta casa donde ahora se refugia uno de los lideres de la SS más poderosos de todo el partido no es más que una pocilga para la exuberancia con la que antes caminaba por las calles de Alemania. Me oculte entre la vegetación para que nadie pudiera verme, desde un árbol observe los jardines de la propiedad. La distribución del cuerpo de seguridad es asombrosa, no esperaba menos del hombre que me dio varios consejos para mejorar mis tácticas de defensa y análisis militar.

Las horas transcurrieron y tome toda la información necesaria para poder completar la misión. El horario en el que cambian la guardia es a las tres de la madrugada, las luces de toda la casa se apagan a esa misma hora, no tienen perros y los vecinos más cercanos están a dos kilómetros de distancia. Mi cuerpo estaba frio a causa de que me quede toda la noche a la intemperie, ni siquiera el abrigo que traía me calentaba lo suficiente. A las ocho de la mañana dos mujeres de servicio entraron a la propiedad acompañadas de un chico francés de aproximadamente veinte años, se bien para que lo quiere Himmler y es desagradable saber esos asquerosos aspectos de la vida de una persona.

Voraz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora