Capítulo 74.

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Agosto de 1951.

Argentina.

<< Como me gusta alejarme de mi realidad, aunque sea por un momento>> 

Nuestra presencia fue muy notoria en el hotel en que nos hospedamos. Müller no paraba de decirme lo feliz que estaba por la organización de su boda además de que me pidió opinión sobre una pequeña propiedad que quería adquirir con el salario que había estado reservado para este momento.

<< No cabe duda de que el matrimonio es una etapa que no quiero vivir en estos momentos de mi vida>>

Me di un largo baño antes de revisar los documentos que me entrego el general antes de salir de la base. Leí su contenido confirmando que la ubicación del objetivo sea la misma que anteriormente me había dado el coronel Williams. Organice mis armas y mi uniforme para que estuvieran listos para la noche. Comí muy poco de lo que la camarera muy amablemente subió hasta la habitación, para mis gustos la comida no estaba tan mal, pero hubiera preferido consumir carne con algo de vegetales.

—Estoy listo coronel— dijo Müller al colocarse el abrigo.

—Enemigo muerto no busca venganza.

—Si señor —coloco su arma en la fornitura.

La victima de esta noche es un ex coronel de la SS que estaba involucrado en la creación de los campos de exterminio en toda Alemania, además de que también se le encontraron nexos con las desapariciones de más de treinta soldados estadounidenses entre otras cosas que son parte de archivos confidenciales a los que aún no puedo ingresar por motivos de mi condición actual.

La ceremonia que se llevó a cabo a las afueras de la parroquia de la comunidad tenía el ritmo adecuado para que pudiéramos realizar nuestro trabajo. Personas de todas las edades se movían de un lugar a otro disfrutando de la música y de los aperitivos que consumían de los locales cercanos. Los niños corrían con velas encendidas en las manos y algunos gritaban con euforia buscando a sus amigos de travesuras. Tome asiento en una banca de metal y espere a que el objetivo apareciera con su familia. Desde el otro extremo de la plaza Müller se mantenía atento a cualquier imprevisto.

<< Por fin apareces>>

Me puse de pie y camine con calma hasta la oscuridad que me proporcionaban dos árboles, con toda la intención me ocultarme detrás de ellos y mire desde la distancia al coronel que sonreía y charlaba felizmente con su esposa y sus dos hijos. No lo perdí de vista ni un solo segundo ya que cualquier oportunidad debía de ser óptima para poder abordarlo y culminar la misión. Fue larga la espera, pero el resultado fue el mejor, me acerque al hombre castaño justo cuando su mujer llevo a sus hijos al interior de la iglesia dejándolo solo muy cerca de la fuente de agua, enseguida camine con rapidez y lo tome del brazo colocándole la pistola en las costillas.

—Camina —le dije sin mirarlo.

—¿Qué sucede? —intento darme un golpe, pero logre detener su puño.

—Mantenga la calma Standortenfuhrer.

—¿Qué quieres? —lo subí al auto.

—Nada que usted no quiera —con la cacha de mi arma lo golpee en la cabeza para dejarlo inconsciente por un par de horas.

En terreno seguro, bajé al coronel y metí su cabeza en un contenedor de agua, reacciono de inmediato, con miedo observo a su alrededor y estoy seguro de que comprendió el rumbo que tenía todo esto. La fábrica abandonada sería el escenario donde me pondría a dirigir la mejor obra de teatro que el mundo ha presenciado, con escenas macabras protagonizadas por una bestia que intenta exterminar a la escoria que aun deambula por la tierra.

Voraz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora