—Señor ¿Disfruto de la velada? —dijo el mayordomo.
—Me sorprendió la inesperada presencia de Adelaide.
—Pensé que sería agradable para usted compartir un tiempo con la dama.
—No puedo quejarme, fue grata su presencia —bebi de golpe el café —. Llama a la pareja italiana, necesito verlos para comenzar con el proceso embrionario.
—Si señor.
Los italianos se reunieron conmigo en el laboratorio, tuvieron el privilegio de observar como el espermatozoide fecundo al ovulo. El primer procedimiento se concluyó perfectamente, solo queda esperar a que el proceso se lleve a cabo lo masa natural y sin inconvenientes. Los dos meses siguientes fueron cruciales para el crecimiento de la criatura. En contables ocasiones tuve que mantenerme despierto por las noches para observar la evolución, el feto necesito de más nutrientes y la cantidad de sangre que se suministraba a la placenta no fue suficiente así que recurrí a las bolsas de reserva que tenía en la nevera.
<< Este bebé me está poniendo los pelos de punta>>
Los primeros cuatros meses evoluciono bien, no tenía ninguna deformidad y los movimientos de su pequeño cuerpo eran fuertes y constantes. Su corazón late con ritmo, la mayor parte del tiempo se la pasaba dormido y en la noche me jodia la existencia con las patadas que de daba al saco. Con sus locos pies estuvo a punto de desprender la membrana de las pinzas, fue un jodido desastre abrir la maquina y acomodar el órgano en su lugar, creo que ese acontecimiento provoco que el pequeño dejara la brusquedad a un lado.
A los seis meses ya estaba completamente formado y tenía un buen tamaño, los italianos decidieron no modificar el color de los ojos de su hijo, prefirieron dejar todo a la genética de los dos, al menos son conscientes de que entre más modificaciones tenga el bebé más rápido morirá. Llegará a la etapa adulta pero su desarrollo será más rápido que el resto de los humanos.
—Nunca pensé presenciar algo así —dijo la señora. Desde el quinto mes les permití visitar a su pequeño para que se fueran familiarizando con él.
<< Deben crear un vínculo>>
—Usted es una de las pocas personas que aprovecharan la máquina que se creó para esto —me quite la bata.
—Por fin voy a tener un hijo y gracias a usted.
El anhelo de ser padre es una de las cosas que prefiero evitar, es un sentimiento horrible que carcome tu espíritu y lo debilita... sentí eso cuando la judía deseaba ser la madre de mis hijos. Después entendí que no puedo forzar algo que ya esta perdido.
A los nueve meses cumplidos el varón nació con salud y con un peso de dos kilos quinientos gramos, sus padres ayudaron a traerlo al mundo, cortaron el cordón umbilical y apreciaron el hermoso hombrecito que lloraba entre sus abrazos. Decidí dejarlo un par de días dentro de la incubadora para revisar que sus pulmones estuvieran maduros al igual que el resto de sus órganos. Le entregue al recién nacido a la pareja italiana después de darles las respectivas indicaciones y pedirles que estuvieran atentos a cualquier cambio que presente la creatura en los días siguientes. Confirmaron que traerían a su hijo a las consultas mensuales, es obvio que pagaron mis honorarios y la verdad es que ya no sé qué hacer con toda la cantidad de dinero que tengo sobre la mesa.
—Señor —dijo el mayordomo al llamar a la puerta —. Una pareja lo está buscando en la residencia, necesitan hablar con usted.
—¿Necesitas dinero Abelard? —encendí un cigarrillo.
—No señor.
—Mmh —tome dos fajos de dinero y se los entregue —. Repártelos entre los empleados.
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Voraz.
FantasyDurante la época de 1933 el coronel Cyrille Leroy se enfrenta a innumerables cuestiones personales, pero al encontrarse con una bella mujer de piel como la noche queda fascinado con la elegancia de su personalidad. Jamás se imaginaria que su vida c...