Capítulo 100.

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Durante dos días seguidos me mantuve en contacto con el cuerpo de seguridad de la familia Legrant. Los principales lideres me entregaron una carpeta que contenía toda la información de la persona que debía desaparecer cuanto antes. La victima sería una mujer polaca de treinta y ocho años, su nombre es Irenka Lewandowski. Su familia por años le ha hecho la competencia a la empresa de Juliette, durante todo este tiempo jamás habían cruzado la línea entre lo laboral y lo personal, pero un buen día se les ocurrió la brillante idea de robar la carga de vinos que serían enviados a América, ese fue el detonante de todo este problema además de que la señorita Lewandowski comenzó a desviar los fondos de caridad que los Legrant destinaron para la caridad.

<< Todo un jodido problema>>

—Esta noche tenemos una reunión en casa de Irenka —dijo Juliette cuando entro a la biblioteca. algo en su rostro me indico que estaba molesta —. En tu alcoba te espera un esmoquin, deberás usarlo para la ocasión.

—Mmh —seguí leyendo el documento que tenía en las manos.

—¿Me escuchaste Leroy?

—¿Cuál es tu problema? —dije sin mirarla.

—¡¿Qué?!

—Estas molesta y solo intento averiguar cuál fue el detonante que impulso tu furia.

—Mi padre tiene un viaje de último momento no pudo cancelarlo —dijo angustiada —. El debió de quedarse para la reunión de esta noche.

—¿Qué te preocupa?

—Nada en espacial —salió de la biblioteca con rapidez. Está claro que algo le incomoda y prefirió no decirme nada.

Al atardecer guarde los documentos que memorice en uno de los cajones del escritorio. Subí hasta mi habitación y me metí a bañar, tarde mas de diez minutos debajo del chorro de agua caliente. Coloque un pañuelo negro en la pequeña bolsa del saco, ajuste el fajín y acomode el cuello de la camisa. Antes de caminar por el pasillo acomode mi cabello con mis dedos.

Percibí el perfume de Juliette cuando salió de sus aposentos, la mujer conoce muy bien su cuerpo ya que un vestido negro resalto su figura pronunciando las curvas de su cintura y cadera, sus tetas resaltaron con el escote y los guantes que cubrían sus brazos eran seductores.

—¿Por qué me mira así señor Leroy? —se acerco hacia mi a paso lento, contoneado sus caderas.

—Lo sabes muy bien —metí mis manos dentro de los bolsillos del pantalón.

—Quiero escucharlo.

—Su escultural cuerpo me tiene pendiendo de un hilo. Tu presencia perturba al imponente miembro que trato de contener y esta mas que claro que eres la responsable de mis más oscuros deseos —paso saliva al escucharme —. En otras palabras... se ve hermosa y provocativa señorita Legrant.

—Combinas muy bien tu fina lengua con la obscenidad de tu pene —me acomodo el saco —. Se ve guapísimo señor Leroy. Espero que para nuestra boda se vista así de elegante.

—Me vestiré para sorprenderla, pero usted será la protagonista de la ceremonia.

Aborde un auto distinto al de Juliette, yo llegaría varios minutos después que ella, así evitaríamos que los invitados se percataran de que nos conocemos. Al llegar a la residencia me quite el abrigo y se lo entregue al mayordomo, enseguida me guiaron hasta el salón donde había más de doscientos invitados.

—Ni se te ocurra fornicar con ella —dijo Juliette cuando se acercó a mí.

—¿Celos? —tome una copa de vino.

Voraz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora