10 de marzo de 1954.
Faltan dos meses para que se cumpla un año de haber comenzado con el proceso de mejoramiento con el útero humano que coloque dentro de la maquina cuando asesine a una de mis presas. Tuve que pasar noches en vela experimentando con todo tipo de sustancias que pudieran fusionarse con la sangre que tengo almacenada. La membrana que cubre las mangueras se ha madurado favorablemente ya que todos los nutrientes que transporta son enviados directamente hasta el útero. El líquido amniótico está listo para recibir al ovulo fecundado.
Dupliqué todas las cantidades de nutrientes y alteré el flujo del oxígeno. La humedad y la temperatura se mantienen estables y debo decir que es el momento de continuar con este proyecto que ha consumido lo poco que aun tengo en el cuerpo. Hace un mes Gretta contrajo matrimonio con su novio y por obvias razones ya no se queda a dormir en mi residencia, solo viene a trabajar y en ocasiones a cubrir la guardia nocturna.
<< Voy a colapsar en cualquier momento>>
Logre reconstruir el ovulo dañado que extraje del cadáver de Abigail, las células madre hicieron todo el trabajo y una buena cantidad de choques eléctricos las impulsaron a fusionarse. Tuve que añadirle al vientre artificial un canal que emite descargas moderadas de energía, simulando el mismo procedimiento que se lleva a cabo estando dentro del sistema de un ser vivo.
Respire una y otra vez cuando tome el recipiente del refrigerador, mis manos temblaban y mi pulso se aceleró. Mire por el microscopio mientras colocaba los espermatozoides por encima del ovulo, enseguida la célula haploide comenzó a moverse rodeando al huevecillo, sus flagelos se movían con vibrantes destellos de vida. Esperé con ansias el momento y cuando por fin fue perforado el gameto femenino perdí el aliento... el proceso ha comenzado.
Con la esperanza entre mis manos lleve el recipiente hasta la maquina y la coloque en el lugar indicado, se deslizo por los tubos y enseguida se alojó en una de las paredes del útero. Hubo algo que llamo mi atención. Una enredadera de venas delgadas y diminutas sujetaron al ovulo impidiendo su movimiento... entonces comprendí que el tejido que he modificado durante mucho tiempo tiene vida propia y posiblemente se haya adaptado a tal grado que sea como un recipiente con células inteligentes que reconocen el sentido de su funcionamiento.
No me moví del laboratorio ni siquiera para ir a ducharme, el mayordomo me traía todos los alimentos hasta donde me encontraba. No despegue la vista ni un solo segundo de lo que estaba sucediendo en el interior de ese órgano. Quede perturbado con la belleza tan majestuosa de la reproducción, es un acto atroz donde la ciencia no es mas que un diminuto rio que corre entre las rocas impactándose con cuerpos extraños que le impiden el paso. El ambiente a mi alrededor cambio, no solo porque tenia la dicha de admirar en primera fila lo que estaba sucediendo minuto a minuto sino porque fueron mis manos las que crearon tan perfecto monumento al desarrollo evolutivo del hombre.
Tal vez soy una bestia que no conoce límites o quizás, solo soy un medico demente que intenta demostrarle al mundo y al universo que Dios no fue el que nos creó, sino una fuerza que desconocemos y que tal vez construyeron todo lo que somos con un aparato muy parecido al mío.
10 de abril de 1954.
Primer mes.
El tubo neutral se ha comenzado a convertir en el cerebro y la medula espinal, el pequeño y deforme embrión mide 9mm es asombroso que este alcanzando esa medida en tan poco tiempo. Se ha formado el trofoblasto alrededor de la diminuta criatura, desde este punto he tenido la necesidad de colocar una cama muy cerca de la caja de cristal para descansar, aunque sean un par de horas antes de seguir con mi trabajo. En ningún momento he parado de suministrar las vitaminas y rellenar el contenedor con la sangre del general, en incontables ocasiones he tomado fotografías de los avances. Todavía no soy capaz de mostrarle los avances al viejo que a regañadientes acude a mi casa cada quince días, sé que está ansioso por ver los resultados.
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Voraz.
FantasyDurante la época de 1933 el coronel Cyrille Leroy se enfrenta a innumerables cuestiones personales, pero al encontrarse con una bella mujer de piel como la noche queda fascinado con la elegancia de su personalidad. Jamás se imaginaria que su vida c...