Era medio día cuando Amandine se despertó exigiendo alimentarse. Me levante de la cama y fui por ella hasta su cuna, Alem aún seguía dormida así que tuve que despertarla para que amamante a la pequeña. Estaba a punto de recostarme junto a ellas cuando alguien llamo a la puerta.
—Debe ser Guadalupe —dijo Alem sin despegar la vista de Amandine.
—No —deslice la puerta corrediza que divide la habitación —¿Qué sucede?
—Señor Leroy, Noah de los Santos acaba de hospedarse en el hotel —me informo el líder de la guardia.
—Manténganlo vigilado. Preparen las camionetas, saldremos enseguida.
—Como ordené —cerré la puerta para tomar mi teléfono celular y reservar en otro hotel a las afueras de la ciudad.
—Tenemos que irnos, surgió un inconveniente —le dije a Alem.
—¿Qué sucede?
—De los Santos está en el hotel.
—¡¿Qué?! —sujeto con fuerza a Amandine.
—Cálmate amor, estoy contigo, nada malo va a suceder —me acerque a ella y acune su rostro entre mis manos —. Quiero que comprendas lo que te voy a decir ¿ok? —asintió con la cabeza—. Ese hijo de puta no puede tocarte, jamás volverá a ponerte un dedo encima —sus labios temblaban de impotencia—. Enfrentaras tus miedos con valor, se la perra que necesito en mi cama y en mi vida... no permitas que nada ni nadie te atemorice. Eres la mujer de una bestia ¡de un jodido caníbal inmortal y quiero que te comportes como tal! ¿entendiste?
—Si —dijo segura de sí misma.
—Tienes tanto poder como yo, mi fortuna es tuya y puedes hacer con ella lo que te plazca. Si quieres asesinarlo ahora mismo puedes hacerlo, Italia es mía al igual que el resto del mundo —nuestras miradas se fundieron en un fuego eterno —. Lleva la frente muy en alto Alem porque mi apellido hará temblar las tierras inhóspitas del infierno... al enemigo no hay que darle paz ni calma...
—Estaré bien si te tengo a ti.
—Siempre estaré contigo —bañamos a Amandine rápidamente antes de que llegara Guadalupe y José. El plan seria que los dos hermanos se lleven a mi hija por otra puerta, un equipo reforzado de seguridad vigilaría que abordaran la camioneta y salieran directamente al hotel. Hable con Claudine para comunicarle lo sucedido, me apoyo enviándome más hombres armados. Con rapidez Alem y yo nos preparamos para salir —¿Listos? —mire a los presentes.
—Si señor —dijo José.
—Cuiden a mi hija con su vida ¿entendieron?
—Claro que si patrón —Guadalupe cubrió la cabecita de mi muñeca justo cuando Alem retiro sus labios de su piel. Quince hombres nos esperaban en el pasillo, se separaron en dos grupos, uno se fue detrás de mi hija y otro permaneció a mi lado.
—Controla tus recuerdos. El dolor es un escalón más para obtener la gloria —le dije a Alem en el elevador —. No le temas a un ser que puede morir en cuanto la reina decida jugar —entrelazo sus dedos con los míos.
El cobarde fijo la vista no en mi sino en la mujer que mantenía el rostro pétreo. Retiro los lentes que cubrían sus asquerosos ojos para observarla mejor y así verificar que era la misma niña que decidió secuestrar y torturar en el interior de un sótano. Tenso la mandíbula cuando la jodida impotencia lo impulso a cerrar los puños hasta que sus nudillos perdieron el color natural de su piel.
—¡Leroy! —no podía ocultar la rabia —¡Es un honor volver a verte! —cinco hombres armados lo rodearon. Con calma se acercó a mi tratando de intimidarme—¡¿Qué mierda estás haciendo hijo de puta?! —pellizco sus labios para controlar sus impulsos.
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Voraz.
FantasíaDurante la época de 1933 el coronel Cyrille Leroy se enfrenta a innumerables cuestiones personales, pero al encontrarse con una bella mujer de piel como la noche queda fascinado con la elegancia de su personalidad. Jamás se imaginaria que su vida c...