Capítulo 101.

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Marzo de 1956.

Dos meses después.

París, Francia.

No he podido dormir bien desde que tengo responsabilidades con la familia Legrant. El mayor de la dinastía me ha enviado en incontables ocasiones a asesinar a miembros del consejo y a otras personas que están obstaculizando el traslado de la mercancía de un lugar a otro. Juliette tuvo que viajar de último momento a España y estos días han sido una tortura mortal sin su horrendo carácter. 

<< Espero que regrese pronto>>

Bajé al comedor y me encontré a la familia entera del hermano mayor de Juliette. Sus tres hijos son los seres más molestos que he conocido en toda mi vida y ni que decir de su esposa, ella sí que es la mujer más amargada de todo el jodido universo.

—Buen día Leroy —dijo Bastián el hermano mayor de Juliette —. Al parecer mi hermana regresa hoy a casa ¿Eso te pone de buen humor?

—Mmh —bebi agua.

—Al señor Leroy le encanta la presencia de Juliette —sonrió con arrogancia Amelie.

—¿Son novios? —dijo Jeremie, el hijo mayor.

—Esa información no te incumbe —me limpie la boca con la servilleta.

—Quiero saber si pronto tendré primos pequeños y regordetes.

—Guarda silencio jovencito —lo reprendió su padre, acto que le agradecí en silencio.

—Lo siento papá —agacho la cabeza.

—¡Leroy! Acompáñame —dijo el señor Legrant.

—Si me permiten —dije al levantarme de la mesa. Seguí al señor hasta la biblioteca, me indico que toma asiento frente a su escritorio.

—Mi hija hablo conmigo hace un par de días, me dijo que usted y ella tienen un contrato donde contraerán matrimonio ¿No es así? —su penetrante mirada se clavó en mi rostro.

—Así es señor Legrant. Aún no hemos firmado nada y es obvio que las cláusulas no están estipuladas.

—No le veo problema a eso —sonrió — ¿Cuáles fueron los acuerdos?

—No tener hijos, los viene adquiridos antes de casarnos quedarán con su respectivo dueño y las ganancias de las empresas se repartirán por igual hasta el termino de contrato.

—¿Cuánto tiempo estarán casados? —anoto toda la información en una hoja de papel.

—Tres años —fruncí el ceño al pensar que el señor estaba de acuerdo.

—¡Perfecto! En cuanto llegue mi hija comenzaremos con los preparativos de la boda —dijo emocionado.

—No creo que a la señorita Juliette le agrade la decisión que tomo señor Legrant —lo mire con duda —. Su hija me informo que contraeríamos matrimonio después de que terminara con el trabajo que me ha encomendado su familia durante los próximos seis meses.

—¡Estupideces! Tu trabajo aquí termino, ahora te corresponde desposar a mi hija.

<< Esto es una locura>>

—Mmh —pellizque el puente de mi nariz.

—Ve a recibir a mi hija, no tarda en llegar —el señor estaba más que feliz por la tonta noticia.

Encendí un cigarrillo y me mantuve atento a la entrada de la mansión, en ocasiones fijaba la vista en el lejano terreno que era de mi abuelo y que ahora gracias a Juliette esas tierras me pertenecen. La gran reja de metal fue abierta para dejar entrar el auto donde venia mi bella dama. La ayude a bajar del coche y me sorprendió con una enorme sonrisa.

Voraz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora