Capítulo 76.

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Octubre de 1951.

Indiana, Marion.

Base militar del ejército estadounidense.

—Es estupendo compartir la cama con la persona que amas, es como tocar el universo —es horrible escuchar todo lo sale de la boca de Müller en modo enamorado. Intento concentrarme en correr, pero no puedo al escuchar el romanticismo que se desliza hasta por sus oídos.

<< Me va a subir la azúcar>>

—Mmh —acelero el paso.

—¿Ya coges diario Müller? —dijo el coronel al alinearse con nosotros.

—Creo que esos aspectos no deben ser del dominio público, la intimidad de una pareja se debe reservar.

—Imbécil —el coronel y yo nos reímos a carcajadas por lo que dijo Müller.

—¿Saben qué? Pienso que están celosos de mi ya que ustedes no pueden disfrutar a una mujer cada noche.

—Cierra la boca teniente —dije.

—Si coronel —dijo con tranquilidad.

—¡Es la ultima vuelta! ¡Rápido! —el coronel Williams es sin duda alguna uno de los mejores miembros del ejército, cada día nos entrena antes de dirigirnos a nuestras respectivas áreas.

Con la camisa sudada y las piernas adoloridas me muevo lo más rápido posible para llegar al ala 34 donde se llevan acabo las practicas de los francotiradores. Pude llegar a tiempo y enseguida tomé mi arma y el equipo correspondiente. Me lleve una botella de agua a la boca y bebi su contenido antes de que el general comenzara a hablar.

—Hoy no será una práctica cualquiera, saldrán a campo y tendrán una misión —nos entregó dos hojas que enseguida comencé a leer —. El objetivo es asesinar al hombre que recorre la pista con cinco guardaespaldas.

—Es un parque, estará lleno de niños —dijo uno de mis compañeros.

—Así es. Deben tener precaución —coloco sus manos detrás de su espalda —. Reúnanse y planeen el ataque.

—No vamos a asesinar a nadie, las balas que tiene mi rifle no sirven para nada —lo mire a los ojos —. Lo que usted quiere es comprobar si estamos listos para enfrentarnos a un estrés mayor, si somos realmente capaces de mantener la calma y analizar el panorama que nos rodea.

—Leroy... guarda silencio y deja que tus compañeros analicen la situación. No les facilites el trabajo.

—Su experimento les causara problemas mentales a los niños que presencien el ataque.

—Quiero ver que tan silencioso puedes ser—dio media vuelta y se retiró.

<< Carajo>>

Escuche todo lo que los otros francotiradores tenían que decir, algunos poseían ideas buenas mientras que otros no tenían ni la mas remota idea de lo que se iba hacer. Visualice el mapa que estaba sobre la mesa y observe la infinidad de arboles que cubren la zona. La pista que sirve para correr se encuentra muy cerca de los juegos infantiles así que el panorama era bastante complicado y realizar el ataque a poca distancia no era una opción.

—No podremos disparar desde los árboles, la calidad visual y el sentido del viento desviarían la bala —dije señalando el posible recorrido que haría.

—Los arboles es una buena opción, podremos subir a ellos y disparar con facilidad —dijo el supuesto líder del grupo.

—Tu campo visual es diminuto, no vas a poder ver lo que tienes a tu alrededor.

Voraz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora